Hospitalizada una anciana que era maltratada por su hija
Los vecinos alertaron a los agentes al sospechar que la v¨ªctima era maltratada por su hija
Una juez de Madrid autoriz¨® hace diez d¨ªas a la polic¨ªa a entrar en un domicilio del distrito de Puente de Vallecas en el que, seg¨²n hab¨ªan denunciado los vecinos, viv¨ªa una anciana que estaba enferma y que, supuestamente, recib¨ªa constantes malos tratos de su hija, licenciada en Veterinaria. Cuando la polic¨ªa irrumpi¨® en la casa se top¨® con un absoluto desorden y suciedad. Y, sobre una vieja cama, hallaron a Josefa G., de 69 a?os. La mujer estaba enferma, desnuda y con claros s¨ªntomas de desnutrici¨®n. Seg¨²n los vecinos del bloque, llevaba unos dos a?os sin salir de la casa.
Los 24 vecinos de la comunidad sab¨ªan de Josefa por los gritos que a veces sal¨ªan de la casa. Pese a que los agentes portaban una orden judicial, la hija de la enferma se resisti¨® a dejarles entrar. Por fin, la juez envi¨® a un forense a la casa para que examinase a la anciana y ¨¦ste avis¨® a una ambulancia y aconsej¨® su traslado al hospital Gregorio Mara?¨®n.
La voz de alarma sobre la situaci¨®n de Josefa G. la lanzaron los vecinos el pasado 17 de julio. Desde hac¨ªa tiempo ven¨ªan escuchando gritos de dolor que sal¨ªan de la casa e intuyeron que la sextuagenaria pod¨ªa estar sufriendo maltrato por parte de su hija, de 40 a?os. Adem¨¢s, sab¨ªan que la hija hab¨ªa tenido problemas de salud y que por ese motivo hab¨ªa estado ingresada en el Gregorio Mara?¨®n. Los vecinos notaron a la hija muy cambiada cuando ¨¦sta volvi¨® del hospital, y Josefa dej¨® de salir al portal con el resto de vecinas, como siempre hab¨ªa hecho.
"Una vez la vimos asomada a la ventana; de pronto lleg¨® su hija, la cogi¨® y la meti¨® dentro a la fuerza, y cerr¨® bruscamente la ventana", cuenta una inquilina. La ¨²ltima vez que vieron a Josefa fue un momento y en el rellano de la escalera: "Lleg¨® la hija, comenz¨® a darle patadas, la cogi¨® del pelo y la arrastr¨® a la casa".
Quejidos
Lo que finalmente impuls¨® a los vecinos a denunciar la situaci¨®n fueron los quejidos de dolor, l¨¢nguidos, y el olor cada vez m¨¢s fuerte que sal¨ªa por la puerta de la vivienda. Tras recibir la denuncia de los vecinos, una dotaci¨®n policial se desplaz¨® al domicilio de la anciana. Los agentes explicaron a la hija el motivo de la visita, pero ¨¦sta, sin abrir del todo la puerta, les neg¨® la entrada.
Como en ese momento no ten¨ªan orden judicial de entrada, los polic¨ªas trataron de convencer a la mujer para que les dejase ver a su madre. "Esperen que la arregle y luego la ven", les dijo ella muy irritada. Al rato los dej¨® entrar, pero enseguida cambi¨® de opini¨®n y los ech¨® de la casa, que estaba sucia y visiblemente desordenada, seg¨²n los agentes. "Aqu¨ª no entran sin una orden judicial, v¨¢yanse", les solt¨®.
Los agentes notaron extra?os e incoherentes comportamientos en la hija. Y, ante su violenta actitud -"yo soy veterinaria y s¨¦ mis derechos", subray¨®-, los efectivos policiales se marcharon de la casa, pero con direcci¨®n al juzgado de guardia, donde pidieron una orden para entrar al piso. La juez accedi¨® a la petici¨®n e incluso envi¨® a un forense para que reconociese a Josefa.
Los agentes acudieron entonces a la vivienda por segunda vez, pero ya con una orden judicial. Tras conversar con la hija, en una escena con bastante tensi¨®n, lograron entrar. All¨ª estaba Josefa, postrada en una cama, desnuda, despeinada y con s¨ªntomas de desnutrici¨®n, seg¨²n declararon los polic¨ªas. El forense orden¨® su traslado inmediato a un hospital. La anciana, que tambi¨¦n se resisti¨® a subir a la ambulancia, se halla ahora en el hospital de Cantoblanco. A juzgar por los informes m¨¦dicos, la salud mental de Josefa es precaria. "Vete de aqu¨ª, vete de aqu¨ª", son los incoherentes gritos que constantemente se escuchan en los pasillos del hospital provenientes de la habitaci¨®n de Josefa. Habla, llora y grita sola.
La vivienda de Josefa s¨®lo tiene 35 metros cuadrados. Cuando este peri¨®dico logr¨® contactar con su hija, ¨¦sta se limit¨® a decir, con voz seca: "No te conozco, cuelga el tel¨¦fono y no vuelvas a llamar m¨¢s".
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