Mariza cambia con su presencia esc¨¦nica la imagen oscura del fado

Su voz, adem¨¢s de su pelo claro esculpido y sus vestidos de alta costura, tiene fascinados a los cr¨ªticos. La joven Mariza, que ha sido anfitriona del actor G¨¦rard Depardieu en Lisboa y cant¨® para Berlusconi en el palacio presidencial, presenta su segundo disco, Fado curvo, el 7 de julio en Madrid (Conde Duque), el 8 en Cartagena (Patio de Armas), el 12 en Jimena de la Frontera (Llano de Victoria) y el 13 en C¨®rdoba (Caballerizas Reales).

"La vida es sinuosa como la m¨²sica y la pasi¨®n", dice Mariza de Fado curvo. "Si escuchas un disco en el que s¨®lo hay melancol¨ªa, te quedas tan deprimido que nunca m¨¢s vas a querer o¨ªr un fado. As¨ª que pongo un poquito de todo. De la mezcla con los ritmos folcl¨®ricos portugueses, nacen fados m¨¢s alegres. Los portugueses no somos tan grises. Aunque s¨ª un poco fatalistas. Lo llevamos en el alma por ser un pa¨ªs muy peque?o, aislado y que mira al mar".

Am¨¢lia Rodrigues dijo que se consideraba una cantante ib¨¦rica. "El flamenco y la m¨²sica espa?ola eran su gran pasi¨®n. Por eso tiene una forma de cantar que ha cambiado la manera de cantar fado. Fue una mujer important¨ªsima, que llev¨® el nombre de Portugal a muchas partes del mundo y que cambi¨® un sentimiento y una m¨²sica torn¨¢ndola mejor de lo que ya era". "Tambi¨¦n creo que el flamenco tiene que ver con el fado. Al principio, en el fado se daban palmas y se taconeaba. Nosotros hemos perdido el baile, pero estoy segura de que volver¨¢ a bailarse", dice Mariza, que prepara un libro sobre el fado.

De origen mozambique?o, y crecida en el barrio lisboeta de Mouraria, Mariza, de 27 a?os, canta a Pessoa o David Mour?o-Ferreira. "Hab¨ªa 30 poemas que me apetec¨ªa interpretar, pero no pod¨ªa ponerlos todos en un disco. Por eso he escogido 12, los que m¨¢s ten¨ªan que ver conmigo". En Fado curvo hay una canci¨®n de Jos¨¦ Afonso, "un hombre marcado por ?frica y por la lucha contra la dictadura. Resulta extremadamente dif¨ªcil hacer cosas sencillas, y ¨¦l escrib¨ªa cosas sencillas, pero complejas".

"Nac¨ª de seis meses y medio, pesando un kilo, y todos cre¨ªan que iba a morirme. Mi padre adoraba a una cantante brasile?a, Mariza Gata Mansa, e hizo la promesa de que me llamar¨ªa Mariza y ser¨ªa cantante. Y ha hecho de todo para que yo lo sea. Cuando ¨ªbamos a comer apagaba la televisi¨®n y pon¨ªa m¨²sica. ?Y qu¨¦ pon¨ªa? Fados. Hombres cantando fados, porque las mujeres no le gustaban. Todos los d¨ªas. ?Una pesadilla", exclama. "Ahora, cuando voy a cenar a su casa, estoy esperando el momento en que pondr¨¢ sus fados, porque me encanta".