El artefacto
Juan Almela (tal su verdadero nombre, con el que firma sus traducciones, entre ellas buena parte de la obra de Claude Levi-Strauss) naci¨® en Madrid en 1934. Dos a?os m¨¢s tarde, la Guerra Civil arroj¨® a su familia de Espa?a: vivi¨® en Suiza hasta 1942 y a partir de entonces en M¨¦xico. All¨ª ha publicado, desde principios de los setenta, 12 libros imprescindibles. Deniz era sin embargo in¨¦dito en Espa?a, con la excepci¨®n de unos poemas suyos en la antolog¨ªa ?ltima voz del exilio, de Susana Rivera (Hiperi¨®n, 1991). Forma parte del denominado grupo po¨¦tico hispano-mexicano, el de los hijos de exiliados republicanos que no ten¨ªan, como sus padres, un pasado espa?ol que venerar, ni tuvieron una f¨¢cil integraci¨®n en la sociedad mexicana. La literatura fue su ¨²nico paisaje propio.
FOSA ESC?PTICA
Gerardo Deniz
Ave del Para¨ªso
Madrid, 2003
106 p¨¢ginas. 11 euros
Algunos de ellos, como Tom¨¢s Segovia, asumieron el exilio como condici¨®n existencial. Deniz, por su parte, escribi¨® en Gatuperio (1978): "la componenda / con aquel del ¨¦jodo y del llanto, por los meandros y cagandros del destierro, / de M¨¦jico a cualquier orangut¨¢n tuerto". En ese "¨¦jodo" que invierte y ridiculiza la insistencia juanramoniana en escribir con jota las ges, en esos "meandros y cagandros del destierro" est¨¢ la actitud de este poeta que prefiere todos los procedimientos del sarcasmo a los intentos de resoluci¨®n sesuda de la situaci¨®n del "trasterrado". Esta actitud recorre toda su obra, a pesar de que, como mandar¨ªn de las letras mexicanas, Octavio Paz dio ciudadan¨ªa a Deniz desde Adrede, su primer libro (1970), donde adivin¨® su "lenguaje macizo" y su "extraordinaria densidad verbal".
Fue comparado con Ezra Pound, por la voluntad de fundir en una textura nueva una amplia serie de haces de la literatura de todos los tiempos y todas las latitudes. Pero en Pound el tono es solemne, emergente de una voluntad regeneracionista. En Deniz el motor es par¨®dico, l¨²dico; como su coet¨¢neo, el peruano Carlos Germ¨¢n Belli, funde los ecos reconocibles del barroco -a trav¨¦s de la inflexi¨®n vanguardista de Trilce, de Vallejo- con acentos de jerga local y flecos de todas las enciclopedias. El resultado de esta fren¨¦tica m¨¢quina literaria es herm¨¦tico, jocoso, estimulante. Como ejemplo, los aforismos ("letritus" los llama ¨¦l) contenidos en Fosa esc¨¦ptica: "?Siguen sacando / los cosacos del Don / los condones del saco?". O ¨¦ste, contra toda impostura trascendente (incluida la exaltaci¨®n del color local): "El poeta tel¨²rico / porta la terribilit¨¢ / entre otras tarjetas de cr¨¦dito".
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