Pelad ese rascacielos
Una inspecci¨®n t¨¦cnica de edificios obliga a cambiar toda la fachada, de granito pulido, de un edificio de la Castellana
Una inspecci¨®n t¨¦cnica de edificios fij¨® la atenci¨®n de su poderosa lupa sobre la fachada de uno de los m¨¢s se?eros rascacielos de Madrid. Tras su examen minucioso, los escrutadores funcionarios decidieron que el revestimiento de planchas de granito que cubren el hist¨®rico edificio de la Uni¨®n y el F¨¦nix, del paseo de la Castellana, 33, con sus 80 metros de altura, fuera sustituido por completo. Treinta a?os despu¨¦s de la construcci¨®n del edificio, consideraron posible el riesgo de desprendimientos. Por ello, deb¨ªa ser pelado, y toda su piel, repuesta. Y as¨ª ha sido.
No parece existir precedente en Madrid de un remozamiento obligatorio de fachadas de esta envergadura: la sustituci¨®n abarcaba unos 6.500 metros cuadrados de planchas de piedra pulimentada y lisa, conocida como 'travertino italiano en labra a martillina', de cuatro cent¨ªmetros de espesor y metro y medio de anchura por algo menos de longitud.
La caprichosa torrencialidad de un arroyo subterr¨¢neo define zonas inestables
Un a?o va a durar la sustituci¨®n de los 6.500 metros cuadrados de granito de Sur¨¢frica
Tal revestimiento recubre el rascacielos desde la base hasta el ¨¢pice de sus 19 plantas, que se alzan junto a un edificio anexo de cinco pisos, situado en la esquina de la calle de Eduardo Dato con el gran eje madrile?o. Su enclave se encuentra precisamente donde la Castellana da un gracioso quiebro en su despliegue lineal. Las obras, que realiza la empresa Comarva desde la primavera, prosiguen a buen ritmo y culminar¨¢n el mes de abril del a?o entrante, a un a?o de iniciarse, seg¨²n fuentes de la compa?¨ªa propietaria del inmueble, Mutua Madrile?a Automovilista.
El rascacielos de piel negra, rematado por un ave f¨¦nix, fue ideado por Luis Guti¨¦rrez Soto (1900-1977), autor, entre otros, del edificio del Ministerio del Aire, en Moncloa, de aire neoescurialense, y el del Alto Estado Mayor, en la calle de Vitrubio. Su estilo sobrio, aunque grandilocuente, atrajo al general Franco. Con el arquitecto madrile?o colaboraron en la erecci¨®n del rascacielos los ingenieros S¨¢enz de Benito, Urqu¨ªa, Gasc¨®n y Fern¨¢ndez Dur¨¢n. Guti¨¦rrez Soto lo concibi¨® en 1965 como una gran peana, revestida de piedra negra, sobre la que se erguir¨ªa el ave que siempre renace, s¨ªmbolo entonces de la compa?¨ªa de seguros que era su propietaria.
Las obras, que duraron hasta 1971, se desplegaron sobre un solar romboidal de 116 metros por 93 metros; la fachada a la Castellana abarcaba unos 80 metros; la cimentaci¨®n requiri¨® la inserci¨®n, hasta 11 metros de profundidad, de 284 zapilotes de 1,15 metros de di¨¢metro. Dos metros de los 11 adentrados atravesaban el tosco arcilloso e impermeable yacente bajo sus cimientos. El terreno sobre el que desciende el paseo de la Castellana se ve cruzado por un arroyo subterr¨¢neo del mismo nombre, cuya caprichosa torrencialidad define zonas de baja estabilidad para las cargas.
En el plano horizontal, el rascacielos de Guti¨¦rrez Soto presenta la singularidad de un retranqueo de hasta 20 metros que separa la l¨ªnea del paseo con la de la fachada y sit¨²a al edificio en un entorno aislado, rodeado de frondoso arbolado, primigenio de la Castellana, que a la saz¨®n fue respetado por la empresa constructora, Agroman. As¨ª, un 23,6% era superficie construida, mientras que la zona ajardinada compon¨ªa el 76,4% de la superficie total de la parcela.
En su interior, lujoso, el edificio cuenta con varios murales del escultor Vaquero Turcios. Toda la carpinter¨ªa es de aluminio anodizado en oro o en bronce empatinado o empavonado, desde sus barandillas hasta sus ventanas dobles, con persianas venecianas.
El complejo consta de una sala de actos de hasta 850 butacas. En su dise?o inicial fue concebido para albergar una cl¨ªnica. Cuenta con 225 plazas de garaje en tres s¨®tanos del edificio principal y m¨¢s de 120 plazas en el adjunto. Para la estructura del bloque principal fueron necesarias 2.130 toneladas de hierro y 12.000 metros c¨²bicos de hormig¨®n. En esta obra se alcanz¨® el r¨¦cord de altura en el bombeo de esta material de construcci¨®n en Espa?a: 73 metros. El edificio pertenece hoy a la Mutua Madrile?a de Autom¨®viles, que ha acometido la reposici¨®n de las planchas p¨¦treas -"granito de Sur¨¢frica", precisa una portavoz- ordenada por las autoridades tras la inspecci¨®n t¨¦cnica de edificios (ITE) realizada en diciembre de 2002. Este tipo de inspecciones tiene un ¨¢mbito municipal y otro auton¨®mico. El miedo a los desprendimientos dict¨® la rotunda decisi¨®n municipal.
De c¨®mo una casa del gran Palacios recobr¨® su ¨¢tico
Los edificios de la Castellana por un lado menguan, como la piel negra del rascacielos de Luis Guti¨¦rez Soto, y por otro crecen, como el templete reci¨¦n a?adido al ¨¢tico de una gran casa, cercana al edificio F¨¦nix, obra de Antonio Palacios (1874-1945), en la esquina del paseo con la calle de Marqu¨¦s de Villamejor, 1.
El arquitecto gallego, nacido en Porri?o, que ideara el palacio de Correos y el C¨ªrculo de Bellas Artes, levant¨® en la acera derecha de la gran arteria axial madrile?a una suntuosa casa de viviendas de alquiler, de siete plantas, con entrada en chafl¨¢n de cuatro metros y 11 escalones de una rampa de m¨¢rmol que conduce a un veterano ascensor, actualmente en reparaci¨®n en unos talleres vascos.
De alguno de los elementos proyectados por Palacios, como un templete met¨¢lico y columnado que actuar¨ªa a modo de campana sobre la magn¨ªfica e interior escalera de caracol, el arquitecto gallego tuvo que olvidarse por falta de recursos o bien por contravenir la ordenanza municipal vigente entonces. La casa tuvo problemas por vulnerar la l¨ªnea de cornisa.
Ahora, sin embargo, lo que Antonio Palacios Ramilo no pudo hacer lo ha conseguido el arquitecto Gabriel Allende Gil de Biedma, dentro de una actuaci¨®n sobre este edificio, de Omega Capital (Alicia Koplowitz), que realiza ACS y gestiona Aguirre Newman. La casa goza de protecci¨®n integral; la rehabilitaci¨®n de su acristalado ¨¢tico e interiores la supervisa Cipam, organismo mixto Ayuntamiento-Comunidad de Madrid, explica Allende. Tras hallar los planos originales en el Archivo Municipal, ¨¦l y su equipo han construido un templete semejante al proyectado por Palacios junto al castillete hexagonal cuyos pin¨¢culos rematan la casa.
En sus pisos de lujo residieron gentes como Francisco Franco, inquilino del quinto entre 1923 y 1928 en la ¨²nica fase algo mundana de su opaca vida. Tambi¨¦n el escultor Palazuelo, el italiano Boltori, introductor en Espa?a de la Vespa, y el ginec¨®logo Manuel Mar¨ªa Mendiz¨¢bal, que asisti¨® al parto del Pr¨ªncipe de Asturias y de las infantas.
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