La sirena del mundo
Virginie Dedieu logra el oro en solo con una nota m¨¢xima y se corona como la reina indiscutible de la sincronizada
"Virginie, reine du monde". En las Picornell, bajo un sol deslumbrante, una enorme pancarta proclama, momentos antes de que se consume, el reinado de Virginie Dedieu. Siete a?os ha tenido que esperar la genial nadadora francesa (Aix-en-Provence, 1979), desde que en 1996 se dio a conocer, para romper los moldes de la historia, acabar con la hegemonia rusa e inscribirse con letras de oro en las p¨¢ginas doradas de la sincronizada. Barcelona le ha puesto la corona y ella, t¨ªmida y orgullosa, proclama: "Creo que es justo decir que soy la mejor del mundo".
Lo es porque nadie se comporta en el agua como ella lo hace. Nadie iguala su perfecci¨®n t¨¦cnica, nadie posee su agilidad de piernas; nadie puede emular su expresividad. Sus movimientos son r¨¢pidos, limpios. Su rostro, un repertorio de gestos, cargados de emotividad. "En sincro", cuenta Dedieu con extrema sobriedad, "para ser artista hay que adquirir primero un nivel t¨¦cnico extraodinario". Y ella lo posee, como lo constataron los tres dieces que ayer obtuvo del jurado en esta faceta (los otros dos la calificaron con sendos 9,9). A?os de riguroso trabajo en el club de su ciudad natal, han permitido que Nini, como la llaman sus amigos, haya alcanzado su madurez profesional y explotado al m¨¢ximo las cualidades innatas que posee.
"Creo que es justo decir que soy la mejor del mundo", proclama feliz la nadadora francesa
El agua ha sido su medio natural desde que, siendo a¨²n beb¨¦, sus padres decidieron lanzarla a la piscina para que se familiarizara con el medio. No pod¨ªan imaginar entonces que esa decisi¨®n marcar¨ªa la vida de su hija. Porque a los seis a?os, cuando su madre pens¨® que la sincronizada pod¨ªa ser la mejor disciplina para que Virginie hiciera deporte y se divirtiera, se llev¨® una grata sorpresa. Su hija no s¨®lo estaba encantada con la sincro; adem¨¢s, pod¨ªa resistir y manejarse en el agua sin necesidad de colocarse la habitual pinza en la nariz. Virginie hab¨ªa "guardado un reflejo" que todos poseemos al nacer, pero que la mayor¨ªa perdemos por la falta de contacto con el agua, y que permite resistir largo tiempo sumergido sin necesidad del molesto aparatito. Desde entonces, y con esa cualidad, Dedieu ha pasado su vida en torno a una piscina con el ¨²nico objetivo de la perfecci¨®n, de llegar a convertirse en la mejor. De superar a Olga Sedakova y a Olga Brusnikina, las dos rusas que, desde el Europeo de Sevilla 97 hasta el a?o pasado, cuando ya logr¨® el oro en el Europeo de Berl¨ªn, hab¨ªan impedido su coronaci¨®n.
Este a?o, tras haber culminado su perfecci¨®n t¨¦cnica con la ayuda de la ex seleccionadora rusa Maria Maximova -"me ense?¨® a ir m¨¢s lejos de lo que yo pod¨ªa imaginar", cuenta-, Dedieu se decidi¨® a mejorar el ¨²nico aspecto en el que cojeaba: controlar sus gestos en el agua. En sesiones de entrenamiento de seis horas primero y de ocho desde febrero, cuando aparc¨® sus estudios de tercero de Arquitectura Interior para centrarse exclusivamente en el Mundial, perfeccion¨® el gesto. Despu¨¦s, se desplaz¨® a Las Vegas, para trabajar junto al Cirque du Soleil. El resultado es una medalla de oro que la corona como la nueva reine du monde. Ayer, la reina, con paciencia, delicadeza y sobriedad no par¨® de firmar aut¨®grafos a los muchos franceses que presenciaron su coronaci¨®n.
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