'Spirits having flown', de Bee Gees
Es una de las trayectorias m¨¢s extraordinarias del pop: abarca tres continentes y casi cincuenta a?os de vida creativa en com¨²n. Por no hablar de su cambiante orientaci¨®n musical, con dos picos de popularidad: como grupo que sigue la estela de The Beatles y, con ventas infinitamente mayores, como paladines de la disco music.
Por orden de aparici¨®n: Barry Gibb nace en Manchester en 1946; los gemelos Robin y Maurice, en 1949, en la isla de Man. Hijos de una cantante y un director de orquesta, debutan en los intermedios de los cines en 1955, cuando el rock and roll no es m¨¢s que un lejano rumor. Pero el Reino Unido sufre una amarga posguerra y la familia Gibb emigra a Australia en 1958. Los chicos son tan monos que captan la atenci¨®n de un cazatalentos y consiguen su propio programa de televisi¨®n en Brisbane. De The Brothers Gibb pasan a denominarse The Bee Gees.
Y graban a partir de 1962, exhibiendo una pasmosa capacidad para adaptar las tendencias de moda a sus juegos vocales, distinguidos por los falsetes. Desde Australia, los hermanos contemplan con asombro c¨®mo el pa¨ªs que abandonaron se ha convertido en Eldorado del pop mundial. Vuelven a principios de 1967: un viaje en barco de cinco semanas durante el cual reciben la noticia de que finalmente han conseguido su primer n¨²mero 1 en Australia, Spicks and specks.
Todas sus habilidades no impiden que el grupo descarrile a finales de los sesenta: crisis nerviosas, enfermedades, deserciones, carreras en solitario, despido de los miembros que no se apellidan Gibb, demandas del propio manager. Seg¨²n avanzan los a?os setenta, se orientan al mercado estadounidense, girando hacia el R & B, guiados por el productor Arif Mardin. Casi por sorpresa, se encuentran cabalgando sobre la ola de la disco con Jive talkin, Nights on Broadway y You should be dancing.
Spirits having flown es su elep¨¦ m¨¢s cuidado hasta el momento: un intento de superar la moda disco basado en la solidez de sus canciones. Grabado en Miami, cuenta con llamativos invitados -Herbie Mann, los metales de Chicago- y genera tres ¨¦xitos. Tiene algo de canto de cisne. Los Gibb han puesto banda sonora a la gran era de libertinaje del siglo XX, pero ya aparecen caras amenazadoras que anuncian el fin de la org¨ªa: Reagan, Pablo Escobar, el sida...
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