Novias en tu CAMA
Puede parecer sorprendente que se llegue a hablar de novias en un foro como el Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMA), pero as¨ª ocurri¨® en la ¨²ltima reuni¨®n de este foro, cuando el secretario del mismo quiso trivializar las intervenciones de los pocos agentes sociales all¨ª presentes sobre las subvenciones que otorga el Departamento de Medio Ambiente para fines ambientales. Parece que para el se?or secretario criticar las pocas y mal repartidas subvenciones a entidades sin ¨¢nimo de lucro (que incluyen, por cierto, a Confebask) para fines ambientales equivale a las repetidas peticiones de sus peculiares novias de anta?o para que ¨¦l comprara coches m¨¢s grandes y mejores.
Pero, evidentemente, hay mucho m¨¢s de que hablar que de las novias en el CAMA... y el tema de las subvenciones del Gobierno vasco no es nada trivial. Por ejemplo, nunca se nos presentan datos que suman la totalidad de dinero p¨²blico en forma de subvenciones ambientales de un tipo u otro (cr¨¦ditos blandos, dinero a fondo perdido, compra de bienes, etc.) que reciben los diferentes sectores de nuestra sociedad, para que evaluemos debidamente qui¨¦n recibe qu¨¦, o para qu¨¦. Ser¨ªa muy instructivo saber cu¨¢nto dinero reciben en concepto de ayudas, por un lado, las grandes empresas y por otro, las pymes, las entidades sin ¨¢nimo de lucro, la poblaci¨®n agraria, las organizaciones ambientalistas o cualquier otro agente social.
De esta manera no estar¨ªamos hablando de unos cuantos miles de euros, sino de millones, y podr¨ªamos evaluar mejor la cuant¨ªa de dinero que ingresan las entidades que tienen ¨¢nimo de lucro y las que no. Ver¨ªamos, seguramente, el monto realmente trivial de dinero p¨²blico que reciben las organizaciones ambientalistas y cu¨¢nto recibe lo que podr¨ªamos llamar el gran capital, a pesar de los enormes beneficios de ¨¦ste.
Podr¨ªamos evaluar con mayor conocimiento, el por qu¨¦ de la aparente insensatez de otorgar subvenciones p¨²blicas ambientales a entidades como Confebask, comparadas con entidades como un sindicato obrero o agrario, ya que la primera tiene miembros individuales que ya cobran millones en conceptos de ayudas p¨²blicas y tienen beneficios millonarios, mientras que las segundas representan peque?os intereses econ¨®micos que individualmente nunca acumulan tantos beneficios como dichas empresas.
De esta manera las personas que asistimos al CAMA podr¨ªamos ver tambi¨¦n hasta qu¨¦ punto la pol¨ªtica ambiental tiene un verdadero impacto en las pol¨ªticas sectoriales o si no es m¨¢s que un maquillaje adecuadamente etiquetado como "Estrategia de Desarrollo Sostenible". Naturalmente, hablar de todo esto, de que se suministren este tipo de datos, de poder evaluar su significado, de lograr (aconsejar) cambios profundos en el reparto y empleo del dinero p¨²blico, requiere una verdadera participaci¨®n. Y sobre la participaci¨®n nuestra Administraci¨®n recibe un clamoroso suspenso, pues a¨²n no hemos superado el cors¨¦ de las elecciones peri¨®dicas que otorgan el poder de actuar sobre muchas cuestiones y formas que no se llegan a debatir nunca en las campa?as electorales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.