"La Rep¨²blica perdi¨® la guerra por el hambre"
En A ras de suelo (Alianza), el historiador estadounidense Michael Seidman (Philadelphia, 1959) ofrece una visi¨®n diferente de la Guerra Civil espa?ola. "M¨¢s que ocuparme de la clase obrera, me centro en los obreros, no me interesa lo que ocurri¨® con el g¨¦nero femenino, sino lo que pas¨® con las mujeres", explic¨® Seidman ayer durante su paso por Madrid. Lo que ha hecho es historia social, poner el punto de vista en la gente an¨®nima, en la gente corriente con sus problemas dom¨¦sticos y la tragedia de la guerra detr¨¢s.
"Una guerra es algo muy complicado", comenta. "Est¨¢n las batallas y las fuerzas pol¨ªticas con sus respectivas ideolog¨ªas, est¨¢ la influencia de los pa¨ªses extranjeros, pero tambi¨¦n est¨¢n los frentes en calma y las ciudades de la retaguardia con sus problemas de abastecimiento".
"Ante el control de precios, los campesinos ocultaron lo que ten¨ªan"
Pregunta. El suyo no es un punto de vista habitual sobre la guerra. ?De d¨®nde surge su mirada sobre el conflicto?
Respuesta. Hace diez o doce a?os realic¨¦ mi primer trabajo sobre la Guerra Civil, que publiqu¨¦ con el t¨ªtulo Workers against work. Labor in Barcelona and Paris during the Popular Fronts. Me interesaba saber lo que hab¨ªa pasado con los obreros, no tanto con sus jefes o con los propios sindicatos. Se trataba de estudiar a los individuos corrientes, no hacer ni historia pol¨ªtica, ni historia diplom¨¢tica. Hay muchos libros sobre la Guerra Civil espa?ola, pero pocos que traten de los asuntos corrientes que preocupan a la gente. As¨ª que ahora me he sumergido durante un a?o en los archivos de Salamanca y ?vila para intentar contar esas menudencias que est¨¢n m¨¢s all¨¢ de los grandes conceptos y cuestiones.
P. ?Y qu¨¦ ha descubierto?
R. Me ha impresionado el enorme peso que tuvo en el lado republicano la falta de comida, y lo importante que puede ser que la gente pase hambre. El Gobierno realiz¨® una pol¨ªtica muy estricta de control de precios, que termin¨® por ser muy gravosa. Los campesinos, y no hay que olvidar que se trataba de un pa¨ªs fundamentalmente agr¨ªcola, ten¨ªan miedo de las fuerzas republicanas. Al principio de todo, y con los afanes colectivizadores de las fuerzas revolucionarias, sufrieron muchos robos o tuvieron que aceptar por sus productos una serie de cupones que val¨ªan muy poco. As¨ª que, poco a poco, simplemente ocultaron lo que ten¨ªan o lo consumieron. La moneda republicana no val¨ªa nada y, adem¨¢s, se controlaban los precios. Dej¨® de haber est¨ªmulos para la producci¨®n y escasearon los v¨ªveres. La gente empez¨® a pasar hambre. Hubo m¨¢s robos y numerosas deserciones.
P. Se centra en la zona republicana, ?qu¨¦ pasaba en el otro lado, el de los nacionales?
R. Se ha conservado mucha documentaci¨®n de la zona republicana y muy poca del lado nacional. No se sabe qu¨¦ ha pasado con todo ese material. Pudo haber sido destruido, pero no son m¨¢s que conjeturas. As¨ª que lo que se puede saber es por fuentes secundarias, y de ¨¦stas se desprende que los insurgentes pagaban bien a los campesinos, que su moneda ten¨ªa valor y, sobre todo, que respetaron la propiedad privada. Y eso dio mucha confianza a los campesinos. Incluso durante la batalla de Teruel, los propios informes militares republicanos dan noticia, alarmados, de los saqueos de sus tropas. Lo peor es que esos saqueos les hac¨ªan perder un tiempo valios¨ªsimo para la propia campa?a.
P. As¨ª que el hambre hizo estragos en las fuerzas leales...
R. Un ej¨¦rcito se forma y funciona gracias a un delicado contrato entre los jefes y los soldados rasos. Si estos ¨²ltimos no tienen comida, ni medicinas, y ni siquiera pueden ir vestidos con lo elemental, parte del contrato se rompe. Se destruyen as¨ª esos acuerdos imprescindibles para que una colectividad, y un ej¨¦rcito lo es, funcione, y entonces cada cual se refugia en su individualidad. Ya no hay lazos comunes, cada cual busca salvarse como puede.
P. Los republicanos, sin embargo, luchaban por unas ideas...
R. En la Guerra Civil espa?ola participaron todas las ideolog¨ªas del siglo XX, y es una guerra que siempre se ha abordado de una manera muy apasionada. Ahora bien, e incluso entre las fuerzas m¨¢s revolucionarias, fueron muy pocos los que estaban realmente convencidos. Fue una minor¨ªa que tuvo muy poco peso en la guerra. De hecho, muchos de los que ten¨ªan carn¨¦ lo ten¨ªan por af¨¢n de supervivencia, porque con ¨¦l las cosas les resultaban m¨¢s f¨¢ciles. En una guerra, sin embargo, no s¨®lo cuentan las batallas. Tambi¨¦n cuentan los frentes en calma. Y la Rep¨²blica perdi¨® la guerra, en gran medida, por el hambre. La gente empez¨® a desertar y se impuso el derrotismo.
Babelia
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