El meta paciente
Siempre a la sombra de Roll¨¢n ("es como competir contra Armstrong"), el suplente Andreo encontr¨® al fin una oportunidad grande ante Rusia
A Jes¨²s Roll¨¢n le consideran todos sus compa?eros y la mayor¨ªa de sus rivales el mejor portero del mundo. "San Jes¨²s", le llaman en la selecci¨®n espa?ola. Por eso, el trance para ?ngel Andreo (Madrid, 1972) fue de a¨²pa el mi¨¦rcoles. A la una del mediod¨ªa, s¨®lo seis horas antes del trascendental partido ante Rusia, el seleccionador Joan Jan¨¦ le comunic¨® que iba a ser titular. Roll¨¢n anda fastidiado, con una lesi¨®n muscular en la pierna derecha. Andreo, su eterno suplente, sali¨® tan airoso de la situaci¨®n como la selecci¨®n espa?ola, que venci¨® a Rusia y que, incluso perdiendo hoy por menos de dos goles ante Eslovaquia (19.45, La2), se clasificar¨¢ como primera de grupo para los cuartos de final.
Andreo entr¨® en la ¨®rbita de la selecci¨®n espa?ola en 1995, justo a tiempo para colgarse del cuello la medalla de oro ol¨ªmpica en Atlanta'96 y la de los Mundiales de hace dos a?os en Fukuoka, adem¨¢s de estar presente en la cita ol¨ªmpica de Sydney en 2000, donde Espa?a fue cuarta. Pero de estas tres citas, s¨®lo en la ¨²ltima citada jug¨® "un ratito", ante la d¨¦bil selecci¨®n japonesa. El resto del tiempo se lo pas¨® en el banquillo. Pese a la costumbre, lo pasa fatal all¨ª. De tanto como grita, muchas veces sus propios compa?eros tienen que pedirle un poco de calma. Estar en el banquillo supone para ¨¦l una doble tensi¨®n: "Sufro m¨¢s y, encima, tengo que estar pendiente y a punto por si a Roll¨¢n le pasa algo y tengo que suplirle", dice.
Andreo desdramatiza su situaci¨®n. "Para m¨ª no es frustrante porque s¨¦ y asumo el papel que tengo. He coincidido con Roll¨¢n y competir con ¨¦l es como si tuviera que hacerlo un ciclista contra Indur¨¢in o Armstrong", explica. "No me siento eclipsado. Ni tampoco vi que el equipo, ante Rusia, estuviera m¨¢s pendiente de la porter¨ªa. Est¨¢ claro que la lesi¨®n de Roll¨¢n crea incertidumbres pero el equipo se olvida de ello cuando compite".
La carrera de Andreo, surgido de la cantera del madrile?o Encinas de Boadilla, no ha sido un camino de rosas. Estuvo a punto incluso de lanzar la toalla. Fue en 1993. Despu¨¦s de una problem¨¢tica temporada, el Canoe le comunic¨® que no iba a estar en el equipo. S¨®lo quedaba una semana para el inicio de la Liga. Estaba estudiando Educaci¨®n F¨ªsica y pr¨¢cticamente se hizo a la idea de continuar entren¨¢ndose con La Latina, pero sin competir. Sin embargo, el croata Dragan Matutinovic, que lo hab¨ªa dirigido en la selecci¨®n espa?ola junior y por entonces dirig¨ªa al Club Nataci¨® Montju?c, decidi¨® ficharlo. Tuvo que trasladarse a Barcelona, donde se ha afincado en todos los aspectos: tras cuatro a?os en el Montju?c, lleva otros seis defendiendo la porter¨ªa del Atl¨¨tic Barceloneta, adem¨¢s de que est¨¢ casado con una catalana y de que s¨®lo hace poco m¨¢s de dos meses naci¨® en Barcelona su hija Claudia. Comparte la tesis del hist¨®rico Manel Estiarte, para el que los madrile?os que empezaron a incorporarse a principios de los noventa en una selecci¨®n con mayor¨ªa catalana aportan, en general, mayor descaro y un punto de necesaria temeridad. Es ¨¦sa una de las muchas virtudes que Andreo destaca de Roll¨¢n, el portero al que m¨¢s admira y al que, de vez en cuando, sustituye.
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