La calidad de Uceda Leal salva la tarde

Brindado el tercer toro al p¨²blico, Tejela cit¨® de lejos con la muleta en la derecha. All¨¢ que se fue el de Valdefresno, con velocidad pero sin definir el viaje. Tan de pronto se encontr¨® Tejela con el toro, que no le dio tiempo a reaccionar. Le cogi¨® de lleno, sobre el muslo derecho, y al caer el peso de su cuerpo descans¨® sobre el brazo izquierdo del torero. Con gestos de dolor, e impotente, Tejela abandon¨® el ruedo. La corrida, de pronto, quedaba convertida en un mano a mano entre Juan Mora y Uceda Leal.

Antes de ese toro, la corrida tampoco tuvo un comienzo prometedor. El primero de la tarde, justo de trap¨ªo y bajo, neg¨® su pelea con el caballo. Con la muleta y entre las rayas, Mora prob¨® mucho a ese toro. Pero tard¨®n, el de Valdefresno tampoco acab¨® por entregarse. Lo sac¨® fuera del tercio Mora y tampoco se convenci¨®. Esforzado pero sin convencerse, opt¨® por la brevedad y mont¨® la espada antes de lo previsto.

El toro que envi¨® a Tejela a la enfermer¨ªa tuvo seriedad, sobre todo por delante. Tampoco fue un ejemplo de bravura, todo lo contrario. Descubri¨® sin reservas su mansedumbre en el ¨²ltimo tercio, pues no tard¨® nada en buscar los terrenos de toriles. Pero ah¨ª lo entendi¨® Juan Mora, que poco a poco fue ganando en confianza. Primero fueron simples bocetos los que dibuj¨® con la mano derecha, con el toro al paso y sin entregarse, pero tambi¨¦n muy c¨®modo en esa zona del ruedo.

Una buena serie en redondo sobre la derecha levant¨® el vuelo de la faena, que sin llegar a tener altura pareci¨® coger cuerpo. Con toro y torero acomodados en los adentros, otra serie con la mano izquierda enriqueci¨® una labor de chispazos. Mas acobardado el toro, que se march¨® de la muleta en clara huida, dej¨® sin remate una labor de buenos apuntes.

Alterado el orden de lidia por la cogida de Tejela, Mora despach¨® el segundo de su lote en quinto lugar. Fue uno de los toros m¨¢s c¨®modos de la corrida, pero casi en id¨¦ntico tono de juego que el resto. Floje¨® de salida, por lo que se escucharon algunas protestas. Y, tambi¨¦n mansito, pas¨® sin pena ni gloria por el primer tercio. Sin entrega en la muleta, la faena qued¨® muy pronto convertida en un di¨¢logo para sordos. A la poca condici¨®n del toro respondi¨® Juan Mora con vanos intentos, vac¨ªos de contenido y de confianza.

El toro m¨¢s manso de la corrida fue el segundo de la tarde. Tres llegadas al caballo y tres clamorosas huidas sin disimulo. Un animoso Uceda, que hab¨ªa recibido a ese toro con una larga de rodillas, apunt¨® torer¨ªa en los primeros compases de una faena que acab¨® frustrada por la mansedumbre del toro. Protest¨®n y defendiendo su parcela, el de Valdefresno le volvi¨® la cara a la muleta de Uceda. Distra¨ªdo a la salida de cada pase, fue otro toro que busc¨® el abrigo de toriles. La faena qued¨® en simple proyecto. Grand¨®n, alto y vasto fue el segundo del lote de Uceda. Sin clase, con la cara alta y al paso, sus intentos fueron est¨¦riles.

El sexto fue el buen toro de una muy mansa corrida. Justo de fuerzas, se encontr¨® tambi¨¦n con un muy buen torero. Ese toro que salv¨® la perdida tarde, se encontr¨® con un plet¨®rico Uceda. La faena, mecida y mimada, s¨®lo tuvo el color de la calidad. Matizada con mucha torer¨ªa, Uceda consinti¨® una enormidad al toro. Hubo torer¨ªa en los remates y siempre un acento de calidad excepcional. La estocada, muy bella de ejecuci¨®n, puso un remate feliz a una tarde que amaneci¨® frustrada.