La Sala-Kubo resume a trav¨¦s de 70 obras el trabajo de Saura

Antonio Saura (Huesca, 1930-Cuenca, 1998), uno de los m¨¢s destacados artistas de la segunda mitad del siglo XX, cay¨® enfermo en 1997 un mes despu¨¦s de concluir Iceberg Foule, la ¨²ltima pieza en gran formato de Multitudes, una serie pict¨®rica monumental que ocupa un lugar destacado en su trayectoria. La obra, ahora propiedad de un coleccionista de Ginebra, puede verse y analizarse en todo su contexto en el Kutxaespacio del Arte de San Sebasti¨¢n. Este espacio acoge desde ayer una exposici¨®n que resume a trav¨¦s de 70 creaciones 40 a?os del trabajo del pintor.

La trayectoria de Saura, hermano del cineasta Carlos Saura, no puede entenderse sin conocer su reflexi¨®n m¨¢s radical sobre la pintura. "Un cuadro es ante todo una superficie en blanco que es preciso llenar con algo", escribi¨® en 1958, tras dar por cerrada su breve incursi¨®n en el surrealismo. "La tela es un ilimitado campo de batalla". El artista, fundador del m¨ªtico grupo El Paso -integrado tambi¨¦n por Manuel Millares, Feito o Canogar hasta su disoluci¨®n en los 60-, trabaj¨® siempre a partir de esta idea. Primero ocup¨® el espacio del lienzo con cuerpos de mujeres desnudos, despu¨¦s con figuras o cabezas que convirti¨® en el eje de una de sus series monumentales clave, Multitudes.

La exposici¨®n del Kutxaespacio del Kursaal toma precisamente este t¨ªtulo, y no por casualidad. En la sala se exhiben hasta principios de octubre cinco de las once pinturas de gran formato que conforman esta serie y algunos bocetos completos y firmados que le sirvieron de gu¨ªa para realizar las obras monumentales. Se completa la muestra con creaciones en papel sobre la misma tem¨¢tica y otras -en general m¨¢s coloristas- que giran en torno a los mismos conceptos y que Saura englob¨® bajo los t¨ªtulos Acumulaciones, Catedrales, Cocktail Party, Montajes, Repeticiones o Rompecabezas, entre otros. "El tema y el concepto que se esconde tras las multitudes nos ha parecido uno de los que mejor vertebran la obra ¨²ltima de Antonio Saura, su particular exploraci¨®n de los infiernos y las almas plurales que laten bajo el blanco del lienzo", dijo ayer la comisaria Dolores Dur¨¢n, ante Marina, hija del artista, y su viuda, Mercedes. "Y como tal pretendemos ofrecerlo, como eje motor de una serie de g¨¦neros sat¨¦lite (...), que responden a una misma intenci¨®n repobladora del vac¨ªo".

Para Antonio Saura la ocupaci¨®n del espacio in¨¦dito fue una obsesi¨®n que en Multitudes le permiti¨® plasmar otras ideas. "He querido reflejar", escribi¨®, "el clamor de las masas humanas atra¨ªdas como a un fanal por un culto, por una protesta o un fanatismo, por una indignaci¨®n o una s¨²plica: el espectador, al acercarse al fanal, o al situarse dentro de ¨¦l, sorprende en un rel¨¢mpago instant¨¢neo la variedad de los rostros en las antiformas de unos antirretratos".

Saura, artista comprometido que luch¨® contra el franquismo y opt¨® por el exilio voluntario, realiz¨® la primera pieza de esta serie, Foule, en 1959. La ¨²ltima, Iceberg Foule, en 1997, meses antes de morir. Entre una y otra, desarroll¨® una fecunda actividad art¨ªstica que queda reflejada en la sala. Su idea matriz asoma en todas las obras, tanto en los ¨®leos, como en las creaciones sobre papel -en la que se volc¨® entre 1967 y 1980-. En algunas, como en la serie Catedrales, lo hace de forma colorista, en otras, con austeridad crom¨¢tica.