Una corona musical sin sucesora a la vista
"Yo no me quiero retirar", dijo hace a?os Celia Cruz cuando llevaba ya m¨¢s de cinco d¨¦cadas subida a un escenario. "Si acaso, actuar¨ªa m¨¢s descansada, no este correcorre". Y es que la Reina de la Salsa, la Guarachera Universal, la Reina Rumba o como quiera que se la llamara pose¨ªa tal vitalidad que cuesta creer que un c¨¢ncer haya acabado con su vida.
Era un torbellino. Tan profesional y dotada por la naturaleza para el arte como para la relaci¨®n personal. Hasta su muerte, y por muchos a?os, ser¨¢ la reina de la m¨²sica cubana, la figura indiscutible de la salsa (t¨¦rmino un tanto dudoso que a ella no le importaba utilizar para describir su m¨²sica) y la que mejor y con m¨¢s audacia supo llevarla por el planeta.
Por un concurso de radio abandon¨® su carrera de Magisterio para ejercer el magisterio de la cuban¨ªa. De Las Mulatas de Fuego, el grupo con el que hizo su primera gira mundial, a La Sonora Matancera o la Fania All Stars, Celia fue imprimiendo un car¨¢cter y una manera de interpretar fuera de lo com¨²n.
Cuba dentro y lejos
Cuba estaba dentro de ella, aunque la viv¨ªa de lejos y con pena por sus discrepancias p¨²blicas con el r¨¦gimen castrista. "No me pregunten qu¨¦ pienso de Fidel Castro, igual que a ¨¦l no le preguntan qu¨¦ piensa de Celia Cruz", dijo a los periodistas espa?oles tras el concierto que en 1996 ofreci¨® en Madrid cuando present¨®, junto a Tito Puente y otros titanes de la m¨²sica afrocubana, el disco de homenaje que hab¨ªan realizado llevando hac¨ªa la m¨²sica caribe?a las canciones de Los Beatles.
Y es que Celia Cruz nunca puso peros a mezclar su talento con proyectos que en principio podr¨ªa resultar chocantes para una artista consagrada. Con David Byrne grab¨® Loco de amor para la pel¨ªcula Wild Thing y el disco Rey Momo, con los argentinos Fabulosos Cadillacs cant¨® Vasos vac¨ªos y con el rumbero gitano Azuquita El Tostadero. En ella se hace al rev¨¦s la frase que dice que "detr¨¢s de un gran hombre, siempre hay una gran mujer". La torna la tom¨® Pedro Knight (Caballero, en ingl¨¦s), un trompetista de la Sonora Matancera que le rob¨® el coraz¨®n. ?l dej¨® todo por ella, y se convirti¨® en su guardi¨¢n, su secretario, consejero, amigo y escudero. Siempre estaba detr¨¢s del escenario cuando Celia actuaba y ella siempre le miraba y le gui?aba el ojo en medio de las canciones.
Ya no podr¨¢ volver a Cuba, esperanza que nunca perdi¨®. Deja un enorme tesoro de grabaciones, un grito de guerra dulce: " ?Azuu¨²ucar!", y un estribillo inolvidable, "Bemba color¨¢", que se convirti¨® en su canci¨®n m¨¢s emblem¨¢tica.
Babelia
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