Jim Carrey redobla sus poderes c¨®micos
El actor se enfrenta cara a cara con Morgan Freeman en el filme 'Como Dios', de Tom Shadyac
Jim Carrey renueva su fruct¨ªfera relaci¨®n con el director de Ace Ventura y Mentiroso compulsivo, Tom Shadyac, en Como Dios, la comedia que desplaz¨® a Matrix Reloaded de la cabecera estadounidense de los grandes ¨¦xitos del verano. El actor canadiense interpreta a un periodista frustrado al que Dios, en la persona de Morgan Freeman, le pone a prueba cedi¨¦ndole sus poderes divinos. El tr¨ªo protagonista lo completa Jennifer Aniston.
"Bruce", cuenta el realizador hollywoodense sobre el personaje de Jim Carrey en Como Dios, "es un tipo que no aprecia su don por la comedia. Tiene una novia estupenda, dinero, recursos, salud... pero no se siente feliz con ser simplemente gracioso". Shadyac no necesita explayarse. Los paralelismos entre el actor y su nuevo alter ego son obvios. Carrey a¨²n no reniega de su talento para la comedia, pero lleva varios a?os queriendo imponerse en frentes m¨¢s dram¨¢ticos.
Ha intentado ganarse al p¨²blico mostrando una faceta art¨ªstica oscura, tr¨¢gica o intensa en pel¨ªculas como El show de Truman, Man on the moon y The
majestic, su m¨¢s reciente y desastrosa incursi¨®n en el drama. Pero las audiencias prefieren al hist¨¦rico actor, al mani¨¢tico buf¨®n que les hace re¨ªr a carcajadas con su absoluto control de la comedia f¨ªsica. Prueba de ello son los 200 millones de euros recaudados en EE UU por su ¨²ltimo filme con Shadyac, con el que forma un d¨²o que ¨¦l mismo identifica como "el Scorsese y De Niro de la comedia".
"La gente ve The majestic como un fracaso, pero yo no. Aprend¨ª mucho con este y otros trabajos dram¨¢ticos, lo cual me ha servido para interpretar aspectos de Bruce en Como Dios. Yo me tomo cada pel¨ªcula como una lecci¨®n. Por eso contrat¨¦ a Morgan Freeman para interpretar a Dios. Quer¨ªa seguir aprendiendo. No me interesa trabajar con gente que me la puedo pasar por alto, sino con profesionales que me asustan. Es la mejor forma de mejorar", explica Carrey en referencia a su doble funci¨®n, de protagonista y productor de la comedia.
"Los altibajos profesionales", contin¨²a, "son necesarios. Los tropezones, las cosas que no funcionan, forman parte del proceso y son los que hacen posible el triunfo". El discurso de Carrey tambi¨¦n es accidentado. Solemne en un minuto, guas¨®n el siguiente. Imita acentos, lanza gritos infernales y practica la ventriloqu¨ªa durante los 60 minutos que comparece ante un grupo de periodistas en un hotel de Londres.
"Tengo mucha confianza en mi persona. Creo que hay algo m¨¢s en m¨ª que un simple chiflado. S¨¦ que a la gente le encanta verme en situaciones de humor, lo cual me parece fant¨¢stico, porque a m¨ª tambi¨¦n me gustan. Pero tengo otro aspecto diferente al tipo que hace gestos en la pantalla. Y estoy convencido de que, cuando interprete un papel serio en una pel¨ªcula que toque las notas correctas, la gente tambi¨¦n me aceptar¨¢", afirma.
Estar en contacto con Dios, aunque se trate de una deidad ficticia, le ha llevado a reevaluar sus cuatro d¨¦cadas de existencia terrenal. Siendo un chaval, su padre perdi¨® el empleo y la familia tuvo que vivir en una tienda de campa?a, pero Carrey prefiere resumir su vida como una "cadena de milagros". "Desde ni?o me han sucedido cosas m¨¢gicas. Todav¨ªa se produce un milagro cada dos d¨ªas. Tan s¨®lo el amor ha conseguido hundirme, es lo ¨²nico que me puede arrastrar al agujero", dice.
Steven Spielberg ha personificado uno de estos ¨²ltimos milagros. Director y actor preparan juntos el remake de The secret life of Walter Willty, la historia de un contable que se imagina el h¨¦roe de cientos de aventuras. "Nunca pens¨¦ que llegar¨ªa a compartir l¨¢piz y papel con Steven. Es genial. La gente prol¨ªfica reconoce la creatividad de otras personas. Me sent¨ª cohibido hasta que le conoc¨ª un poco m¨¢s y llegu¨¦ a rozar su sensibilidad infantil. Las reuniones con ¨¦l dejaron de preocuparme, y desde entonces nos lo pasamos fenomenal", comenta. "Ambos creemos", contin¨²a, "que, cuando te vuelves loco por un proyecto, debes ejecutarlo. Y, por la misma raz¨®n, nunca debes hacer algo que no suscite tu entusiasmo".
Babelia
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