Memoria y confidencias

Umbr¨ªa es la tierra imaginaria de la infancia. All¨ª donde Valc¨¢rcel, personaje, deseaba que esparcieran sus cenizas. En la isla de Alma, en la costa de Umbr¨ªa. Eso en El vuelo del Hipogrifo, la novela donde Elia Barcel¨® mostr¨® la solvencia de su juego malabar con los g¨¦neros literarios. En El secreto del orfebre, la autora ha regresado a la patria de la ni?ez con un tipo maduro, callado y formal: el orfebre, y como en otras de sus novelas, aqu¨ª tambi¨¦n hay monstruos. No criaturas de "dientes negros y podridos" y con la cara hecha un "amasijo de sangre coagulada y jirones de piel". En El secreto del orfebre, las criaturas terribles son el amor y el tiempo. Ambos acunar¨¢n cual nodriza perversa el aire de melancol¨ªa que envuelve al personaje.

Elia Barcel¨® (Alicante, 1957) vive en Innsbruck (Austria), donde es profesora de literatura hisp¨¢nica y escribe sobre literatura fant¨¢stica y ficci¨®n cient¨ªfica. Es conocida la garant¨ªa de su letra en ese mundo sin l¨ªmites del prodigio, lo inexplicable y lo futurible. Sagrada, Consecuencias naturales y El Mundo de Yarek son algunas de sus obras. Esta ¨²ltima obtuvo en 1993 el Premio Internacional UPC a la mejor novela corta de ciencia-ficci¨®n.

Orfebre es una bella palabra. Antigua y presente, por eso es tambi¨¦n una palabra puente entre Nueva York y Villasanta de la Reina, de la regi¨®n de Umbr¨ªa, donde se labrar¨¢n los recuerdos y surgir¨¢n rostros y hechos para alumbrar la oscuridad de la memoria amorosa. S¨ª, Barcel¨® ha escrito sobre el amor, el desencuentro y sus momentos: 1952, 1974, 1999, pero ha conjurado su letra de tal forma que la ha hecho ¨ªntima y susurrante, y su aparente tranquilidad en el acercamiento al lector no es sino para desarmarle y cogerle desprevenido, pues esta historia triste e inquietante es m¨¢s de lo que a primera vista se supone: una sencilla y prudente narraci¨®n sobre la imposibilidad del encuentro en la noria del tiempo.

La leyenda dice que Umbr¨ªa siempre recupera a sus muertos. En El secreto del orfebre, esta regi¨®n atrapa a un vivo que, todav¨ªa sorprendido, ocultar¨¢ su secreto y no se permitir¨¢ sino una conversaci¨®n con el lector, como si ¨¦ste fuera el ¨²nico y ¨²ltimo confidente.