El riesgo del ex fumador
La mitad de los c¨¢nceres de pulm¨®n aparece en personas que ya han dejado de fumar
Dejar de fumar es cada vez m¨¢s una decisi¨®n inaplazable. Comenz¨® a serlo cuando los cient¨ªficos demostraron la estrecha relaci¨®n entre el consumo de tabaco y la aparici¨®n de determinados tipos de c¨¢ncer. Ahora lo es m¨¢s cuando empieza a hacerse evidente que la amenaza del c¨¢ncer no se esfuma cuando se apaga el ¨²ltimo cigarrillo. El riesgo de padecer un tumor persiste durante un tiempo despu¨¦s de que se haya dejado de fumar dependiendo, entre otros factores, de los a?os durante los que se ha estado consumiendo tabaco. "Por eso, cuanto antes se deje, mejor", recomienda Rafael.
Su caso es un ejemplo de las situaciones devastadoras que comienzan a vivirse de forma creciente en muchas familias espa?olas a causa de la latencia temporal de los efectos nocivos del tabaco: la eclosi¨®n de tumores tiempo despu¨¦s de que el paciente dejara de fumar. "En EE UU se diagnostican unos 170.000 nuevos casos de c¨¢ncer de pulm¨®n al a?o, la mitad de ellos en ex fumadores", explica Montserrat S¨¢nchez C¨¦spedes, responsable del laboratorio de c¨¢ncer pulmonar en el Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas.
Las mujeres que dejan de fumar reducen el peligro de c¨¢ncer en mayor medida
El riesgo de c¨¢ncer de pulm¨®n disminuye el 30%-50% en los primeros 10 a?os de abstinencia
Rafael comenz¨® su flirteo con los cigarrillos a los 17 a?os, cuando cualquier h¨¦roe de cine que se preciara derrotaba al malvado con un pitillo entre los labios. A los 45 a?os consigui¨® dejar de fumar. De repente era otro. Pod¨ªa respirar sin dificultad, ir a correr con su hijo y controlar su hipertensi¨®n. Cinco a?os despu¨¦s unas pruebas detectaron que padec¨ªa c¨¢ncer de pulm¨®n. "No lo pod¨ªa creer. No entend¨ªa por qu¨¦ me pasaba eso cuando ya ni me acordaba de que hubo una ¨¦poca de mi vida en la que era dif¨ªcil verme sin un cigarrillo en la mano", explica. Despu¨¦s de un tratamiento adecuado el tumor est¨¢ en remisi¨®n.
Esa latencia del riesgo de padecer c¨¢ncer despu¨¦s de haber dejado de fumar explica que cualquier cambio en los h¨¢bitos tab¨¢quicos de la poblaci¨®n tarde unos a?os en reflejarse en una modificaci¨®n proporcional en la incidencia de tumores. As¨ª, las oscilaciones en las cifras de casos de c¨¢ncer de pulm¨®n siguen una tendencia similar a la del consumo de cigarrillos, pero con varios a?os de retraso. De ah¨ª que aunque los hombres en Espa?a fuman cada vez menos, los casos de c¨¢ncer de pulm¨®n todav¨ªa aumentan. En el caso de las mujeres la situaci¨®n es mucho peor, ya que en ellas el tabaquismo no desciende sino que se incrementa.
"Cada vez hay m¨¢s casos de c¨¢ncer de pulm¨®n que afectan a ex fumadores, puesto que existe un tiempo de inducci¨®n grande entre la exposici¨®n continuada al humo del tabaco y la aparici¨®n del c¨¢ncer", explica Esteve Fern¨¢ndez, del servicio de prevenci¨®n y control del c¨¢ncer del Instituto Catal¨¢n de Oncolog¨ªa. "As¨ª, no es extra?o diagnosticar un c¨¢ncer de pulm¨®n en un var¨®n de 55 a?os que hace seis dej¨® de fumar, pero que fum¨® desde los 17 a?os hasta los 49 un paquete y medio diario de cigarrillos", a?ade Fern¨¢ndez.
M¨¢s all¨¢ de la posible predisposici¨®n gen¨¦tica, el humo del tabaco expone al organismo al efecto nocivo de varias sustancias carcin¨®genas (entre otras, los hidrocarburos arom¨¢ticos y las nitrosaminas) que pueden llegar a producir una mutaci¨®n en determinados genes y propiciar as¨ª la divisi¨®n descontrolada de las c¨¦lulas y el desarrollo de un tumor. "Que una persona deje de fumar significa que deja de estar expuesta activamente al humo del tabaco, pero persisten en ella los da?os causados por la exposici¨®n anterior", explica Jos¨¦ Baselga, jefe del servicio de oncolog¨ªa m¨¦dica del hospital Vall d'Hebron de Barcelona.
?Cu¨¢nto tiempo persisten esos da?os y, por tanto, el riesgo de padecer un c¨¢ncer despu¨¦s de que se haya dejado de fumar? Un estudio realizado por investigadores del Medical College of Ohio (EE UU) y publicado en la revista Chest en noviembre de 2001 intenta responder a esa pregunta. A partir de la revisi¨®n de los resultados de 28 estudios publicados entre 1970 y 1999 sobre la relaci¨®n entre el tabaquismo y la aparici¨®n de distintos tipos de c¨¢ncer de pulm¨®n, los autores establecen una relaci¨®n seg¨²n la cual el riesgo relativo de desarrollar un tumor disminuye conforme aumenta el tiempo de abstinencia.
"Nuestro an¨¢lisis sugiere que el riesgo de padecer c¨¢ncer de pulm¨®n disminuye de forma significativa una vez que se ha dejado de fumar. La magnitud de esa disminuci¨®n var¨ªa entre los distintos tipos de c¨¢ncer de pulm¨®n, y es m¨¢s pronunciada en el caso del c¨¢ncer de c¨¦lula peque?a y en el carcinoma de c¨¦lulas escamosas", se?alan los autores del estudio. Es normal que sea as¨ª porque tanto el c¨¢ncer de c¨¦lula peque?a como el carcinoma de c¨¦lulas escamosas son los tipos de c¨¢ncer con una relaci¨®n causal m¨¢s estrecha con el tabaquismo. "Este hallazgo es importante porque, en concreto, el c¨¢ncer de pulm¨®n de c¨¦lula peque?a representa el 25% de todos los casos y es un tipo de tumor muy agresivo que, con frecuencia, acaba produciendo una met¨¢stasis", afirma Baselga.
Todos los expertos coinciden en se?alar que la magnitud de la reducci¨®n del riesgo relativo de padecer c¨¢ncer debe animar a los fumadores a dejar de fumar cuanto antes. Sobre todo a las mujeres, que parecen beneficiarse de una disminuci¨®n m¨¢s pronunciada del riesgo de tumor una vez que han abandonado el tabaquismo. "Entre el primer y cuarto a?o desde que se deja de fumar se produce una reducci¨®n del 19% en el riesgo de sufrir un c¨¢ncer de pulm¨®n de c¨¦lula peque?a. Transcurridos 10 a?os o m¨¢s la reducci¨®n llega hasta el 65%. Incluso en el tipo de c¨¢ncer menos susceptible al abandono del tabaquismo, el adenocarcinoma, la disminuci¨®n del riesgo para los mismos periodos son del 12% y el 47%, respectivamente", explican los autores del estudio.
Las conclusiones del Instituto Nacional del C¨¢ncer de EE UU apuntan en la misma direcci¨®n. Los fumadores que dejan el tabaco antes de cumplir los 50 a?os tienen la mitad de riesgo de morir en los 15 a?os siguientes que las personas que contin¨²an fumando. En el caso concreto del c¨¢ncer de pulm¨®n, el riesgo de que aparezca es entre el 30 y el 50% menor que en los fumadores durante los 10 primeros a?os de abstinencia. Los mismos resultados se obtienen con otros tumores como el c¨¢ncer de cavidad oral y el de es¨®fago en s¨®lo cinco a?os sin probar el tabaco.
Evidentemente, la probabilidad de desarrollar un c¨¢ncer tiempo despu¨¦s de haber dejado de fumar depender¨¢ de una serie de factores de riesgo, adem¨¢s de la posible predisposici¨®n gen¨¦tica que pueda tener el individuo. "La aparici¨®n del tumor vendr¨¢ condicionada, entre otros factores, por la edad a la que el paciente comenz¨® a fumar, el tiempo que estuvo fumando, la cantidad de cigarrillos que consum¨ªa diariamente y el tiempo transcurrido desde que dej¨® el tabaco", explica Montserrat S¨¢nchez C¨¦spedes, responsable del laboratorio de c¨¢ncer pulmonar en el Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas.
Para controlar todos estos factores de riesgo en los ex fumadores, Jos¨¦ Baselga propone la puesta en marcha de programas de diagn¨®stico precoz y la investigaci¨®n sobre las bases gen¨¦ticas de la enfermedad. "Conocer la predisposici¨®n gen¨¦tica de una paciente permitir¨ªa tomar medidas m¨¢s dr¨¢sticas de vigilancia y control", explica Baselga. Sin embargo, todos los expertos asumen que la estrategia definitiva para prevenir cualquier c¨¢ncer relacionado con el consumo de tabaco es dejar de fumar. "Lamentablemente, al menos un tercio de los pacientes diagnosticados de c¨¢ncer contin¨²an fumando", sentencia Pilar Garrido, del servicio de oncolog¨ªa m¨¦dica del hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid.
Esclavo del tabaco
Alguien dej¨® sobre su f¨¦retro, junto a las flores, un paquete de Ducados. Terenci Moix fue una v¨ªctima declarada y convicta de su adicci¨®n al tabaco. Y pag¨® con su vida. Ochenta y siete d¨ªas despu¨¦s de haber dejado de fumar, tras 40 a?os de adicci¨®n que le hab¨ªan llevado a consumir tres cajetillas diarias, en junio de 2000 escrib¨ªa en este diario un art¨ªculo que figura en los anales de la literatura m¨¦dica de testimonio. "Tabacalera Espa?ola me present¨® a mis asesinos cuando ten¨ªa la tierna edad de 16 a?os", dec¨ªa. "La adicci¨®n es la trampa mortal. Y lo es en un grado que no he conocido en cosa alguna. Como mucha gente de mi generaci¨®n, fum¨¦ hierba, le di a los hongos, al peyote y un poquito al LSD. En resumen, cosas ideales para escuchar a Ravi Shankar y comer membrillo. ?Por qu¨¦ olvid¨¦ la hierba y todo lo dem¨¢s -Ravi Shankar incluido- y en cambio los Ducados han permanecido a mi lado a?o tras a?o? ?De qu¨¦ poderosa materia estaban hechos esos diablillos para convencerme de que eran amigos cuando en realidad eran mojones en mi camino hacia el desastre. Son m¨¢s poderosos que cualquier droga, pues mientras me convert¨ªan en adicto, en obseso, en esclavo, me hac¨ªan creer que me estaban ayudando. Pero ?a qu¨¦?". Terenci Moix volvi¨® a fumar. Hasta que en abril pasado, el Ducados cay¨® de su bolsillo para quedar sobre su f¨¦retro.
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