"Hay que tener identidad"
Rodeado de paneles, Aitor Begiristain (Olaverria, 1964) aparece en el despacho de secretario t¨¦cnico del Barcelona planificando la temporada como si continuara en el plat¨® de TV-3 predicando sobre la pr¨®xima jornada. Revuelto como est¨¢ el club, con un ir y venir de gente que a veces espanta, tranquiliza reecontrarse con Txiki. Inteligente y sereno por definici¨®n, jam¨¢s pierde la calma y su iron¨ªa le permite ganarse al periodista desde la silla de directivo con la misma complicidad y simplicidad que en el campo engatusaba al futbolista rival. Un tipo divertido y excelente que el Barcelona agradece en una ¨¦poca de gran agobio.
"El jugador del Bar?a debe aglutinar la picaresca espa?ola con el rigor y la formaci¨®n europea", se lee en uno de los carteles del despacho tal que fuera uno de los diez mandamientos de la secretaria t¨¦cnica. Txiki mira de reojo al periodista excitado que, mientras apunta a escondidas, cree haber descubierto el titular de la entrevista, y se recoge sonriente en su asiento para la sesi¨®n fotogr¨¢fica de rigor. Insiste en no llevar corbata, relativiza cualquier contratiempo, procesa r¨¢pido las preguntas y advierte que, a diferencia de 1988 cuando lleg¨® como futbolista, ahora que vuelve como t¨¦cnico no hay un duro en la caja del Camp Nou y la situaci¨®n deportiva es igualmente cr¨ªtica. Johan Cruyff, en cualquier caso, ya ha dejado dicho que velar¨¢ por sus intereses como si fuera su ¨¢ngel de la guarda. "Yo voy donde vaya Txiki", vino a decir m¨¢s o menos el padre del dream team para salir del paso de un contencioso electoral del que no quer¨ªa salir esquilmado. Txiki, que en 2000 fue la cara deportiva de la candidatura de Llu¨ªs Bassat, aguard¨® al triunfo de Joan Laporta en 2003 y en un d¨ªa cerr¨® un fichaje que estaba cantado.
"Sin una idea de grupo, sin crear complicidades, como en el 'dream team', se fracasa seguro
"Hay que ocupar todo el campo, crear especialistas y marcar las diferencias en el uno contra uno"
Pregunta. ?Acostumbrado como estaba a juzgar a los dem¨¢s t¨¦cnicos en sus juicios televisivos c¨®mo se siente ahora que le examinan a usted o a su entrenador? ?Ha cambiado su mirada sobre la pizarra?
Respuesta. En tiempos de jugador s¨®lo te fijabas en el puesto que jugabas t¨², donde te pon¨ªan o si te quedabas fuera; como comentarista tienes una visi¨®n m¨¢s perif¨¦rica y como secretario t¨¦cnico se te presenta muy complicada. A veces te sobra uno, otras te falta otro, siempre cuesta encontrar el equilibrio. Y, luego, lo que es peor: no s¨®lo debes pensar sino tambi¨¦n decidir. Estamos haciendo la plantilla.
P. El mensaje del Bar?a de hoy es crear un equipo a partir de una idea de juego, hacer un buen f¨²tbol, clasificarse para la Liga de Campeones y, a ser posible, ganar un t¨ªtulo. ?En que difiere del del Celta, del Deportivo, del Valencia o de la Real?
R. Queremos que se nos conozca por algo m¨¢s que por los jugadores, el nombre del club y los resultados. Pretendemos tener una identidad futbol¨ªstica y un estilo que marque diferencias. Tenemos cuatro a?os para montar un equipo que crezca de acuerdo a una idea, a un estilo, a una manera de jugar personal. El primer paso ha sido fichar al entrenador, un t¨¦cnico que simbolice el concepto futbol¨ªstico que prentendemos, y ahora hay que confeccionar la plantilla, y no es f¨¢cil porque estamos mediatizados por futbolistas que rompen con la idea que tenemos de c¨®mo jugar: por un sitio nos sobran jugadores y por otro nos faltan, as¨ª que cuadrarla es complicado.
P. En tres a?os ha habido cuatro entrenadores, Serra Ferrer-Rexach-Van Gaal-Antic, que no tienen nada en com¨²n, circunstancia que ha repercutido en la composici¨®n del equipo, una mezcla de dificil digesti¨®n.
R. M¨¢s que un equipo que ha tenido cuatro entrenadores es una plantilla confeccionada por cuatro secretarios t¨¦cnicos: Serra Ferrer, Van Gaal, Parera, Rexach. Y no lo digo porque sea yo ahora el quinto.
P. ?Es m¨¢s dif¨ªcil vender o comprar jugadores?
R. Vender. No es f¨¢cil traspasar jugadores de un equipo que ha quedado sexto en la Liga y que, sin embargo, reciben el salario propio de un campe¨®n de la Champions o de Liga. El nivel de los futbolistas es alto, pero pocos equipos pueden asumir su coste. Estamos colgados porque hay contratos de por medio. Kluivert, por ejemplo, est¨¢ cumpliendo el suyo. No se puede acusarle. Y, tal como van las cosas, mantener a Kluivert puede ser un prioridad, aun sabiendo que tener a otro delantero centro no nos har¨¢ ning¨²n da?o.
P. Es un problema colocar jugadores, pero tampoco parece f¨¢cil adquirir los que m¨¢s interesan.
R. No nos podemos equivocar con los fichajes. No s¨®lo por una cuesti¨®n deportiva sino econ¨®mica. No hay dinero. Hay que aspirar a que el equipo con el que partimos por necesidad pueda mejorar con tres o cuatro refuerzos. Ya se sabe que ¨²ltimamente cuesta llegar y ser titular en el Barcelona. Ha habido mucha gente de paso. La meta es encontrar jugadores excelentes que se conviertan en medi¨¢ticos.
P. La candidatura de Laporta jug¨® muy ofensivamente en el periodo electoral, pero ya constituida como directiva parece que practica el catenaccio. O al menos as¨ª se desprende de los fichajes realizados. Los extracomunitarios, por lo dem¨¢s, tampoco parece que vayan a marcar diferencias.
R. Una cosa es la pasi¨®n que genera una directiva por su juventud, coraje y pasi¨®n y otra armar un equipo. Yo entiendo que, a¨²n pudiendo ser un juego plano, el equipo ha venido generando ocasiones de gol y, por contra, ha hecho demasiadas concesiones defensivas. Hay que dar cuerpo a una buena zaga e ir avanzando hasta dar con el cambio que queremos. No podemos ir mezclando como el pasado sino darle forma paulatinamente a nuestra idea: descartando y fichando poco a poco.
P. El proyecto deportivo huele a dream team. No s¨®lo por quienes le avalan sino porque tiene la bendici¨®n de Johan Cruyff.
R. No nos hace da?o ni tampoco nos preocupa que haya gente que crea que somos parientes de Cruyff, por decirlo de alguna manera. Intentamos combatir la indefinici¨®n que ha habido hasta ahora en el Bar?a con un proyecto claro y que seguramente nos acerca a la idea del dream team, y no a la de Cruyff o a la de Koeman o a la de una personalidad determinada sino a la de un colectivo. Nos interesa el esp¨ªritu que llev¨® a la creaci¨®n de una manera particular de entender el f¨²tbol y el Barcelona. No fue un proceso que se vivi¨® ¨²nicamente en el campo sino tambi¨¦n en el vestuario y en el club. Sin una idea de colectivo, sin crear complicidades, se fracasa seguro, a corto o a largo plazo.
P. ?Qu¨¦ significa hoy futbol¨ªsticamente esa idea que en su d¨ªa se dio por superada cuando se destituy¨® a Cruyff en 1996 despu¨¦s de estar disputando precisamente la UEFA y la Liga con una nueva generaci¨®n de futbolistas?
R. Ocupar todo el campo de juego, crear especialistas y marcar las diferencias en el uno contra uno o uno contra dos. La idea es que cada futbolista sea h¨¢bil en alguna cosa. Puedes tener a tres o cuatro jugadores capaces de alinearse en distintos puestos, pero no debe ser una norma. A veces hay que reconvertir a volantes en extremos. Ni Figo ni yo, por ejemplo, ¨¦ramos extremos y acabamos si¨¦ndolo. Pero lo que no puede ser es que la gente que aporta soluciones temporales sea m¨¢s importante que la que da soluciones definitivas.
P. ?Ya tiene una idea del dibujo que puede tener el equipo?
R. Un 4-2-3-1. No somos partidarios del doble pivote sino de un medio defensivo que act¨²e por delante de los dos centrales y de otro ofensivo que cubra el terreno al que no llegue el media punta. Me resisto a creer, por otra parte, que la cultura de los extremos est¨¢ despareciendo: si no hay gente r¨¢pida y que desborde, conviene inventarla. Hay que rentabilizar lo que ya tenemos y no podemos cambiar. Estamos iniciando un proceso y podemos dar pocos pasos, pero precisamente por eso deben ser seguros. A falta de individualidades, debemos impulsar la cultura de equipo. Si no viene un futbolista, vendr¨¢ otro, puede que sea menos espectacular, pero la idea siempre ser¨¢ la misma.
P. El suyo es un proyecto a medio o largo plazo, y el Barcelona lleva cuatro a?os sin ganar un t¨ªtulo. Por lo dem¨¢s, competiciones como la Recopa o la Copa que en su d¨ªa, en tiempos de sequ¨ªa, permitieron la catarsis cul¨¦, ya no se juegan o se han desvalorizado. No hay a la vista una Basilea, Berna o Valencia...
R. Tenemos la Copa de la UEFA, aunque conviene llegar al menos a semifinales para que se valore, y despu¨¦s, obviamente, hay que volver a clasificarnos para la Champions. Las cosas son as¨ª. El asunto es generar ilusi¨®n por disputar el t¨ªtulo y a la larga, expectaci¨®n por ganarlo.
P. ?El Madrid es inalcanzable?
R. No. Gan¨® la Liga en el ¨²ltimo partido. Con cuatro cosas bien hechas, la Real le complic¨® la vida y se divirti¨® jugando a f¨²tbol. Si Roberto Olabe, el director deportivo, hubiera dicho a principio de temporada que disputar¨ªan el t¨ªtulo no le habr¨ªan cre¨ªdo. Yo, ahora, me pongo en su sitio. La diferencia entre salarios no se corresponde necesariamente con la diferencia que hay entre los equipos en el campo.
P. ?Pero en el Bar?a hay un problema a?adido: todos, desde el presidente al secretario t¨¦cnico pasando por el entrenador, son nuevos y novatos? La mayor¨ªa andan por los 40 a?os. Las demandas se amontonan: ?Quien aguantar¨¢ la presi¨®n? ?D¨®nde est¨¢ la estrella?
R. Yo me agobi¨¦ al principio, frente a la pizarra, pero una vez montado el equipo de trabajo ya es otra cosa. Alrededor de una idea com¨²n cada uno tiene su cometido. Puedo decir que con Rijkaard se puede trabajar como queremos porque ha entendido nuestra filosof¨ªa de equipo, y por lo que respecta a mi funci¨®n me gustar¨ªa que fuera como la de jugador: aparecer de vez en cuando, temporalmente, cuando sea menester, con la intenci¨®n de aportar una soluci¨®n al problema.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.