Instinto urbano
El Aula de Cultura de la BBK en la calle Elcano de Bilbao ha doblado su espacio expositivo. Gracias a la versatilidad que ofrecen algunos de sus tabiques m¨®viles tiene la posibilidad, siempre que se organice correctamente, de ofrecer dos exposiciones al mismo tiempo con la suficiente holgura para no confundirse una con la otra y permitir que disfrute hasta el visitante m¨¢s exigente.
Una de las que luce ahora en sus paredes la constituye una serie de fotograf¨ªas realizadas por Jon Bern¨¢rdez (Getxo, 1962). Se presenta con el t¨ªtulo de Instinto Urbano y son retazos de la vida cotidiana extra¨ªdos de quince ciudades distintas. A priori podr¨ªa pensarse que el resultado final ofrece un discurso inconexo, pero nada m¨¢s lejos de la realidad. La c¨¢mara de Jon establece un curioso denominador com¨²n sobre las tomas elegidas. De esta manera consigue que las diferentes escenas callejeras fundan geometr¨ªa y personajes de forma que en su conjunto den la sensaci¨®n de haber sido realizadas todas ellas en la misma urbe.
El autor lleg¨® a la fotograf¨ªa antes de terminar sus estudios de dise?o en la Facultad de Bellas Artes del Pa¨ªs Vasco. Primero trabaj¨® como freelance y posteriormente se convirti¨® en fot¨®grafo oficial de la Presidencia del Gobierno Vasco. No obstante estira sus horas que dedica a su apasionada profesi¨®n para seguir realizando colaboraciones puntuales para distintos medios nacionales o internacionales y exposiciones como la que ahora acaba de entregar.
Las im¨¢genes se presentan en blanco y negro. Provienen de los distintos viajes realizados por el autor durante un periodo de once a?os. Un reportaje que nos habla de similitudes entre habitantes y lugares urbanos, una iconograf¨ªa semejante en distintos puntos de un mundo que parece encajar sin complejos en la tan tra¨ªda y llevada homogeneizaci¨®n globalizadora. El fot¨®grafo parece olvidarse del concepto de identidad y se centra en las instant¨¢neas donde se plasma la relaci¨®n del hombre, como figura universal, y su entorno.
La prisa, el beso de los amantes, el deporte, el ocio, la curiosidad de quien observa de refil¨®n, el anciano descansando en un banco p¨²blico, los carteles publicitarios y su contraste con los viandantes, las gr¨²as alentadoras de nuevas piezas arquitect¨®nicas o simplemente el ni?o correteando en su bicicleta bajo el techo de hojas y ramas de un parque, son escenas que se han podido producir en cualquier ciudad del mundo. Incluso, cuando se indica el autentico lugar de origen el desconcierto y la indefinici¨®n gana proporciones. Tenemos el ejemplo, y no es excepci¨®n, de una foto tomada en Londres sobre la que uno puede pensar que est¨¢ hecha en Pek¨ªn.
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