Optimismo moderado

El comportamiento de la inflaci¨®n durante el mes de junio y, como derivada inmediata, en el primer semestre de 2003, presenta indicios de cierto optimismo. El IPC del mes pasado subi¨® una d¨¦cima y la tasa interanual se mantuvo inalterada en el 2,7%; cifra que, comparada con el desbordamiento de los precios del a?o pasado, debe ser recogida al menos con moderada satisfacci¨®n. Adem¨¢s, la inflaci¨®n subyacente se ha situado en el 2,9%, otra buena noticia si se tiene en cuenta que es el indicador que marca la tendencia de los precios.

Para matizar el entusiasmo t¨ªpico del Gobierno cuando se encuentra con buenos resultados econ¨®micos espor¨¢dicos, debe recordarse que nada m¨¢s natural que los precios tiendan a bajar cuando el entorno internacional registra niveles de estancamiento de la inflaci¨®n e, incluso, amenazas de deflaci¨®n en algunos pa¨ªses. Si lo que importa es el diferencial de inflaci¨®n, en particular respecto a los pa¨ªses con los que m¨¢s se comercia, como Alemania o Francia, resulta que se mantendr¨¢ en los niveles habituales, en torno a un punto desfavorable para los intereses de las empresas espa?olas; y m¨¢s de 1,5 puntos en el caso de los bienes industriales no energ¨¦ticos.

Parece significativo tambi¨¦n que los precios que m¨¢s aumentan son aquellos que el Gobierno dice observar con especial atenci¨®n. Es el caso de los alimentos frescos. Las frutas subieron el 1,7%, la carne de ave y los aceites el 0,7% y las legumbres y hortalizas el 0,6%, indiferentes a la supuesta vigilancia oficial de los canales de distribuci¨®n. En general, los mercados que no tienen competencia exterior siguen mostrando una peligrosa tendencia a elevar los precios sin que exista una pol¨ªtica eficaz que lo impida.

El veredicto del primer semestre en materia de precios no puede ser sino de moderado optimismo. No hay que olvidar que despu¨¦s del IPC de junio las predicciones de los economistas mantienen el 3% como tasa probable de inflaci¨®n en 2003. Si se quiere subir un escal¨®n m¨¢s habr¨¢ que confirmar la evoluci¨®n del IPC en los meses de julio y agosto. No sea que los precios del turismo (hoteles, servicios) arruinen el entusiasmo todav¨ªa perfectamente descriptible que suscita la inflaci¨®n del primer semestre.