Sangriento fin de rodaje

El drama es digno de uno de esos personajes dif¨ªciles protagonizados por la actriz Marie Trintignant a lo largo de su vida. A los 41 a?os de edad, y cuando estaba terminando el rodaje del telefilme Colette en Lituania, la actriz sufri¨® el domingo pasado una delicada intervenci¨®n quir¨²rgica en la cabeza y se encuentra en coma, tras un golpe muy fuerte recibido durante una disputa con su novio, Bertrand Cantat, uno de los cantantes de rock m¨¢s populares de Francia.

El rodaje empez¨® normalmente. Hace una semana se celebr¨® la conferencia de prensa de presentaci¨®n, en la que la directora del telefilme y madre de la actriz, Nadine Trintignant, defendi¨® la calidad del trabajo diciendo que cada plano debe rodarse "como si fuera el ¨²ltimo de la vida". Su hija Marie se mostr¨® entusiasmada por el papel, aunque abatida por el "triste" ambiente del pa¨ªs b¨¢ltico en el que se encontraban. No hay datos que expliquen con claridad la disputa que se produjo con su novio, Bertrand Cantat, en la noche del s¨¢bado al domingo: s¨®lo ha trascendido que el cantante empuj¨® fuertemente a la actriz y ¨¦sta se abri¨® el cr¨¢neo como consecuencia de un choque violento, contra la pared o contra el suelo, seg¨²n las diversas versiones recibidas en Par¨ªs.

El supuesto agresor es Bertrand Cantat, l¨ªder del grupo franc¨¦s de rock Noir D¨¦sir

Marie Trintignant fue ingresada en el hospital en la ma?ana del domingo, cuando hab¨ªan transcurrido por lo menos dos horas desde que comenz¨® la hemorragia, seg¨²n la polic¨ªa lituana, que ha abierto una investigaci¨®n para esclarecer lo sucedido.El novio fue hospitalizado tambi¨¦n, en este caso con una intoxicaci¨®n producida por un c¨®ctel de medicamentos y de alcohol. Bertrand Cantat es la figura principal del grupo de rock Noir D¨¦sir, muy popular en Francia, donde su m¨²sica acompa?a, en ocasiones, la defensa de las causas antiglobalizaci¨®n.

Discreta, t¨ªmida y poco estrella, Marie Trintingnant mam¨® la escena y las c¨¢maras desde la cuna. No en vano es la hija del actor Jean-Louis Trintignant y de la directora Nadine. "Mis padres son personas a las que yo amar¨ªa aunque no fueran mis padres", dijo de ellos. Tom¨® parte en la pel¨ªcula Mon amour, mon amour, cuando s¨®lo ten¨ªa cuatro a?os, bajo la direcci¨®n de su madre, quien la hizo participar despu¨¦s en el reparto de otras pel¨ªculas y altern¨® con su padre en La terraza, de Ettore Scola. Tambi¨¦n se convirti¨® en una gran burguesa alcoholizada en Betty, de Claude Chabrol, en 1992. Todo ello salpicado de obras de teatro, de programas para la televisi¨®n y del nacimiento de sus cuatro hijos.

Atra¨ªda por las figuras feministas, Marie Trintignant interpret¨® a una militante abortista en Victoria o el dolor de las mujeres, en 1999.

Justamente se trataba ahora de continuar la saga sobre la epopeya feminista con Colette, o la b¨²squeda imposible de la libertad por parte de una escritora que goz¨® de la vida con pasi¨®n. El trabajo se ha llevado a cabo literalmente en familia, con la madre como directora, su hermano Vincent en funciones de primer ayudante de realizaci¨®n y uno de los hijos de la actriz incluido en el reparto del telefime, encargado por la televisi¨®n p¨²blica francesa, pero cuyo rodaje fue llevado a Lituania para reducir costes.

La filmaci¨®n, efectuada entre los ¨¢rboles centenarios del Instituto Bot¨¢nico de Vilnius, una casa en las afueras de la ciudad y otros escenarios del B¨¢ltico, ha librado al equipo del conflicto planteado en Francia por los trabajadores temporales del espect¨¢culo, que ha provocado la anulaci¨®n de la mayor parte de los festivales culturales del verano y la suspensi¨®n de muchos rodajes. Pero a 2.500 kil¨®metros de Par¨ªs, la familia Trintignant no tuvo problemas: un par de paros simb¨®licos, por solidaridad con los compa?eros en Francia, y esto fue suficiente para seguir adelante sin trastornos.

Ya quedaba poco: el mi¨¦rcoles pr¨®ximo deber¨ªa haber terminado el rodaje, destinado a convertirse en una de las grandes apuestas de France 2 para la temporada pr¨®xima. Bruscamente, un episodio sangriento de violencia ha interrumpido la filmaci¨®n. Jean-Louis Trintignant vol¨® ayer a Vilnius para estar al lado de su hija, con la que le liga una relaci¨®n mutua de admiraci¨®n y respeto, que ha sobrevivido elegantemente a las dificultades imaginables en el seno de una familia de artistas.