Concierto del terror
Los terroristas, probablemente chechenos, han vuelto a escoger un espect¨¢culo, esta vez un concierto de rock en Mosc¨², al que deb¨ªan asistir 40.000 j¨®venes, para escenificar un atentado en el que dos mujeres suicidas se han cobrado la vida de otras 14 personas. Podr¨ªa haberse producido una aut¨¦ntica hecatombe si las dos suicidas se hubieran inmolado entre las masas de asistentes en pleno espect¨¢culo. Las dos terroristas levantaron las sospechas de la polic¨ªa en las filas de acceso e hicieron estallar las bombas que llevaban en la cintura cuando iban a detenerlas. En octubre de 2002, 41 terroristas chechenos protagonizaron un secuestro masivo en un teatro de Mosc¨² con m¨¢s de 800 espectadores. 129 rehenes murieron junto a todos los secuestradores en el asalto de las fuerzas especiales. Desde entonces, los atentados suicidas han crecido en n¨²mero y capacidad de sembrar la muerte.
Seg¨²n el ministro ruso de Interior, Bor¨ªs Grislov, el ataque de ayer es una respuesta de los terroristas chechenos al decreto que Putin firm¨® la v¨ªspera para celebrar elecciones presidenciales en Chechenia en octubre. De ser as¨ª, estos terroristas suicidas tendr¨ªan una asombrosa capacidad de ataque.
El paso dado por Putin responde a un intento de volver a poner a Chechenia en el centro de la campa?a electoral para su reelecci¨®n en marzo. Pero, a diferencia de 2000, Putin quer¨ªa llegar a las elecciones de marzo con una Chechenia normalizada y en paz. El brutal atentado de ayer es una advertencia de que no lo conseguir¨¢ con pasos hacia una democracia falseada, acompa?ada de una brutal represi¨®n.
El refer¨¦ndum de marzo para aprobar una Constituci¨®n y un Estatuto de Chechenia que defin¨ªa a esta rep¨²blica mayoritariamente musulmana como "parte inalienable" de Rusia fue una farsa. Las elecciones presidenciales en octubre -para llenar la vacante dejada por la expulsi¨®n de Masj¨¢dov, con el que Mosc¨² negoci¨®, pero al que ha convertido despu¨¦s en un "bandido"- pueden constituir otro fraude si, como parece, el vencedor ya est¨¢ predesignado en la persona de Kad¨ªrov, un l¨ªder musulm¨¢n que hizo la guerra contra Mosc¨² entre 1994 y 1996 y que ahora se ha convertido en prorruso.
El conflicto checheno est¨¢ enquistado. De poco sirve que el resto del mundo mire para otra parte y deje hacer a los rusos. La soluci¨®n no puede ser impuesta por el Ej¨¦rcito ni por un terrorismo que, en su versi¨®n suicida, no apoyan la mayor parte de los movimientos de resistencia. Es necesario volver a la v¨ªa de 1996, cuando Chechenia logr¨® un acuerdo de paz que le otorgaba una independencia de facto, pero no de iure.
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