Los bomberos 'salvan' a Celed¨®n
El calor asfixiante no rindi¨® a las miles de personas que abrieron las fiestas de Vitoria
Pocos minutos antes de las seis de la tarde, el protagonista en Vitoria era, sin ninguna duda, el cami¨®n de bomberos que refrescaba los cuerpos de las miles de personas que abarrotaban la plaza de la Virgen Blanca a la espera de la Bajada del Celed¨®n. Pero con el lanzamiento del chupinazo (este a?o, s¨ª, ¨²nico, a cargo del alcalde, Alfonso Alonso), el protagonismo volvi¨® al personaje m¨ªtico del mu?eco que se encarna en la figura humana de Gorka Ortiz de Urbina por tercer a?o consecutivo.
Y este m¨¢s que asfixiante 4 de agosto, el joven de la cuadrilla de blusas Bereziak, con su 1,90 de altura y sus 98 kilos de peso, super¨® la rev¨¢lida de 2002 con creces. Si en su segundo a?o el paso por la muchedumbre no fue todo lo agradable que se supone y Gorka sufri¨® lo suyo, este a?o tard¨® el mismo tiempo en subir hasta la balconada de San Miguel que su trasunto en los cielos en bajar desde el campanario del templo hasta el ventanal de los Almacenes Irazu: cuatro minutos de paseo con una elegancia incre¨ªble.
Aunque no se preve¨ªan incidentes como los del a?o pasado, Alfonso Alonso fue previsor. A las seis de la tarde, una fila de escudos de agentes de seguridad le protegieron de un minoritario lanzamiento de huevos y otros objetos m¨¢s contudentes, como una bola de rodamiento que exhibi¨® ante los medios de comunicaci¨®n.
Incidente ef¨ªmero que se olvid¨® en el mismo momento en que sal¨ªa el mu?eco de poliester de 1,90 de altura, con un gran parecido a su representante terrenal, vestido con una blusa de la talla 56, txapela Elosegui del 15 y abarcas del n¨²mero 46. Con su descenso, lleg¨® el momento de encender los puros (los que hab¨ªan podido superar la ducha de los bomberos) y la consiguiente nube de humo que llam¨® tambi¨¦n a una nube que justo tap¨® el Sol para ayudar al Celed¨®n humano en su subida.
El escalador Juanito Oyarz¨¢bal, con 14 ochomiles, defini¨® minutos antes el reto que le esperaba al joven vitoriano: "Creo que es bastante peor pasar hoy por la plaza que subir al Everest". A la dificultad del paso entre las miles de personas, se a?ade el empe?o de los juerguistas por acercarse al Celed¨®n. Dicen que quien le toca, liga en las fiestas de La Blanca.
Si es cierta la leyenda, y a la vista de algunos de los que llegaron a acariciar al protagonista, se puede confirmar que el personaje consigue milagros m¨¢s dif¨ªcles que aquel que realiz¨® la Virgen cuando hizo nevar en distintas localidades del mundo el 5 de agosto, seg¨²n confirma Internet.
El Celed¨®n lleg¨® por fin a la balconada de San Miguel y all¨ª repiti¨® el ritual de todas las fiestas, con los lemas cl¨¢sicos y la entonaci¨®n del famoso pasacalles de Mariano San Miguel que cumple este 2003 sus 85 a?os. Pero Gorka Ortiz de Urbina incluy¨® una nueva sentencia que recibi¨® la ovaci¨®n de los all¨ª congregados: "El a?o que viene subimos a Primera", en referencia al descenso de categor¨ªa del Alav¨¦s. Fue el mejor aliciente para una tarde-noche de juerga de miles de personas que se repartieron por la ciudad, pre¨¢mbulo de seis d¨ªas de fiesta.
QU? HAGO HOY
El d¨ªa grande en Vitoria ha comenzado a las siete de la ma?ana con el tradicional Rosario de la Aurora que re¨²ne a p¨ªos y ateos, sobrios y ebrios, en un momento ¨²nico que este a?o cuenta con el aliciente de los miles de p¨¦talos de rosa que se lanzar¨¢n a su t¨¦rmino.
La siguiente cita tambi¨¦n es religiosa, c¨®mo no: la misa pontifical, con asistencia de la corporaci¨®n en la iglesia de San Miguel.
A partir de ese momento, la religi¨®n deja paso a la juerga callejera con fanfarrias y charangas animando el centro de la ciudad hasta la hora de comer.
A las cinco de la tarde, la plaza de toros acoger¨¢ la primera corrida de la feria con la puesta de largo de las cuadrillas de 'blusas'.
Y ya al filo de la medianoche, llega el concierto del d¨ªa: Oskorri y Kepa Junkera en la plaza de los Fueros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.