En el borde de la incompetencia

Esta cosa rid¨ªcula y peor que muerta, subnormal de electroencefalograma plano, situada su estafa en el borde resbaladizo de la nada y titulada Los ¨¢ngeles de Charlie, es segunda parte de una primera que fue hilada a costurones y era par¨¢sita de una vieja serie de televisi¨®n, lo que convierte a los nuevos ¨¢ngeles en par¨¢sitos de par¨¢sitos, en basura de la basura. La hollymemez quiere hacerse pasar por un entretenimiento realizado con un buen trabajo t¨¦cnico, cuando en realidad est¨¢ rematadamente mal hecho. Si alg¨²n aficionado al cine -y no a estos humillantes best-sellers de nada vestidos de cine- acude a verla, se merece descubrir que el equipo de alta tecnolog¨ªa californiana encargado de filmar este rosario de hollymemeces es en realidad una feria de incompetentes que no saben ni mantener (desliz que, para entendernos, equivale a escribir hombre si hache) el raccord (la misma posici¨®n) de parvulario de tres tomas encadenadas de un brazo de Drew Barrymore sobre un hombro de John Cleese. Y hay muchas otras gruesas faltas de ortograf¨ªa en esta penosa simulaci¨®n, que llenar¨¢ salas y m¨¢s salas con su ba?o de no-cine mal hecho, escandalosa y estrepitosamente situado bajo m¨ªnimos profesionales.