"Hay que ser moderado y no hace falta sacar los estandartes apolillados de las viejas consignas"
Anda faenando en la casa como arremangado y sudoroso como si le fuera la vida en ello. Pero su cabeza est¨¢ en otra parte; mejor dicho, sigue en el mismo lugar enfebrecido de siempre. Tocando el PODER, con may¨²scula, con la punta de los dedos. Sus silencios y evasivas son, en realidad, cargas de profundidad.
Pregunta. Le ve¨ªa a usted hace unos d¨ªas, se?or Bono, en una reuni¨®n de Zapatero con los barones del partido, y la verdad es que ten¨ªa usted cara de no haber roto un plato. Pero no s¨¦ yo si Zapatero acabar¨¢ de cre¨¦rselo alguna vez...
Respuesta. Mi apoyo a Zapatero es sincero y leal desde que gan¨® el congreso y... cualquier duda a ese respecto est¨¢ alimentada por quienes piensan que a Bono le gusta estar en la rec¨¢mara, pero siempre voy a cara descubierta. Cualquier duda sobre mi lealtad a Zapatero se estrella siempre con la realidad.
"No quiero situarme ante una derrota del PSOE. Pero en esa hip¨®tesis, Zapatero tiene derecho a tomar la decisi¨®n que considere conveniente... y tendr¨¢ mi apoyo a lo que resuelva"
"Los Tamayo y compa?¨ªa son personas a las que yo no les hubiese comprado ni una bicicleta de segunda mano. Me alegro de no haber contado nunca ni con su apoyo ni con su amistad"
"Zapatero ha conseguido en tres a?os una uni¨®n entre los socialistas que no exist¨ªa en la ¨¦poca de Guerra y Felipe. Yo no lo habr¨ªa podido conseguir"
"El PSOE tiene m¨¢s posibilidades de ganar trabajando en favor de la sociedad en su conjunto que limit¨¢ndose a los tradicionales votantes de la izquierda"
"En Castilla-La Mancha no hay un solo diputado de Izquierda Unida y hay muchas personas del Partido Popular que votan al partido socialista"
"No pienso pedir perd¨®n por tener amigos en el campo de la derecha; la amistad es fruto de los sentimientos, y no de una articulaci¨®n ideol¨®gica"
P. La realidad es que... es inevitable pensar, se?or Bono, que Zapatero prefiera tenerle a usted dentro de su equipo electoral que fuera, d¨¢ndole vueltas a su ambici¨®n (perd¨®n, a su cabeza, quer¨ªa decir) y en una campa?a electoral que no cesa. ?Cree que Zapatero se f¨ªa de usted?
R. Se f¨ªa de m¨ª y adem¨¢s lo dice en p¨²blico y en privado. Y adem¨¢s Zapatero es inteligente y sabe que mi mayor aportaci¨®n no son mis palabras, sino los votos que conseguimos desde Castilla-La Mancha para el partido socialista, y...
P. Pero, ?se f¨ªa de usted Zapatero?
R. Ya se lo he dicho. Pero seguir¨¦ contestando a su interrogatorio. ?Tendr¨¦ que gritar para que me oigan algunos? Tengo el convencimiento m¨¢s absoluto de que mi lealtad a Jos¨¦ Luis est¨¢ correspondida con su afecto y su gratitud. ?l sabe que yo soy leal en las alegr¨ªas y en las tristezas y que prefiero que sean los hechos los que me avalen. Lo que no har¨¦ es pedir perd¨®n por haber ganado las elecciones o por haber perdido en el congreso. Lamentablemente, hay especialistas en crear inquietud donde no la hay. Soy militante del partido socialista desde hace 33 a?os, y cuanto soy se lo debo a mi partido, a mi familia y a mi regi¨®n. Aspiro a sentir la satisfacci¨®n de ser leal siempre, mientras viva.
P. Pues... en la susodicha foto de los barones rodeando a Zapatero tambi¨¦n ten¨ªa usted una expresi¨®n como la del que acaba de hacer un aterrizaje forzoso, como si el que no acabara de cre¨¦rselo (lo de Zapatero, quiero decir) fuera usted.
R. Mire..., no busque tres pies al gato. Adem¨¢s, la foto era de archivo. Es evidente que no vot¨¦ a Zapatero en el XXXV Congreso. Pero tambi¨¦n es cierto que ped¨ª a quienes me hab¨ªan votado que le apoyaran a ¨¦l. Y me atrevo a decir que hoy, en el PSOE, hay m¨¢s vocaci¨®n de suma que nunca, y que solamente desde posiciones que, desde luego desconozco, podr¨ªa levantarse una bandera de divisi¨®n. Nadie quiere volver a la bicefalia, ni permanecer en la oposici¨®n y todos queremos que Jos¨¦ Luis se convierta en el pr¨®ximo presidente del Gobierno, y...
P. Lo que quisiera saber, aunque es probable que no lo consiga,es si usted est¨¢ de acuerdo, o no,con el tipo de oposici¨®n que hace Zapatero.
R. Eh... (je, je, je) yo le har¨ªa a usted, primero, una observaci¨®n: y es que tantas preguntas sobre el mismo tema me suena m¨¢s a interrogatorio que a entrevista...
P. Claro, claro, la cosa es as¨ª...
R. ?Claro, claro!... En segundo lugar..., si tuviese que hacer una sugerencia o un planteamiento cr¨ªtico a determinada pol¨ªtica del partido, no lo har¨ªa en p¨²blico. Zapatero ha conseguido en tres a?os una uni¨®n entre los socialistas que no exist¨ªa ni en la ¨¦poca de Guerra y de Felipe. Y a las pruebas me remito. Es m¨¢s, a?ado que si hubiese sido yo el secretario general, no creo que lo hubiese podido conseguir.
P. ?En qu¨¦ sentido?
R. ?En el que usted ya sabe!... Jos¨¦ Luis ha conseguido que las familias dentro del partido socialista no tengan la m¨¢s m¨ªnima relevancia pol¨ªtica interna. Y probablemente yo hubiera tenido que tomar otras medidas.
P. Usted, sin duda, sabe que existe en estos momentos una notable ansiedad en el interior de su partido por el tipo de oposici¨®n que hace Zapatero... ?A usted le parece suficientemente dura o no?
R. ?Eh!... mire..., los escol¨¢sticos tend¨ªan a no situarse en hip¨®tesis que les producir¨ªan perturbaci¨®n... y sol¨ªan contestar a una pregunta inc¨®moda afirmando que "niego el supuesto". Yo apoyo a Zapatero y su pol¨ªtica sin reservas, pero si le contestara a su pregunta ser¨ªa la prueba evidente de que no estoy yo en plenitud de facultades. ?No cree?
P. ?Si le dijera lo que yo creo!, pero no viene al caso. Lo que s¨ª me ha producido desconcierto han sido las singulares im¨¢genes de su toma de posesi¨®n como presidente de Castilla-La Mancha. Con el Gobierno y el PP rendidos a sus pies y Zapatero de claque y tragando saliva... La verdad es que tiene usted mucho peligro, se?or Bono...
R. S¨®lo soy un peligro para el PP: un peligro que, efectivamente, se ha concretado en un 58,5% de los votos para el PSOE en Castilla-La Mancha. No soy un peligro para mi partido, o, al menos, no tengo conciencia de ello... Le dir¨¦ que a mi toma de posesi¨®n vinieron mis amigos.
P. Entre los cuales est¨¢n Rajoy y Ruiz-Gallard¨®n, por ejemplo, ?no?
R. Entre los cuales est¨¢n, sin duda, Ruiz-Gallard¨®n, Zaplana; est¨¢ el se?or Zapatero, est¨¢ el se?or Chaves, est¨¢ el arzobispo de Toledo... y muchos otros. Y no pienso pedir perd¨®n por tener amigos en el campo de la derecha; la amistad es fruto de los sentimientos y no de una articulaci¨®n ideol¨®gica, como es bien sabido. Por lo dem¨¢s, es cierto que lo m¨¢s importante de aquel acto no fui yo, sino las personas que me acompa?aban... Fui consciente de que aquello podr¨ªa dar lugar a interpretaciones hostiles, pero la verdad es que cada d¨ªa me limito menos por miedo a los malpensantes que me atribuyen prop¨®sitos que no tengo.
P. Pero la interpretaci¨®n, no s¨¦ si perversa, pero si inevitable, es que usted demostr¨® una capacidad de convocatoria apabullante y que Zapatero aparec¨ªa all¨ª como el invitado en la sombra.
R. ?Zapatero fue el primero de todos los presentes al que invit¨¦! y... de no haber podido venir probablemente... me hubiese obligado a dar un sesgo a la organizaci¨®n del propio acto. Si Zapatero no hubiera venido hubiera rebajado el nivel de presencias... institucionales para que el acto no se hubiera interpretado en un sentido que yo no quer¨ªa. Pero lo cierto es que con su presencia, y con la del presidente del partido, Chaves, cualquier insinuaci¨®n como la suya est¨¢ m¨¢s en el terreno de lo psicol¨®gico que en el an¨¢lisis pol¨ªtico.
P. No me diga que usted no calcul¨® que la presencia del vicepresidente del Gobierno, Rajoy, se deb¨ªa m¨¢s a la oportunidad que le brindaba de humillar a Zapatero halag¨¢ndole a usted, que a un inocente reconocimiento institucional.
R. ?No descansa usted, se?ora Iglesias! ?Que Dios le conserve la lengua! La presencia de Rajoy se explica porque en todas las tomas de posesi¨®n de presidentes auton¨®micos asiste un miembro del Gobierno central. A m¨ª me agrad¨® que la representaci¨®n del Gobierno de Espa?a la llevase una persona como Mariano Rajoy, que nunca me ha enga?ado y con quien tengo desde hace tiempo una buena y afectuosa relaci¨®n personal.
P. Pero es evidente que los del PP estaban felices de poder ningunear a Zapatero. Y que Zapatero tendr¨ªa que sentirse... digamos desbordado por su capacidad de convocatoria, se?or Bono...
R. ?Lo que es evidente es que esas evidencias que usted percibe son de div¨¢n de psiquiatra y que no estoy dispuesto a analizarlas con par¨¢metros pol¨ªticos! No pienso dar explicaciones por llevarme bien con la gente. ?Quien tiene que dar explicaciones es quien se lleva mal! Para m¨ª es mucho m¨¢s sorprendente que a la boda de la hija de Aznar no asistiera ning¨²n dirigente de la oposici¨®n; porque esto me hace preguntarme si acaso el se?or Aznar... ?no tiene ning¨²n amigo de izquierdas? Eso me parece mucho m¨¢s grave que el hecho de que yo tenga amigos en el PP. Y como le dec¨ªa antes... las amistades las establecen los sentimientos, no los aparatos de los partidos, ni las conveniencias puntuales. En ese sentido le dir¨¦ que mi amistad con Alberto Ruiz-Gallard¨®n, o con Chaves, no es de temporada, ni de conveniencia; es sincera. Y en lo que hace a Zapatero le aseguro que no percib¨ª ninguna incomodidad por su parte, sino que, muy al contrario, por la conversaci¨®n que tuvimos, por el modo en el que le trataron todos los presentes, en especial los compa?eros socialistas, cuando se despidi¨® me dijo que se iba muy satisfecho.
P. ?l sabr¨¢ por qu¨¦... lo cierto es que su particular forma de estar en la pol¨ªtica, se?or Bono, proporcion¨® aquella tarde otro elemento de provocaci¨®n: aquella plana mayor de la Iglesia, sentada en primera fila, que no se sab¨ªa muy bien a qu¨¦ dirigente de qu¨¦ partido hab¨ªan ido a rendir pleites¨ªa...
R. A mi toma de posesi¨®n asistieron tres obispos. El primado (que, por cierto, ha asistido desde que soy presidente); el obispo auxiliar de Toledo, del que soy buen amigo, y el obispo Nicol¨¢s Castellanos, que dej¨® la mitra y su palacio de Palencia y se fue a ayudar a la gente m¨¢s humilde del planeta, en Bolivia. Ni detesto la relaci¨®n con ninguna de estas tres personas ni me averg¨¹enzo de ella. Ser¨ªa mezquino invitar a esos tres obispos para que dieran color al acto con sus trajes p¨²rpuras. Les invit¨¦ porque son autoridades religiosas y porque a m¨ª no molesta la presencia p¨²blica de la Iglesia a la que pertenezco.
P. Pero la imagen era la que era, se?or Bono. Daba la sensaci¨®n de que usted no se ha enterado de que la direcci¨®n de su partido mantiene en estos momentos una pelea, a cara de perro, con la jerarqu¨ªa de la Iglesia cat¨®lica a cuenta de la ense?anza de la religi¨®n, y que se ha visto obligada a dejar por mentiroso al portavoz de la comisi¨®n de ense?anza en la conferencia episcopal.
R. Pues lamento decirle que las relaciones de mi partido con la c¨²pula de la Iglesia cat¨®lica no son, como usted dice, a cara de perro; son unas relaciones de cordialidad en las que surgi¨® un conflicto, motivado por... una mala interpretaci¨®n, y que, despu¨¦s de una nota de la Conferencia Episcopal, las cosas han quedado en su sitio. Hubo un error cuando se afirm¨® que el PSOE hab¨ªa dado su acuerdo a la nueva ley de ense?anza de la religi¨®n.
P. ?Un error o una mentira?
R. Mentir es dar por verdadero, y a sabiendas, algo que es falso. Y no creo que el obispo responsable de la comisi¨®n de educaci¨®n quisiera presentar lo que era falso como verdadero. Por eso he dicho un error. Y me consta que ¨¦ste no es un asunto que haya roto el clima de entendimiento y la voluntad de mi partido de llevarse bien con la Iglesia cat¨®lica.
P. Pues yo no recuerdo ninguna otra situaci¨®n en la que la direcci¨®n del PSOE se haya visto en la necesidad de dejar por mentiroso a un monse?or...
R. Todos podemos equivocarnos, porque es algo que va con la condici¨®n humana. Pero si le sorprende este, llamemos incidente, le recordar¨¦ a usted aquel telegrama de un alcalde socialista, en el a?o 31, al presidente de la Rep¨²blica, en el que dec¨ªa: "... proclamada rep¨²blica en este municipio, solicito instrucciones qu¨¦ hacer con cura"... Hoy ning¨²n alcalde socialista pondr¨ªa ese telegrama.
P. Pues de algo de eso le quer¨ªa yo preguntar... no s¨¦ si usted, que ha tenido coraje para enfrentarse a Felipe Gonz¨¢lez a cuenta del campo de tiro de Caba?eros, lo tendr¨¢ tambi¨¦n para lograr que en su comunidad el hecho religioso lo explicaran historiadores laicos, que ilustraran a los ni?os sobre el papel de la Iglesia cat¨®lica en la Guerra Civil y en la posguerra.
R. Mire... como gobernante jur¨¦, al tomar posesi¨®n de mi cargo, cumplir y hacer cumplir la ley... Pues bien, entre otras normas que debo cumplir est¨¢n los convenios de Espa?a con la Santa Sede. Dicho esto, mi opini¨®n es que el acuerdo al que han llegado la Iglesia y el Gobierno de Aznar lo han alcanzado en un tiempo r¨¦cord, pero tiene un gran fallo: hubiese sido mejor un acuerdo para un tiempo r¨¦cord y que la ense?anza de la religi¨®n no fuese un asunto que cambie seg¨²n cambia el Gobierno de Espa?a. En ese sentido no me parece que hayan hecho un buen negocio para Espa?a ni la Conferencia Episcopal ni el Gobierno de Aznar. El problema de fondo es que el derecho de los padres a que sus hijos tengan una educaci¨®n religiosa determinada no debe comportar una obligaci¨®n para aquellos chicos cuyos padres, o ellos mismos, no desean ejercitar ese derecho. ?ste es un aspecto constitucionalmente muy discutible.
P. En cualquier caso su condici¨®n de cristiano, que usted publicita sin complejos, es un factor m¨¢s de atracci¨®n.
R. Mire, en Espa?a estamos demasiado acostumbrados a que la derecha crea en Dios, y adem¨¢s lo tenga como de su propiedad privada. Y por eso sorprende que, desde el campo de la izquierda, algunos, cuando se nos pregunta, no ocultemos nuestras ideas y creencias religiosas. Yo soy cristiano y socialista, pero no estoy dispuesto a pedir perd¨®n por ello ni a renunciar a ninguna de las dos facetas de mi personalidad, aunque s¨¦ que molesta a los m¨¢s intransigentes de uno y otro campo.
P. Pero recientemente usted se ha mostrado p¨²blicamente partidario de "ir a buscar votos en los caladeros de la derecha"... La verdad es que, adem¨¢s de que usted se sienta atra¨ªdo por esa empresa, parece un tanto oportunista... ?No ser¨ªa mejor buscar por la izquierda?
R. Probablemente la expresi¨®n de "caladeros", malinterpretada, puede producir incomodidad... Lo que quise y quiero decir es que el partido socialista tiene m¨¢s posibilidades de ganar las elecciones trabajando en favor de la sociedad en su conjunto que limit¨¢ndose exclusivamente a los tradicionales votantes de la izquierda. Lo que quise decir y digo es que en Castilla-La Mancha no hay un solo diputado de IU y que hay muchas personas del Partido Popular que votan al partido socialista. No estoy dispuesto ni a renegar de ese voto ni a pensar que tienen peor condici¨®n que los que siempre han votado al PSOE. No quiero dar lecciones a nadie, pero s¨ª le aseguro que mi Gobierno tiene una preocupaci¨®n por la solidaridad en la que no le aventaja ning¨²n Gobierno auton¨®mico de Espa?a. Y estoy convencido que para ser solidario no hace falta sacar los estandartes apolillados de las viejas consignas del siglo XIX que a pocos convencen y que sugieren un dogmatismo que a estas alturas no es aceptable. Si por pensar esto y decirlo se me acusa de ser de derechas, le dir¨¦ que no me quita el sue?o.
P. Supongo que es usted consciente de que su forma de hacer pol¨ªtica provoca tanta irritaci¨®n en la izquierda de su partido como resignada admiraci¨®n ante sus contundentes victorias electorales, ?no?
R. Quien piense que mi Gobierno ha cruzado la raya que separa la derecha de la izquierda, o es un ignorante de lo que hacemos, o, si lo conoce, habla con mala fe... que hemos conseguido el 58% de los votos en las ¨²ltimas elecciones es un hecho elocuente. Pero tambi¨¦n es un dato que en el congreso de mi partido perd¨ª... de eso soy consciente, pero no me impide seguir siendo apasionadamente socialista, ni me impide luchar por mis convicciones. Para m¨ª, el socialismo es moderaci¨®n, ausencia de dogmatismo y solidaridad con los menos favorecidos.
P. Me pregunto si usted le habr¨ªa cedido el Ayuntamiento de A Coru?a al Gobierno de Aznar como hizo Paco V¨¢zquez en plena crisis del Prestige.
R. Si el presidente del Gobierno, sea quien sea, me pidiera cualquier sede institucional de mi comunidad para que se reuniera el Gobierno de Espa?a, sin duda alguna la facilitar¨ªa. Pero no hubiese aceptado la condecoraci¨®n del Gobierno de Espa?a en aquel momento. Yo comprend¨ª la actuaci¨®n de Paco V¨¢zquez y aquel mismo d¨ªa habl¨¦ con ¨¦l. Por eso supe que logr¨® la ampliaci¨®n del puerto de La Coru?a por valor de muchos miles de millones que pone el Gobierno central... Un tipo listo y eficaz.
P. Hablando de millones, ya le podr¨ªa decir al se?or Aznar que firmara al menos la mitad de los acuerdos que usted ha logrado con ¨¦l, con sus compa?eros Chaves y Rodr¨ªguez Ibarra.
R. Es verdad que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha firmado un acuerdo cada d¨ªa y medio el a?o pasado con el Gobierno del se?or Aznar. Pero no con el se?or Aznar, que no me ha recibido durante toda la legislatura; creo que he sido el ¨²nico presidente auton¨®mico que no ha recibido.
P. No quiero que se me vaya sin que se moje en lo de la crisis de la FSM. ?Est¨¢ usted de acuerdo en c¨®mo se han hecho las cosas o hubiera sido m¨¢s expeditivo?
R. Mire, la lealtad con Zapatero no solamente comporta la expresi¨®n publica de una coincidencia, sino el estado de ¨¢nimo para defender las decisiones que toma la direcci¨®n de mi partido. Adem¨¢s, no soy miembro de la direcci¨®n del PSOE y no debo dictaminar qu¨¦ es lo que hay que hacer. Zapatero est¨¢ administrando bien la crisis.
P. Le estoy preguntando si usted hubiera hecho una depuraci¨®n m¨¢s a fondo de todo lo que ha ido creciendo, all¨ª dentro, durante tantos a?os.
R. Pero... a estas alturas de entrevista ?me pregunta usted eso? Usted sabe que no le voy a contestar.... Yo manejo realidades y no suelo pronunciarme sobre hip¨®tesis. Si alguna vez atacase a mi partido es porque me equivoco.
P. O porque ha bebido unas copas...
R. Yo bebo poco.
P. En cualquier caso, usted a los Tamayo y compa?¨ªa no les puede tener mucha simpat¨ªa, porque le ayudaron a perder el congreso apoyando a Zapatero.
R. No son personas a las que yo les hubiese comprado ni una bicicleta de segunda mano. Y debo decir que me alegro de no haber contado nunca ni con su apoyo ni con su amistad...
P. Pero s¨ª tuvieron ellos los de otros. ?Usted c¨®mo se explica que esta gente se haya mantenido en el interior del partido tanto tiempo?
R. Pues es que... cuando aflora el pus de un grano, vemos la evidencia de lo que antes que aflore ese pus no ve¨ªamos... Los dirigentes de los partidos pueden ser estafados por aduladores... y mentirosos. Pero le aseguro que la honorabilidad de Zapatero est¨¢ libre de toda sospecha.
P. D¨ªgame qu¨¦ puede pasar en su partido si las cosas salen mal... ?Usted cree que Zapatero podr¨ªa aguantar cuatro a?os m¨¢s en la oposici¨®n?
R. ?Otra vez las hip¨®tesis! Si no lo interpretara como una falta de consideraci¨®n a usted, le dir¨ªa que no le contesto porque no quiero situarme en la derrota del PSOE. Pero como insiste, cometer¨¦ una imprudencia respondiendo: Zapatero tiene derecho a tomar la decisi¨®n que considere conveniente..., y, por supuesto, tendr¨¢ mi apoyo a lo que resuelva.
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