Dolor y f¨¢bula
Siempre me ha llamado la atenci¨®n que Ernst J¨¹nger, oficial al servicio de la Wehrmacht, el mismo ej¨¦rcito que allanaba el camino en el Este para que las fuerzas de las SS exterminaran jud¨ªos, siempre me ha llamado la atenci¨®n, dec¨ªa, que el adjetivo m¨¢s ofensivo que le dedicara a Himmler fuera el de "el gran charlat¨¢n". Himmler fue coautor ideol¨®gico de la muerte de seis millones de jud¨ªos, adem¨¢s de gitanos, comunistas, inv¨¢lidos, disminuidos y desafectos al r¨¦gimen. Esa espantosa responsabilidad s¨®lo le inspira al autor de Tempestades de acero (libro que Hitler ten¨ªa en gran consideraci¨®n) un ep¨ªteto poco ocurrente aunque pretendidamente gracioso. En los cuatro a?os registrados en sus diarios de Par¨ªs, no hay ninguna referencia al genocidio que el ej¨¦rcito al que orgullosamente pertenec¨ªa colaboraba a perpetrar. Ning¨²n interrogante. Pero Primo Levi s¨ª escribi¨® sobre el Holocausto. Lo vivi¨® en carne propia, en los mismos d¨ªas en que J¨¹nger tomaba el t¨¦ con Picasso y le¨ªa a Paul Morand. En La tregua, el escritor italiano describe la lenta agon¨ªa de un ni?o de tres a?os, a poco de entrar los rusos en Auschwitz. Al ni?o se le puso el nombre de Hurbinek, el que no tiene nombre.
EL COMPRADOR DE ANIVERSARIOS
Adolfo Garc¨ªa Ortega
Ollero & Ramos. Madrid, 2003
237 p¨¢ginas. 17 euros
A partir de esta situaci¨®n, Adolfo Garc¨ªa Ortega escribe El comprador de aniversarios
, un libro terrible sobre el Holocausto. Fabula una posible existencia de Hurbinek, todas las que nunca pudo vivir. Y alrededor de esas existencias conjeturales, el autor castellano, a trav¨¦s de un narrador que quiere visitar, pero no puede, Auschwitz, nos conduce por uno de los m¨¢s, sino el m¨¢s, indescriptibles tormentos que una ideolog¨ªa, un l¨ªder y pr¨¢cticamente un pueblo infligieron a otro pueblo. Entre la cr¨®nica, la ficci¨®n y la bibliograf¨ªa especializada, Adolfo Garc¨ªa Ortega escribi¨® un texto sobrecogedor. Lo recomiendo, junto a Cr¨®nica del gueto de Varsovia (Alba), de Emanuel Ringelblum. No hace muchos meses, Jos¨¦ Saramago afirmaba que el ej¨¦rcito israel¨ª estaba haciendo con los palestinos lo mismo que los nazis hicieron con los jud¨ªos. Tal injusto desacierto estaba guiado, no cabe duda, por su af¨¢n de solidaridad con el pueblo palestino. Pero ning¨²n intelectual espa?ol escribi¨® nada para rebatir tan amargo incumplimiento a la verdad hist¨®rica. Nadie, excepto ahora Garc¨ªa Ortega desde este imprescindible y doloroso libro.
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