'Narcos' de rebajas en Barbate
En la lucha contra los traficantes, que abren comercios baratos para blanquear dinero, el pueblo se enfrenta a la Fiscal¨ªa de C¨¢diz
Algunas tiendas de Barbate ofrecen productos sin competencia todo el a?o. Prendas de marca aut¨¦nticas a precios incre¨ªblemente rebajados. La gente de los alrededores lo sabe y acude en busca de la ganga. En el pueblo sospechaban de estas ofertas. Desde hace una semana tienen la certeza: es una forma como otra cualquiera de blanquear dinero del narcotr¨¢fico.
Hace unos meses comenzaron a circular por Barbate unos panfletos an¨®nimos con un t¨ªtulo sugerente: "El Comercio y el Narcotraficante". El an¨®nimo dec¨ªa lo siguiente: "El comerciante sabe lo que cuesta mantener un negocio para que vengan unos narcotraficantes y con toda la facilidad del mundo monten un negocio para blanquear sus millones. Es por este motivo por lo que vemos necesario hacer este escrito, para que el pueblo sepa que los narcotraficantes est¨¢n montando negocios a costa de la droga, as¨ª destruyendo al comerciante de toda la vida y la imagen de Barbate. Por eso os pedimos que si no quer¨¦is que desaparezca el comercio honrado y s¨®lo quede el de los narcotraficantes no compr¨¦is en los comercios que est¨¢n hechos de la droga. Estos son algunos [y cita los nombres de los comercios]. Poco a poco est¨¢n destruyendo el pueblo y ahora quieren destruir el comercio. Si no hacemos nada s¨®lo van a quedar en el pueblo cuatro viejos y los narcotraficantes".
"Lo que ha pasado no tiene explicaci¨®n. Con lo que hace la fiscal¨ªa da gusto ser 'narco"
Circulan por Barbate unos panfletos an¨®nimos titulados: "El Comercio y el Narcotraficante"
Algunos de los due?os de tales negocios fueron detenidos la madrugada del pasado lunes tras la mayor redada que la Guardia Civil hab¨ªa organizado en un pueblo como Barbate (22.000 habitantes), castigado desde hace d¨¦cadas por la droga. Se registraron 60 domicilios, fueron detenidas 41 personas y se requisaron joyas, dinero y armas. Conclu¨ªa as¨ª la operaci¨®n Estela, cuyas investigaciones datan del 19 de septiembre de 2002 y hab¨ªan permitido la incautaci¨®n de 6.600 kilos de hach¨ªs en varias actuaciones. Las autoridades celebraban en rueda de prensa la desarticulaci¨®n de tres redes de narcotraficantes con sede en Barbate. Y, sobre todo, de sus cabecillas. Eran empresarios y comerciantes.
Atr¨¢s quedaban en la memoria algunas secuencias de hace un par de a?os, cuando la convivencia en Barbate estaba tan deteriorada que los j¨®venes bosquimanos con sus motocicletas sin matr¨ªculas y pagadas al contado con bolsas de dinero se hab¨ªan hecho con el control de las calles, la Guardia Civil era continuamente asediada y fallec¨ªa a palos un agente de la Polic¨ªa Local. En Barbate se bat¨ªan, por entonces, r¨¦cords de ventas de ciclomotores. Las protestas vecinales y los esc¨¢ndalos motivaron que se reforzase el cuartel de Barbate y comenzase a disminuir tal estado de violencia. Aun as¨ª, los cabecillas no llegaron a ser molestados y sus negocios comenzaron a prosperar. Hasta la madrugada del lunes, cuando 150 guardias rodearon el pueblo y llamaron a sus puertas.
Pero cinco d¨ªas despu¨¦s, la alegr¨ªa se ha tornado en indignaci¨®n: 14 de los ¨²ltimos 24 detenidos han sido puestos en libertad. La Fiscal¨ªa de C¨¢diz pide la nulidad del proceso y de todas las investigaciones llevadas a cabo durante un a?o. Llega a sostener que "ante la presi¨®n social" no solicita la libertad de todos los detenidos. Las asociaciones antidroga de C¨¢diz se declaran indignadas. El viernes por la tarde se re¨²nen con el alcalde de Barbate y deciden actuar: tanto el Ayuntamiento como el colectivo de asociaciones se presentar¨¢n como acusaci¨®n particular en el proceso. "Los narcos ya no necesitan abogados", llega a decir Antonio Rodr¨ªguez, del colectivo antidroga de Barbate. "Ya tienen la Fiscal¨ªa".
No es la primera vez que un hecho as¨ª sucede en C¨¢diz en el transcurso de un a?o. Cada vez que el juez del n¨²mero 3 de El Puerto de Santa Mar¨ªa, Miguel ?ngel L¨®pez Marchena, pone en marcha una operaci¨®n a gran escala, la Fiscal¨ªa de C¨¢diz pone el freno. Se habla de diferencias personales entre el fiscal jefe, Isidoro Hidalgo, y el juez, que se han cruzado duras acusaciones en sus escritos. Acusa al juez de af¨¢n de protagonismo, pero asociaciones antidroga y partidos pol¨ªticos est¨¢n con ¨¦l. "Tenemos un juez que busca la cabeza de las organizaciones. Eso es lo que llevamos pidiendo durante a?os", sostiene Francisco Mena, del colectivo antidroga de C¨¢diz. "Es un juez comprometido que est¨¢ haciendo una labor magn¨ªfica", dice el diputado del PP Aurelio S¨¢nchez, "porque busca a los jefes y no s¨®lo a los peque?os camellos. Lo que ha pasado no tiene explicaci¨®n. Con lo que hace la fiscal¨ªa da gusto ser narco. Estamos hartos de lo que est¨¢ pasando". Hace unos meses, la Diputaci¨®n de C¨¢diz, gobernada por el PSOE, le concedi¨® la medalla de oro por unanimidad.
Hace un a?o, la fiscal¨ªa evit¨® que se llevara a cabo un macroproceso con 140 detenidos en Sanl¨²car de Barrameda, dividi¨¦ndolo en muchas piezas separadas. Ahora llega el caso de Barbate. Y la gente no lo entiende.
Todo empez¨® el 19 de septiembre de 2002, cuando Vigilancia Aduanera detuvo a unos narcotraficantes con 1.200 kilos de hach¨ªs en El Puerto de Santa Mar¨ªa. Uno de ellos trabajaba para las redes de Barbate. El caso se lo pasaron a la Guardia Civil y ¨¦sta acudi¨® al juez, conocido como el Garz¨®n de El Puerto. Y el juez empez¨® a tirar del hilo. Empezaron con lo m¨¢s simple en estos casos: pinchar los tel¨¦fonos y evaluar la complejidad de la red. Durante los siete primeros meses, las investigaciones fueron dando frutos: se vislumbraban tres redes suficientemente organizadas como para tomar la droga en sitios tan dispares como Huelva o Alicante y enviarla en camiones a Inglaterra; como para contar con un italiano afincado en Marbella que prove¨ªa al grupo de autom¨®viles robados para los transportes. Cobraban en libras esterlinas que se ingresaban en Gibraltar y luego eran sacadas a Espa?a y cambiadas en bancos de Algeciras. Uno de los miembros de la red era el encargado de invertir los ingresos. Las redes eran de Barbate, pero actuaban frecuentemente fuera.
De cada pinchazo telef¨®nico sal¨ªan nuevos tel¨¦fonos. Una sola persona llegaba a usar diez tarjetas en unos meses. Se compran tarjetas de pago para una operaci¨®n y se destruyen una vez acabada. Cerca de 60 investigadores de la Guardia Civil estaban en el asunto.
En esos primeros momentos, la fiscal¨ªa no hab¨ªa puesto casi ninguna pega. Una sola: pidi¨® la libertad del primer detenido aquel 19 de septiembre. El juez no tuvo m¨¢s remedio que acceder. Pero la Guardia Civil no dej¨® de vigilarlo y al mes y medio volvi¨® a detenerlo con un alijo de droga en un doble fondo de un autom¨®vil. A los siete meses, la fiscal¨ªa decide entrar en juego. El 7 de abril solicita la nulidad de todas las intervenciones telef¨®nicas que se solicitaron el 14 de octubre, siete meses antes. Y empieza la pelea.
Para la fiscal¨ªa todo es nulo desde que empez¨® porque entiende que el caso debi¨® llevarse desde Barbate y no por este juez. Y cambia el fiscal del caso. El juez no acepta la nulidad y sigue adelante. La fiscal¨ªa llega a pedir la destrucci¨®n de todo los oficios policiales, cintas de cassette y documentos, un hecho sin precedentes. Tras el final de la operaci¨®n, empieza a pedir la libertad de los detenidos para alborozo de sus abogados.
El alcalde de Barbate, Juan Manuel de Jes¨²s, es un hombre joven, 43 a?os. Siempre se ha significado contra el narcotr¨¢fico. El martes viaja a Madrid con la intenci¨®n de entrevistarse con el ministro de Justicia. Ayer recibi¨® una llamada de uno de los detenidos reci¨¦n puesto en libertad. "Te llamo para darte las gracias por tu colaboraci¨®n", le dijo. Y colg¨® el tel¨¦fono. Era un aviso.
La fiscal¨ªa no iba a o¨ªr las cintas
Durante los primeros siete meses de investigaci¨®n, tanto la fiscal antidroga, como el fiscal del juzgado y el fiscal jefe tuvieron conocimiento de las actuaciones que se estaban llevando a cabo para esclarecer el funcionamiento de varias organizaciones de narcotraficantes en la zona, seg¨²n fuentes de la Guardia Civil.
No plantearon ning¨²n conflicto, pero tampoco hicieron mucho por acudir a las sesiones de escucha de las grabaciones que se les hab¨ªan tomado tras haber pinchado los tel¨¦fonos de algunos de los sospechosos.
As¨ª, el propio juez Miguel ?ngel L¨®pez Marchena, en su auto, llega a decir: "El fiscal [Isidoro Hidalgo], en el curso del proceso, no ha valorado la posibilidad de venir a estas sesiones para enterarse del lenguaje en clave que utilizan estos individuos y con ello enterarse de lo que est¨¢ sucediendo en la marcha del proceso".
Luego, cuando el fiscal jefe decide actuar para pedir la nulidad de todo el proceso, coloca el 26 de marzo de 2003 a un nuevo fiscal "para despachar todos los tr¨¢mites". Se trataba de ?lvaro de Jes¨²s Conde Lozano. Este nuevo fiscal, 12 d¨ªas despu¨¦s, el 7 de abril, comienza a solicitar la nulidad de todo lo actuado.
El juez, en su auto, se ve obligado a afirmar lo siguiente: "En suma, el nuevo fiscal contradice a tres fiscales, incluida la fiscal antidroga, el fiscal del juzgado y el fiscal jefe, todos al corriente de las investigaciones. Ahora, el fiscal jefe hace suyas las nuevas alegaciones del nuevo fiscal". Y a?ade: "El propio fiscal nuevo y la fiscal antidroga mantienen diferentes criterios ante casos muy parecidos".
El juez termina en su auto con una dura recriminaci¨®n hacia la fiscal¨ªa: "Lo que pretende el fiscal es evitar la culminaci¨®n de la investigaci¨®n, sin causa justificativa que lo ampare, lo que provocar¨ªa un serio perjuicio para la justicia en general y para la sociedad ante este tipo de delitos".
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