H¨¦roes americanos

El Tour del centenario requer¨ªa de un protagonista a la altura de su leyenda, de alguien con un historial apabullante, capaz de rivalizar con los m¨¢s grandes del ciclismo. Ese hombre era Lance Armstrong, el indomable corredor de Texas, autor de su quinta victoria consecutiva en el Tour, gesta que le iguala con Miguel Indur¨¢in. A su lado, otros tres campeones inolvidables: el belga Eddy Merckx y los franceses Jacques Anquetil y Bernard Hinault, tambi¨¦n ganadores de cinco ediciones de la carrera m¨¢s prestigiosa del mundo. La victoria de Armstrong habla m¨¢s que nunca de su determinaci¨®n como ciclista. Ha sido el triunfo del coraje, la inteligencia y la capacidad para dominar el sufrimiento. M¨¢s exigido que nunca, el estadounidense atraves¨® por dificultades en Alpe D'Huez, pas¨® un calvario en la contrarreloj que devolvi¨® al gran Jan Ullrich al ciclismo y pareci¨® en graves dificultades en el Tourmalet. Nada pudo con ¨¦l, ni tan siquiera el infortunio. Su ca¨ªda en el arranque de la ascensi¨®n a Luz Ardiden sirvi¨® para sacar de Armstrong su fibra de excepcional campe¨®n. Esa subida en solitario, con su muy peculiar estilo, permanecer¨¢ como uno de los momentos cumbre en la historia de la carrera.

El Tour honr¨® a Armstrong, o al rev¨¦s, y ofreci¨® novedades con respecto a las ¨²ltimas ediciones. Fue una carrera hermosa y competida. La ca¨ªda de Joseba Beloki camino de Gap allan¨® el camino al americano, que encontr¨® la respuesta de Jan Ullrich, el ¨²nico que todav¨ªa parece en condiciones de retarle. Tambi¨¦n fue el Tour de Haimar Zubeldia e Iban Mayo, dos hombres que animan las esperanzas del ciclismo espa?ol. Zubeldia es regular, met¨®dico y completo. Mayo es un escalador de raza, un corredor sin complejos que no teme a nadie. En ellos se reproduce la vieja dial¨¦ctica del ciclismo: la eficacia y la aventura.

El mismo d¨ªa que Armstrong gan¨® su quinto Tour, otro norteamericano, Michael Phelps, termin¨® su trabajo triunfal en los Mundiales de nataci¨®n, excelentes por las marcas -14 r¨¦cords mundiales- y por la respuesta de los aficionados, que llenaron todos los d¨ªas el Palau Sant Jordi. Phelps sale de Barcelona con el derecho a discutir al australiano Ian Thorpe la supremac¨ªa en la nataci¨®n, donde Espa?a jug¨® un papel discreto. Pero fuera del Sant Jordi, naci¨® una estrella. Se llama Gemma Mengual, la estrella del equipo de nataci¨®n sincronizada. Gan¨® tres medallas y confirm¨® lo que se sabe desde alg¨²n tiempo: el ¨¦xito del deporte espa?ol cada vez se debe m¨¢s a las mujeres.