?Apolog¨ªa del 'cannabis'?

El ministro del Interior, ?ngel Acebes, anunci¨® el mi¨¦rcoles pasado en Santander que su departamento va a estudiar "las modificaciones legales que permitan perseguir a los promotores" del consumo del cannabis. Se trata, seg¨²n precisaron fuentes de su entorno, de introducir en la legislaci¨®n penal la apolog¨ªa del consumo de esa sustancia. Esta eventual medida la anunci¨® en el acto de presentaci¨®n de la encuesta bianual que el Plan Nacional sobre Drogas efect¨²a entre los escolares de 14 a 18 a?os para conocer la incidencia del consumo de esas sustancias en este grupo de poblaci¨®n. Dicha encuesta revela que el consumo de cannabis (personas que lo han fumado al menos una vez en los ¨²ltimos 30 d¨ªas) ha pasado del 19,4% en 2000 al 22% en 2002, lo que supone un incremento del consumo del 13% en s¨®lo dos a?os. Con relaci¨®n a 1994, fecha de la primera encuesta del Plan Nacional sobre Drogas, el consumo se ha casi duplicado: entonces s¨®lo el 12,2% declar¨® que fumaba porros.

La primera reflexi¨®n que cabe hacer ante estos datos es que el Ministerio del Interior y las administraciones p¨²blicas en general no han acertado en sus pol¨ªticas para controlar y reducir el consumo del cannabis. La segunda es preguntarse si tiene alg¨²n sentido ponerse ahora a perseguir mediante una tipificaci¨®n delictiva tan difusa y sujeta a interpretaciones arbitrarias como la apolog¨ªa publicaciones que tratan sobre el cannabis, cuando el consumo de esa sustancia no est¨¢ penalizado, aunque s¨ª lo est¨¦ su comercializaci¨®n. La encuesta muestra que el cannabis ha alcanzado entre los j¨®venes el mismo rango que el alcohol y el tabaco. Confiesan fumar tabaco el 28% de los encuestados, mientras que fuman porros el 22%. El consumo del alcohol desciende de a?o en a?o, pero a¨²n lo consumen el 55% de los j¨®venes. ?Va a estudiar Interior la tipificaci¨®n de los delitos de apolog¨ªa del tabaco y del alcohol? Igual que frente a las dos citadas drogas legales, la manera razonable de abordar la reducci¨®n del consumo del cannabis es mediante la informaci¨®n, contrarrestando las descripciones paradisiacas de sus efectos inmediatos con la relaci¨®n de sus efectos da?inos a medio y largo plazo.

La informaci¨®n sobre los efectos negativos, por un lado, y el control de la calidad del producto que llega al consumidor, por otro, son los mecanismos razonables de que disponen los Estados para luchar contra los efectos perniciosos de esas tres drogas, junto con las limitaciones a la adquisici¨®n de tales productos por menores. El problema es que el control de la calidad del producto no es aplicable al cannabis simplemente porque se trata de una sustancia cuyo comercio est¨¢ fuera de la ley.