"El fuego pas¨® por encima de nuestra casa"
Un incendio que no respeta fronteras arrasa uno de los para¨ªsos naturales de Extremadura
Miedo, tristeza e impotencia. La campi?a de Valencia de Alc¨¢ntara (C¨¢ceres), uno de los para¨ªsos naturales de Extremadura, amaneci¨® ayer envuelta en llamas. El fuego, que no respeta ni fronteras administrativas ni naturales, se espet¨® de golpe en territorio espa?ol despu¨¦s de arrasar durante varios d¨ªas la foresta portuguesa.
El atarceder de ayer domingo ofreci¨® una imagen desoladora y temerosa. La carretera 521, que une C¨¢ceres con Valencia de Alc¨¢ntara, se convirti¨® en un territorio abierto a la especulaci¨®n y al miedo. Veinte kil¨®metros antes de llegar a la ciudad, una inmensa cortina de humo de m¨¢s de un kil¨®metro de altura por 20 de largo, avisaba del desastre. Ambulancias, camiones militares, veh¨ªculos de la Junta, controles de la Guardia Civil cortaban el tr¨¢fico y reten¨ªan a los automovilistas desvi¨¢ndoles por otro camino. Los m¨¢s de 6.000 habitantes de la localidad permanecieron literalmente 24 horas en la calle.
Las autoridades barajaban anoche la posibilidad de evacuar a 6.000 vecinos
Veinte kil¨®metros antes de llegar a la ciudad, una cortina de humo avisaba del desastre
En el cruce de San Pedro, una de las arquer¨ªas de la campi?a, cientos de personas se api?aban con caretas y escobones para apagar el fuego: "?D¨®nde est¨¢ el responsable? ?Que diga ya para d¨®nde tira esta m¨¢quina?". La voz se levant¨® en¨¦rgica y con aire de protesta: "?Por qu¨¦ hacen el cortafuego ahora y no esta ma?ana?". Y es que fue a las nueve de la ma?ana cuando se produjo el momento de mayor tensi¨®n. Efectivos portugueses y espa?oles lucharon durante toda la noche por detener el fuego en territorio luso, pero un cambio brusco de viento introdujo las llamas en Espa?a.
"El fuego pas¨® literalmente por encima de nuestra casa". Jos¨¦ Luis y su familia se alegran de contarlo: "Quisimos controlar el fuego con los aspersores, porque apenas levantaba 20 cent¨ªmetros y no nos dejaron". En La Huerta, otra de las aldeas de la campi?a, Francisca Murillo recuerda que contempl¨® entre ensimismada y temblorosa la situaci¨®n: "Iba a avisar a mi familia. Pero no hizo falta. La Guardia Civil lleg¨® y nos traslad¨®".
Diego N¨²?ez descansa en una silla del hogar de ancianos donde ha permanecido todo el d¨ªa: "En la vida he visto nada igual. Nunca se hab¨ªa conocido un fuego as¨ª, desde la Codosera hasta Valencia de Alc¨¢ntara. Mi mujer es una pesada y me puso nervioso. Nos esperaban en el coche, el fuego se ve¨ªa cada vez m¨¢s cerca y no terminaba de salir de la casa". Y ella, Mar¨ªa Carballo, asiente: "A¨²n no se me ha pasado el susto".
Miles de hect¨¢reas arrasadas, ganado muerto, algunas casas quemadas. El paisaje arrastraba a la desesperaci¨®n: "Siento, sobre todo, tristeza". Jes¨²s y Chenti, un joven matrimonio, fueron evacuados con sus dos hijos peque?os: "Es una pena. Todos los a?os ven¨ªamos aqu¨ª de vacaciones y no hemos podido hacer nada". Paulina Berrocal y Prudencia Bohorque tienen la mirada perdida. Llevan horas sentadas en un rinc¨®n: "?Con lo bonito que era esto!".
Cerca de 300 vecinos de La Huerta, El Pino, Jola, Alcorreo, y La Pe?a Borrega fueron evacuados ante la proximidad del fuego. Andr¨¦s Melayo, concejal de Cultural de Valencia de Alc¨¢ntara, lleva horas al pie del ca?¨®n. A uno y otro lado de la carretera hacia Jola, el paisaje ya es lun¨¢tico, con bosques esquilmados, el humo oscureciendo el ambiente: "Es lo m¨¢s gordo que ha pasado nunca aqu¨ª. Era nuestro tesoro. Los empresarios de turismo rural conf¨ªaban mucho en este mes. Ahora todo al garete".
El albergue de la Junta de Extremadura, situado en un lugar pr¨®ximo a la frontera, tambi¨¦n fue evacuado. En ese momento s¨®lo permanec¨ªa en el inmueble los trabajadores de plantilla. En las pr¨®ximas horas estaba previsto que llegaran 100 j¨®venes. Se avis¨® a sus familias para anular el viaje.
Jos¨¦ Manuel Acu?a, el joven alcalde de Valencia de Alc¨¢ntara, era al anochecer un manojo de sudor y nervios. A tres meses de acceder al gobierno se encuentra con una cat¨¢strofe de estas caracter¨ªsticas: "No puedo hablar ahora. Tristeza, tristeza es lo que siento". Y sale corriendo hacia un todoterreno, donde se encuentra el consejero de Cultura, Francisco Mu?oz. Es el momento clave porque se est¨¢ valorando evacuar a toda la poblaci¨®n. La Junta ha enviado cerca de 50 autobuses. La decisi¨®n se puede tomar de un momento a otro. Lo que ya se ha decidido evacuar es a los 42 ancianos de los hogar de pensionistas de las Hermanas de la Virgen: "Donde vayan ellos, vamos nosotras", dice Rosario, la hermana directora.
[En Grimaldo, los vecinos relataron que no pensaron que el incendio declarado en Mirabel iba a llegar hasta all¨ª tan pronto, "ya que desde que vimos las primeras llamas tan s¨®lo transcurrieron veinte minutos". Se da la circunstancia de que la mayor parte de los vecinos de Grimaldo viven en casas unifamiliares que cuentan con peque?as parcelas ajardinadas, por lo que el fuego lleg¨® pr¨¢cticamente a las puertas de sus inmuebles e incluso tres de ellos fueron parcialmente afectados al derretirse literalmente las persianas y "colarse" las llamas en sus parcelas].
Al cierre de esta cr¨®nica, un rayo de esperanza. La situaci¨®n ha cambiado, el viento gira en sentido contrario a la localidad, de nuevo hacia Portugal. "Pero el problema no son las llamas, sino el humo. El dispositivo seguir¨¢ aqu¨ª por si es necesaria la evacuaci¨®n".
Valencia de Alc¨¢ntara ha perdido el coraz¨®n. Las l¨¢grimas se le saltan al regidor mirando hacia Jola, un paraje ¨²nico. Un pinar que hasta ahora milagrosamente hab¨ªa permanecido intacto y con un valor ecol¨®gico impresionante. Aqu¨ª existe una planta carn¨ªvora de influencia atl¨¢ntica: la drosophfilum lusit¨¢nica.
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