?Qui¨¦n miente?
Los espa?oles relacionan la inmigraci¨®n con la inseguridad ciudadana, es decir, con la delincuencia, seg¨²n el bar¨®metro del CIS de mayo pasado. El Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas es una fuente constante de perplejidad para todos nosotros, porque somos m¨¢s complicados y divertidos que Mafalda o, al menos, as¨ª lo parecemos en estas encuestas.
Casi todo el mundo se fija en el dato de la delincuencia, cuando la clave est¨¢ realmente en las preguntas 11 y 12 del cuestionario. En la primera se pregunta sobre c¨®mo tratan los espa?oles a los inmigrantes y, en la segunda, sobre c¨®mo los trata el entrevistado. Seg¨²n las respuestas del CIS, los espa?oles tratan a los inmigrantes con mucha desconfianza, con cierta normalidad y con una mezcla extra?a de desprecio, indiferencia y amabilidad. Por el contrario, el entrevistado no piensa lo mismo, es mucho m¨¢s bondadoso, los trata principalmente con normalidad, con bastante menos desprecio y desconfianza, y bastante m¨¢s amabilidad. Es que no hay color, son dos mundos distintos, una cosa son los espa?oles que est¨¢n llenos de prejuicios y tienen una mentalidad cerrada, y otra muy distintas los entrevistados que son abiertos, confiados y sociables con los extra?os.
Hasta da miedo sacar una conclusi¨®n de todo esto. Porque est¨¢ claro, es m¨¢s que evidente, o el entrevistado no es espa?ol y el CIS miente porque nos est¨¢ dando gato por liebre, algo que me cuesta trabajo creer, o por el contrario es el entrevistado quien miente, cosa que tampoco parece muy aceptable. Estamos ante una situaci¨®n parad¨®jica, como aquel viejo razonamiento que dec¨ªa: todos los cretenses mienten, yo soy cretense, luego yo miento. ?Qui¨¦n dice la verdad en todo este asunto de los inmigrantes?
Posiblemente nadie, el problema radica en que estamos empe?ados en crear opiniones y forzar preguntas, cuando todav¨ªa no existen respuestas formadas ante la nueva situaci¨®n social de la inmigraci¨®n. Y as¨ª pasa lo que pasa y se dice lo que se dice, que m¨¢s del 58% relaciona la inseguridad ciudadana con la inmigraci¨®n. Pero en este caso, los pillines del CIS no distinguen entre espa?oles y entrevistados, que si lo hicieran otro gallo cantar¨ªa. Estoy seguro de que eso lo piensan los espa?oles, que as¨ª les va, pero nosotros, los entrevistados, no opinamos lo mismo. Faltar¨ªa m¨¢s.
Tenemos que aceptar que los inmigrantes son los que est¨¢n haciendo el trabajo sucio que no nos gusta, mejoran el panorama de nuestras pensiones cotizando a la seguridad social, fabrican los hijos que nosotros no hacemos y, por supuesto, tambi¨¦n se saltan la ley de vez en cuando. Es posible que nosotros, los espa?oles, hagamos un poco menos de todo eso, pero no porque seamos mejores o buenas personas, sino porque somos m¨¢s vagos y estamos un poco m¨¢s cansados de pelear con el futuro. Queremos inmigrantes a la carta, que hagan esto pero no aquello, mientras que ellos se empe?an en hacer un poco de todo, como es normal.
Los espa?oles no son cretenses, pero tambi¨¦n se ven obligados a mentirse a s¨ª mismos. Menos mal que, gracias al CIS, todav¨ªa nos quedan algunas muestras sinceras de entrevistados, aunque a m¨ª nunca me ha tocado y, por tanto, es posible que tambi¨¦n mienta.
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