Inclemencia vegetal del Generalife
La compa?¨ªa lionesa es una de las mejores de Europa. Sus bailarines est¨¢n extraordinariamente preparados para ofrecer espect¨¢culos muy complejos, lo que pide la corriente cosmopolita del ballet contempor¨¢neo con sus core¨®grafos de rigor: Forsythe, Ek o Kilian, entre otros. Pero hay obras que no casan entre s¨ª, por su naturaleza estil¨ªstica y su tem¨¢tica, por su proyecci¨®n est¨¦tica o su lenguaje corporal. Y ¨¦ste es el caso de la Carmen de Ek y del Second... de Forsythe, individualmente obras se?eras, pero poco compatibles. Tampoco ninguna de las dos se aviene al espacio del Generalife, con su exuberancia vegetal. Esto rest¨® brillantez a una velada de calidad, esencialmente positiva. Puede ser interesante, ya desde un punto de an¨¢lisis del ballet actual, la superposici¨®n de intereses entre estos creadores, el sueco y el norteamericano, que han tenido discursos paralelos y que sin embargo se preservan de toda convergencia. Son voces polarizadas de un mismo discurso global: la reinvenci¨®n de la materia ballet¨ªstica a la luz de las exigencias y la presi¨®n que nos rodea.
Ballet Nacional de la ?pera de Ly¨®n
Second detail: William Forsythe / Thom Willems; vestuario: Issey Miyake. Carmen: Mats Ek / Schedrin-Bizet; escenograf¨ªa y vestuario: Marie-Louise Ekman. Teatro del Generalife, Granada. 26 de junio.
A veces las inevitables sustituciones de ¨²ltima hora traen agradables sorpresas, y eso fue lo que pas¨® con el papel del torero Escamillo, que deb¨ªa ser bailado por Thierry Vazi¨¦s y que fue interpretado brillantemente por el holand¨¦s Adrian van Winkelhof. Su encarnaci¨®n del espada es curiosamente sensual a la vez que distante. No se puede decir que la Carmen de la espa?ola Maite Cebrian-Abad est¨¦ conseguida. El papel exige, adem¨¢s de la brillantez t¨¦cnica, que ella posee y exhibe, unos registros histri¨®nicos muy marcados. Es verdad tambi¨¦n que el papel est¨¢ marcado por Ana Laguna, que lo cre¨® y lo dibuj¨® con mimo durante a?os por escenarios de todo el mundo, puliendo el perfil desgarrado y violento de la cigarrera seg¨²n Mats Ek. La latente humanidad de Ana Laguna crea un precedente dif¨ªcil de seguir y esta voluntariosa joven espa?ola ahora, a m¨¢s de 10 a?os de su estreno, intenta meritoriamente sacar adelante a la hero¨ªna de M¨¦rim¨¦e, probando que estos grandes papeles son cuesti¨®n de poso vital en la int¨¦rprete. No puede dejar de mencionarse a la otra espa?ola del conjunto: Iratxe Ansa, que despleg¨® energ¨ªa y concentraci¨®n, sobre todo en el paso a dos con Adrian van Winkelhof.
Babelia
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