Qu¨¦ hemos aprendido: la burbuja tecnol¨®gica
EN SU Breve historia de la euforia financiera escribe Galbraith que la memoria en asuntos burs¨¢tiles dura como m¨¢ximo 20 a?os. "?ste es el tiempo que se precisa para que los frutos de un desastre queden borrados, y para que alguna variante de demencia anterior rebrote a fin de cautivar la mente de los financieros". Ya hab¨ªamos interiorizado que en el periodo de una generaci¨®n se olvida lo que la anterior hab¨ªa aprendido del funcionamiento especulativo de las bolsas. Adem¨¢s, en los ¨²ltimos tiempos and¨¢bamos enredados en la aparici¨®n de otra hipot¨¦tica burbuja: la inmobiliaria.
Una burbuja es la desviaci¨®n del precio de un activo respecto del valor estimado por las expectativas m¨¢s racionales. Existe una burbuja cuando se multiplica la especulaci¨®n. Hubo burbuja tecnol¨®gica cuando el valor en Bolsa de las empresas de nuevas tecnolog¨ªas subieron y subieron sin ninguna explicaci¨®n racional. Cuando las burbujas se pinchan, mucha gente se arruina.
Hay indicios de que la burbuja tecnol¨®gica puede estar repiti¨¦ndose. Desde el pasado octubre, el ¨ªndice Nasdaq se ha revalorizado casi un 60%. Muchas de las empresas que m¨¢s suben son las que m¨¢s dinero pierden
A partir de marzo de 2000 se pinch¨® una espectacular burbuja burs¨¢til, concentrada fundamentalmente en las empresas de la nueva econom¨ªa que utilizaban de modo intensivo la revoluci¨®n tecnol¨®gica representada por Internet. Aquella burbuja no parec¨ªa tener fin, pese a que muchas de las compa?¨ªas que la protagonizaron estaban en p¨¦rdidas, no repart¨ªan dividendos y ni siquiera ten¨ªan planes de negocios que convencieran a los inversores del futuro de las mismas. El lugar donde se concentr¨® esa explosi¨®n de expectativas irracionales fue el mercado electr¨®nico Nasdaq, creado en EE UU en 1971. En su libro La econom¨ªa en la red (editorial Taurus), el catedr¨¢tico Emilio Ontiveros dice que en el mercado Nasdaq "se registran acciones de aquellas empresas que, adem¨¢s de pertenecer gen¨¦ricamente al cada vez m¨¢s amplio sector de las nuevas tecnolog¨ªas, disponen de una potencialidad de crecimiento y en todo caso de volatilidad en su precio, que aconseja segregarlas de los dem¨¢s mercados, configurando una plataforma de negociaci¨®n espec¨ªfica, susceptible de admitir variaciones en el precio muy superiores a las aceptadas en los mercados de acciones tradicionales".
Desde la fecha citada, la burbuja tecnol¨®gica estall¨®, sucedi¨¦ndose una especie de crash a c¨¢mara lenta en el que el dinero perdido fue, por ejemplo, muy superior al volatilizado en la Gran Depresi¨®n de 1929. Seg¨²n algunos estudios, entre marzo de 2000 y marzo de 2003, en las bolsas de valores de todo el mundo se evapor¨® una cantidad equivalente a 13 billones de d¨®lares.
?Qu¨¦ hemos aprendido de ello? A la luz de las apariencias se podr¨ªa afirmar que poca cosa. Apenas tres a?os y medio despu¨¦s de ese crash, hay indicios de que podr¨ªamos estar repitiendo la experiencia, iniciando una nueva burbuja tecnol¨®gica. El ¨ªndice Nasdaq se ha recuperado en un porcentaje cercano al 60% desde el pasado mes de octubre, superando con mucho el alza del tradicional Dow Jones. En un art¨ªculo titulado "La fiebre de Internet parece volver a Wall Street", The Wall Street Journal escrib¨ªa hace unos d¨ªas: "Tal y como suced¨ªa en los tiempos de la locura de Internet, las acciones de empresas que est¨¢n perdiendo dinero est¨¢n subiendo m¨¢s que las de compa?¨ªas rentables... De las 1.500 peque?as, medianas y grandes acciones que cotizan en Standard & Poors, las 195 que perdieron dinero el ¨²ltimo a?o est¨¢n un 101% al alza de media desde el 9 de octubre, mientras que las 1.305 que ganaron dinero han subido una media del 45%". El diario econ¨®mico hace algunas apreciaciones centrales: todo el ¨ªndice Nasdaq 100, que congrega a las 100 mayores acciones del Nasdaq, se vende ahora a m¨¢s de 240 veces los beneficios de sus compa?¨ªas del ¨²ltimo a?o, y se cotiza a 38 veces las estimaciones de beneficios de sus empresas para el a?o entrante. Las ganancias de las acciones han rebasado con mucho los fundamentos.
?Se repetir¨¢ esta historia burs¨¢til de modo tan r¨¢pido y tan gregario? Todav¨ªa no se puede hacer un diagn¨®stico definitivo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.