La espuma de la pol¨ªtica
LA POL?TICA PARECE cada vez m¨¢s condicionada por los ritmos vertiginosos de una sociedad acostumbrada a cambiar de moda cada temporada y consumir compulsivamente. Con las encuestas de opini¨®n en la mano se hacen y se deshacen mayor¨ªas virtuales cada dos meses. Y, sin embargo, a la hora de la verdad, las elecciones demuestran que en pol¨ªtica, salvo situaci¨®n de crisis excepcional, los movimientos de fondo son lentos y los cambios tardan en producirse. A la hora de la verdad, las opciones de los electores son, por lo general, m¨¢s conservadoras -en el sentido de mantener en el poder a los que ya estaban- de lo que sugieren las encuestas.
Este curso que acaba es un exponente perfecto de este desajuste entre la espuma de la pol¨ªtica y el rumiar de los ciudadanos, con los medios de comunicaci¨®n en un papel de intermediarios sobre el que convendr¨ªa alguna autocr¨ªtica. Si el Prestige y la guerra deber¨ªan haber sido la tumba del PP -y de rebote demostraron las enormes dificultades de Zapatero para pasar de la oposici¨®n tranquila a la proposici¨®n ganadora-, ahora parece que la crisis de la Comunidad de Madrid ten¨ªa que ser la tumba del PSOE hasta que han entrado en juego las disputas sucesorias del PP. Pero tengo cada vez m¨¢s la sensaci¨®n de que vivir en la punta de los dientes de sierra de las encuestas tiene poco recorrido. La aceleraci¨®n de la presi¨®n sobre Zapatero -a partir de unas s¨²bitas expectativas que no est¨¢ claro hasta qu¨¦ punto eran reales- le ha perjudicado. Las cosas le iban mejor cuando trabajaba con tiempos largos, consciente de que, casi siempre, para llegar a la presidencia se tiene que pasar antes por el peaje de la derrota (v¨¦ase Gonz¨¢lez y Aznar).
La crisis de la Comunidad de Madrid confirma las deficiencias en el funcionamiento de la democracia espa?ola. El m¨¦todo de selecci¨®n de candidatos es poco transparente y carece de procedimientos que garanticen la competencia y la fiabilidad. Es curioso lo r¨¢pido que el PSOE ha olvidado las primarias que en su momento present¨® como panacea democr¨¢tica. Los mecanismos de investigaci¨®n de irregularidades y corrupciones funcionan tarde y mal. Las mayor¨ªas parlamentarias tienden a obstaculizar las investigaciones. La Fiscal¨ªa General del Estado practica la estrategia del taimado, que consiste en interpretar siempre la ley por el lado que favorece al Gobierno, aunque sea en contra de la m¨¢s elemental racionalidad. Unos medios de comunicaci¨®n muy alineados pol¨ªticamente contribuyen poco a que los ciudadanos tengan la mejor visibilidad del espacio p¨²blico, porque confunden con demasiada frecuencia informaci¨®n, opini¨®n e intoxicaci¨®n. Las promesas de regeneraci¨®n democr¨¢tica que todo l¨ªder hace desde la oposici¨®n se olvidan r¨¢pidamente desde que se llega al poder.
El discurso de la tolerancia cero en corrupci¨®n es pura ret¨®rica. Corruptos y corruptores los habr¨¢ siempre porque forma parte de la condici¨®n humana buscar atajos para satisfacer ambiciones y vanidades y porque hay much¨ªsimo dinero en juego que depende de decisiones legislativas y administrativas. El PP puede que haya ido m¨¢s lejos que cualquier otro en la ocupaci¨®n de espacio extrapol¨ªtico, en lo judicial, como en lo econ¨®mico, pero sus pulsiones son las mismas de los dem¨¢s. Por eso son tan importantes los procedimientos de control del abuso de poder.
La decisi¨®n de Gallard¨®n de destituir a Basterreche rompe el discurso Aznar-Rato que afirmaba que el problema concern¨ªa estrictamente al PSOE. Raro ser¨ªa que una trama destinada a hacer cambiar una mayor¨ªa de gobierno no tuviera terminales en el partido beneficiario. El PP practica la obstrucci¨®n porque sabe que a corto plazo la crisis se salda en beneficio suyo. Gallard¨®n ha dejado que el esc¨¢ndalo alcanzara la otra orilla, como pretend¨ªa Zapatero. ?Qu¨¦ quiere? ?Demostrar que la presencia de Ana Botella en su Gobierno no ha restado autonom¨ªa a su acci¨®n? ?Forzar, con su ejemplo, alg¨²n otro cese? ?O trazar un cortafuegos para que el incendio no le queme? Quiz¨¢ las tres cosas a la vez. Pero todo esto forma parte de la espuma de la pol¨ªtica. La cuesti¨®n de fondo es la extensi¨®n de la trama. Y es exigible a un Gobierno democr¨¢tico que contribuya a desmantelarla. Zapatero, si cree realmente, como ha dicho, que es un caso de tanta envergadura como el 23-F, tiene una opci¨®n para transmitir la gravedad de la situaci¨®n a los ciudadanos: asumir ¨¦l la candidatura socialista a la Comunidad de Madrid. Si gana, vuelve a estar en la plataforma de lanzamiento. Si pierde, probablemente tambi¨¦n habr¨ªa perdido en marzo pr¨®ximo. El ¨¦xito es de quien arriesga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.