70 fot¨®grafas retratan el amor y la incomprensi¨®n de sus madres
'Mi madre, my mother, ma m¨¨re' re¨²ne im¨¢genes de Leibovitz, Morath y Franck, entre otras
El Centro Andaluz de la Fotograf¨ªa (CAF) en Almer¨ªa inaugur¨® ayer la muestra Mi madre, my mother, ma m¨¨re, que re¨²ne la obra de 70 fot¨®grafas que han fijado su objetivo en la figura de sus madres. Mujeres de diversas culturas, religiones y razas han mantenido un particular cara a cara con sus madres para ofrecer un prisma emocional que mezcla el amor, la ternura, la pasi¨®n, la incomprensi¨®n y la frustraci¨®n. En la exposici¨®n, hasta el 31 de agosto, se pueden ver retratos de Annie Leibovitz, Martine Franck, Inge Morath y Christine Spengler, entre otras.
"O hay fusi¨®n total de amor entre ellas o lucha total"
Todas las mujeres que participan en la muestra, adem¨¢s de fot¨®grafas, son amigas de Viviane Esders, comisaria de la exposici¨®n y promotora de un proyecto que naci¨® no sin dificultades. Esders encontr¨® pegas en Francia, donde present¨® su pionero proyecto, que pretend¨ªa la publicaci¨®n de un libro con el trabajo de estas prestigiosas fot¨®grafas. Como la idea no convenci¨® mucho, se fue con la propuesta a Nueva York y desde all¨ª se edit¨® el libro Our mothers (1995), aunque sin exposici¨®n. Al a?o siguiente, el p¨²blico franc¨¦s gozaba de la edici¨®n de La Martiniere en un libro ya agotado,
Mes m¨¨res, y de la muestra que estos d¨ªas puede visitarse en el patio de la Escuela de Artes de Almer¨ªa.
"El trabajo en s¨ª ha supuesto una confrontaci¨®n muy grande para muchas de las fot¨®grafas. Algunas no pudieron hacerlo porque sus madres ya estaban muertas y recrearon sus propias historias, como Christine Spengler", explic¨® ayer Esders en la presentaci¨®n de la muestra.
El recorrido por los 70 retratos destila un cruce de emociones que van desde la admiraci¨®n al rencor y no esconde sentimientos contradictorios: amor, respeto, ternura, incomprensi¨®n, paz, vac¨ªo, indiferencia y tambi¨¦n perd¨®n.
Si con la instant¨¢nea no queda claro el mensaje de cada autora, el texto que acompa?a a la imagen -requisito demandado por la propia Esders a cada participante- resuelve cualquier duda. As¨ª, hay textos de sobrecogedora cr¨ªtica, como el de Alice Odilon, que reconoce: "... No quer¨ªa ser como mi madre. Quer¨ªa ser vista y que me quisieran. Mi madre se priv¨® de s¨ª misma y transmiti¨® su hast¨ªo por no vivir como hab¨ªa so?ado".
La cara opuesta se manifiesta con Elizabeth Opalenik: "... Siempre est¨¢ ah¨ª para celebrar mis triunfos y ayudarme a superar mis errores. Es la influencia m¨¢s positiva de mi vida".
El ¨¦xito del proyecto y la receptividad del p¨²blico estriba en la "sinceridad" del trabajo y en la "veracidad" de cada foto, seg¨²n la comisaria, que aprecia grandes diferencias entre este trabajo con mujeres y un primer proyecto, de 1992, realizado s¨®lo con hombres fot¨®grafos y sus padres.
"La diferencia con los hombres es que ¨¦stos son m¨¢s p¨²dicos y no quieren hablar de sus sentimientos. Entre hijas y madres ha sido m¨¢s intenso: o hay fusi¨®n total de amor entre ellas o lucha total. Algunas tienen problemas incre¨ªbles", argumenta Esders.
Manuel Falces, director del CAF, defiende el trabajo de Mi madre, my mother, ma m¨¨re, t¨ªtulo de la exposici¨®n en Espa?a, como un bello concepto de lo que la fotograf¨ªa representa. "La madre siempre ha estado muy ligada a la historia de la fotograf¨ªa en el siglo XX. De hecho, yo soy fot¨®grafo por mi madre, que me dio una c¨¢mara suya all¨¢ por los a?os cincuenta y eran unos a?os en los que la fotograf¨ªa era algo m¨¢gico, muy ligado al ¨¢lbum familiar. Las madres siempre han funcionado activamente y fotogr¨¢ficamente por intuici¨®n. Y la intuici¨®n y la espontaneidad son la clave de la fotograf¨ªa", declar¨® Falces.
La muestra permite, am¨¦n de apreciar las diferentes t¨¦cnicas entre autoras como Spengler o Leibovitz, apreciar un segundo estrato, esta vez descriptivo, en torno a las clases sociales que tambi¨¦n plasma.
Existen madres como la de Chila Burman, en las que la artista se afana en mostrar el rostro de su progenitora y el ciclo mismo de la vida a trav¨¦s de un billete de 10 libras que simboliza el colonialismo y el poscolonialismo en India; y madres, como la de Martien Frank, realizando labores de costura con una chimenea de fondo y decoraci¨®n palaciega decimon¨®nica. Hay incluso quien viaj¨® con su progenitora "en busca del pasado", como hizo B¨¢rbara Kasten al trasladarse hasta Lituania, pa¨ªs del que emigr¨® su madre, para plasmar la foto.
Las autoras que no pudieron llevar a cabo esta empresa, como Inge Morath -ten¨ªa 72 a?os cuando recibi¨® el encargo-, aportaron fotos antiguas como la que anuncia la exposici¨®n, una mujer sonriendo a la c¨¢mara en la orilla de alguna playa y de la mano de un ni?a que ser¨ªa, de mayor, una gran fot¨®grafa.
Babelia
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