Laleh y Ladan
La muerte de las siamesas iran¨ªes Laleh y Ladan Bijani, de 29 a?os, tras el intento de separarlas en el hospital Raffles de Singapur, pone en evidencia el enorme desaf¨ªo ¨¦tico que plantean las intervenciones m¨¦dicas de alto riesgo. Plenamente conscientes de ello, las hermanas, unidas por el cr¨¢neo pero con cerebros independientes, hab¨ªan mostrado su deseo irrenunciable de ser operadas y abandonar una terrible existencia compartida.
La decisi¨®n de los m¨¦dicos de Singapur era controvertida por definici¨®n. Operar supon¨ªa exponerlas a un peligro tan grave que ya en 1996 hab¨ªa llevado a un equipo alem¨¢n a rechazar la intervenci¨®n. No operar supon¨ªa obviar los avances m¨¦dicos conseguidos en los ¨²ltimos a?os y, sobre todo, mantener a las siamesas bajo una forma de vida que ellas mismas no deseaban. El hospital de Singapur opt¨® por la operaci¨®n. El impacto medi¨¢tico y la notoriedad alcanzada por el caso han ocultado la ra¨ªz ¨¦tica de su decisi¨®n. Pero, como el propio hospital ha recordado, en el acuerdo de llevar adelante la complej¨ªsima operaci¨®n pes¨®, junto a la voluntad libre y consciente de las hermanas, la creencia de que la esperanza estaba m¨¦dicamente fundamentada.
El caso fue expuesto en congresos internacionales, sometido a estudio por especialistas y debatido por un comit¨¦ de ¨¦tica. En el equipo de la intervenci¨®n participaron expertos de EE UU, Francia, Alemania y Jap¨®n libres de sospechas de notoriedad. Para todos ellos, la operaci¨®n ten¨ªa posibilidades de ¨¦xito. El intento, sin embargo, deriv¨® ayer, tras 52 horas de quir¨®fano, en un dram¨¢tico fracaso. La muerte de las siamesas ha confirmado lo que se sab¨ªa sobre el alto riesgo de la operaci¨®n. Pero Laleh y Ladan ten¨ªan derecho y capacidad de discernimiento para arriesgarse y aspirar a que unos buenos profesionales les proporcionaran una vida mejor.
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