Veterinaria, memoria e historia
El veterinario F¨¦lix Gord¨®n Ord¨¢s (1885-1973) regres¨® a Espa?a el 11 de junio de 2003, 30 a?os despu¨¦s de su muerte en el exilio mexicano. Lo recibi¨® su querido Le¨®n, que lo vio nacer y donde descansar¨¢ definitivamente, con el justo homenaje que el tiempo y este pa¨ªs deb¨ªan a esta figura emblem¨¢tica, paradigma de la veterinaria contempor¨¢nea espa?ola del siglo XX.
El que fuera ilustre veterinario y comprometido pol¨ªtico, director general de Ganader¨ªa, ministro de Industria y Comercio y presidente de la Rep¨²blica espa?ola en el exilio, fue un aut¨¦ntico renovador de la veterinaria, con aportaciones tan significativas como el Plan Gord¨®n (1931). Siguiendo modelos europeos, en ¨¦l defini¨® las Escuelas de Veterinaria como "centros fundamentales dedicados a la formaci¨®n de profesionales, tanto graduados como posgraduados, as¨ª como la obligatoriedad de la investigaci¨®n en los mismos, para resolver los problemas reales del pa¨ªs". Comparto plenamente la opini¨®n del profesor Badiola, quien afirma que Gord¨®n fue un luchador infatigable en favor de una veterinaria moderna y europea, al servicio de los ciudadanos, de la dignificaci¨®n profesional, de una reforma en profundidad de la formaci¨®n del veterinario y de la introducci¨®n de la investigaci¨®n como eje de la misma.
Recordemos brevemente los componentes esenciales del plan de estudios que Gord¨®n dise?¨®.
Concebido con una sistem¨¢tica germ¨¢nica, tan com¨²n a otros planes cient¨ªficos de su generaci¨®n, la ense?anza de Veterinaria se cursaba en cinco a?os, divididos en semestres, con materias b¨¢sicas reforzadas, ampliando las exigencias idiom¨¢ticas e introduciendo materias como la gen¨¦tica y la alimentaci¨®n en todas sus direcciones, la patolog¨ªa por especies, en la que tambi¨¦n se abordaba la zootecnia, adem¨¢s de materias relacionadas con la industria derivada, la inspecci¨®n y el an¨¢lisis bromatol¨®gico, coronando todo ello con estudios de econom¨ªa. Adem¨¢s de sus contenidos, son muchos los datos del Plan Gord¨®n que hoy nos sorprender¨ªan por su car¨¢cter innovador, como la contrataci¨®n, adem¨¢s del profesorado numerario, de especialistas nacionales o extranjeros, o la realizaci¨®n de estancias formativas en centros de prestigio.
Si en los aspectos formativos e investigativos Gord¨®n se adelant¨® a su tiempo, de forma que ?c¨²antas cosas se repiten m¨¢s de medio siglo despu¨¦s, como novedosa y singular aportaci¨®n original del legislador de turno!, no menos lo fueron sus iniciativas en el ¨¢mbito de la gesti¨®n p¨²blica, en las pol¨ªticas ganaderas, de producci¨®n y control alimentario. Seguro que Manuel Aza?a, uno de sus contempor¨¢neos detractores, se sorprender¨ªa de la actual normativa europea por su inspiraci¨®n gordoniana. Seguramente, y ahora para darle la raz¨®n, volver¨ªa a denominarle "el terror pecuario", como as¨ª lo hizo, negativamente, en sus Memorias.
El plan Gord¨®n tuvo la corta vida de la II Rep¨²blica. Aparte de la esquiva suerte que corri¨® su mentor pol¨ªtico, ten¨ªa en su contra a no poca gente que ve¨ªa con desagrado la cristalizaci¨®n de ese plan competitivo y de superior madurez para la ¨¦poca que corr¨ªa. Quiz¨¢ porque fuera visto con la oposici¨®n de quienes la historia asigna la tarea de dificultar en todos los ¨®rdenes la independencia y la calidad, frutos nunca aceptables por la mediocridad.
Desde su exilio, Gord¨®n mostr¨® un apasionamiento absoluto por la Veterinaria hasta el ¨²ltimo momento de su vida, como lo pone en evidencia la correspondencia que mantuvo, especialmente, con el profesor Cordero del Campillo, catedr¨¢tico de la Facultad de Le¨®n, y que ¨¦ste hizo llegar a los colegas espa?oles, ya desde las ¨¦pocas m¨¢s dif¨ªciles. "Anima a los veterinarios que pudieran hacerlo con dignidad a que se ocuparan p¨²blicamente de temas cient¨ªficos, literarios o art¨ªsticos ajenos a su profesi¨®n, pero sin ocultar que es veterinario, porque ¨¦sa es la mejor manera de ganar respeto, consideraci¨®n y elogio para nuestra bien amada Veterinaria".
Las cenizas de don F¨¦lix y de do?a Carmen han regresado a su querida tierra leonesa, tal como ellos mismos desearon durante tantos a?os. Al final, las deudas morales no prescriben hasta que se saldan. Y hoy, incluso los que no le conocimos, m¨¢s que por la historia y por nuestros maestros, queremos hacerle este sencillo y sentido homenaje, que nos reconforta y estimula para seguir forjando el camino de una profesi¨®n que enamora, incluso desde el desconocimiento.-
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