Abortos
?C¨®mo no recelar ante el anuncio de que la sanidad p¨²blica se har¨¢ cargo de la mayor parte de los abortos, si viene de un Gobierno presidido por el llamado beato Camps? Ni el m¨¢s osado gabinete de Pla se atrever¨ªa con una medida que los socialistas ya hubieran debido imponer (leg¨ªtima, democr¨¢ticamente) hace a?os, nada m¨¢s aprobarse la ley.
Ahora salen las cifras a relucir: la pr¨¢ctica totalidad de las interrupciones voluntarias de embarazo se ha realizado en centros privados, aunque en parte (el 40% de la mitad de ellas) han sido sufragadas a cargo de los presupuestos. La objeci¨®n de conciencia ha mantenido a nuestros hospitales tan al margen que ni siquiera tienen el detalle de resolver los casos de malformaciones por ellos mismos detectadas. Y ni hablar del supuesto m¨¢s com¨²n, cuando una mujer se acoge al da?o psicol¨®gico, ese que ahora Rambla quiere investigar con lupa porque la carcundia le atribuye el papel de coladero.
Conclusi¨®n: hurgar encarnizadamente en la psique de la pecadora es correcto, justo y necesario, hasta dictaminar que la que no quiere tener un hijo es que va camino de, o ya est¨¢, loca de atar. Pero la de un m¨¦dico objetor es palabra de dios y su testimonio de vida no necesita ser escrutado (no sea que algunas actividades profesionales o personales no aparezcan tan impolutas, lo que significar¨ªa que adem¨¢s de mentir se escaquea de su trabajo).
Atrevido, s¨ª, el conseller, con esta novedad casualmente publicitada cuando las cl¨ªnicas denunciaban el enorme retraso en el cobro de los abortos que les hab¨ªan sido delegados. Sobre todo porque no consta que antes se haya asegurado la alternativa, comprometiendo a los centros y a los sanitarios, hasta ahora tan ¨¦ticos, a cumplir la ley en cantidad, calidad y ritmo requeridos.
Estas intervenciones tienen sus plazos m¨¦dicos, psicol¨®gicos y legales. Aqu¨ª no valen las listas de espera. Ojal¨¢ no se confirmen las peores sospechas, las que indican que se trata de poner todos los impedimentos posibles, de abortar el ejercicio de un derecho que tanto cost¨® conseguir.
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