De bar en bar, pero en ingl¨¦s
Algunos locales nocturnos de Barcelona organizan encuentros con extranjeros para practicar idiomas
La verg¨¹enza se aparca fuera. Al entrar, uno s¨®lo tiene que dejarse guiar por lo que oye: si quiere practicar ingl¨¦s, a la mesa del fondo; si quiere probar con el franc¨¦s, a la derecha, y si s¨®lo quiere tomar una cerveza viendo c¨®mo a otros se les traba la lengua al pronunciar wednesday, puede quedarse en la barra. La f¨®rmula que ofrece el bar La Raspa de Barcelona, en plena calle de Mallorca, quiz¨¢ no es la m¨¢s acad¨¦mica para aprender un idioma, pero s¨ª una de las m¨¢s relajadas y eficaces para perder la verg¨¹enza de hablar ingl¨¦s, franc¨¦s o lo que sea ante un grupo de anglosajones o franc¨®fonos.
Los grupos de conversaci¨®n abiertos llegaron a Barcelona con los Juegos Ol¨ªmpicos. Los responsables de La Raspa presumen de haber implantado en la ciudad una forma de conocer gente y tomar una copa practicando una lengua extranjera de forma relajada. La f¨®rmula es f¨¢cil: aprovechando que en Barcelona hay tantos extranjeros con ganas de relacionarse con aut¨®ctonos, ?por qu¨¦ no juntarlos un d¨ªa por semana y mejorar el ingl¨¦s de unos y el espa?ol o el catal¨¢n de los otros?
Jos¨¦ Manuel Os¨¦s, que desde hace unos a?os organiza los encuentros en este bar del Eixample, recibe a los clientes que desean practicar un idioma y les orienta sobre la disponibilidad de extranjeros, algo que var¨ªa mucho cada semana. "Un d¨ªa vienen muchos alemanes y al otro s¨®lo hay ingleses, por lo que no siempre puede practicar uno el idioma que desea". En cualquier caso, el ingl¨¦s es fijo. Siempre hay alg¨²n grupo de estudiantes con becas Erasmus, j¨®venes en pr¨¢cticas o profesionales expatriados que viven en Barcelona y buscan practicar espa?ol o catal¨¢n con nativos al tiempo que recuerdan su idioma materno y lo hablan con los locales. "Algunos s¨®lo acuden al bar porque tienen ganas de hablar su lengua durante un rato; otros, porque quieren conocer gente de aqu¨ª, y otros, para qu¨¦ enga?arnos, vienen a ligar", explica Os¨¦s.
La elecci¨®n es personal, pero hay unos rituales que cumplir. Al llegar, uno escoge una mesa, se sienta y se presenta. Nadie se extra?a porque alguien se introduzca en una conversaci¨®n ajena. Tras las presentaciones de rigor -"?qui¨¦n eres", "?qu¨¦ haces?", "?por qu¨¦ vienes aqu¨ª?"-, la conversaci¨®n podr¨¢ girar sobre todo y sobre nada. Se trata de hablar. De hablar por hablar. El ingl¨¦s te corregir¨¢ un verbo que se resiste, el espa?ol una erre que no suena y, entre todos buscar¨¢n una palabra olvidada y que, de repente, se convierte en necesaria. Es el placer de hablar con aut¨¦nticos desconocidos que, tras media hora de conversaci¨®n, parecen viejos amigos.
Jesse Lau, un joven americano que estudia espa?ol en Barcelona, ha encontrado en los grupos de conversaci¨®n una f¨®rmula ideal para conocer personas aut¨®ctonas y mejorar su pronunciaci¨®n. "La f¨®rmula es fant¨¢stica. Vienes, te tomas una cerveza y hablas con quien quieres". Lau, enamorado de Barcelona, considera estos grupos de conversaci¨®n "una maravilla m¨¢s" de esta ciudad, tras el modernismo de Gaud¨ª, las playas y su gente. "No s¨¦, todo parece muy natural y la gente se siente c¨®moda aqu¨ª", explica entre cerveza y cerveza. Le ocurre lo mismo que a Philippe, un franc¨¦s de Breta?a que hace pr¨¢cticas en una empresa de Barcelona. "Acabo de descubrir este bar, pero creo que vendr¨¦ m¨¢s de un d¨ªa este verano", explica al periodista, y contin¨²a hablando espa?ol y franc¨¦s con un grupo de amigos reci¨¦n conocidos. "Por cierto, ?qu¨¦ pens¨¢is los catalanes de Jordi Pujol?".
A menudo, cuenta Jos¨¦ Manuel Os¨¦s, la conversaci¨®n en el bar es s¨®lo el principio. "Nos hemos marcado alguna fiesta fuera de aqu¨ª que ha hecho historia", explica buscando la aprobaci¨®n de un grupo de parroquianos del bar. "?Record¨¢is aquella vez en la playa? Fue fant¨¢stico". Y es que en este bar, como en todos, pueden pasar muchas cosas.
En los 10 a?os de historia de los grupos de conversaci¨®n de La Raspa, han salido muchos ligues, varias parejas e incluso tres o cuatro matrimonios. "Una chica de aqu¨ª conoci¨® a un alem¨¢n y se casaron, esto es bonito, ?no?", afirma Os¨¦s.
Los bares que organizan grupos de conversaci¨®n lo hacen siempre de forma gratuita y s¨®lo se paga por las consumiciones. Es una forma de atraer nuevos clientes y de crear un ambiente distinto al de otros establecimientos. Por esta raz¨®n no se excluye a nadie. "Hemos tenido eslovenos, lituanos, paquistan¨ªes y hasta personas que quer¨ªan hablar esperanto. Y casi todos han encontrado alguien con quien hacerlo", cuenta uno de los habituales de La Raspa.
Pero este bar del Eixample no es el ¨²nico que organiza grupos de conversaci¨®n. En Ciutat Vella, The Travel Bar es tambi¨¦n un buen lugar para practicar idiomas. ?ste es el punto de encuentro de los mochileros brit¨¢nicos, americanos y australianos que cruzan Europa de Norte a Sur y de Este a Oeste en busca de historia, playas, monumentos y fiesta. Para esto ¨²ltimo acuden en manada al bar de la calle de la Boqueria, donde organizan todo tipo de actos para extranjeros y aut¨®ctonos. Los martes por la noche, en la terraza que da a la placeta del Pi, tambi¨¦n se organizan conversaciones entre extranjeros y aut¨®ctonos. Aqu¨ª tambi¨¦n hay algunos parroquianos fieles, pero en general la clientela es m¨¢s joven, b¨¢sicamente turistas de paso por la ciudad que se alojan en las econ¨®micas pensiones de los alrededores.
Para los que adem¨¢s de conversaci¨®n quieran visitas culturales o salir de fiesta con extranjeros, The Travel Bar organiza Pub crowls, una ruta en grupo por cuatro o cinco bares una noche a la semana. Tambi¨¦n hay excursiones de fin de semana: en invierno, a esquiar a Andorra; en verano, a Ibiza o a la Costa Brava. Todo, eso s¨ª, a un m¨®dico precio y con el ingl¨¦s como lingua franca.
- BAR LA RASPA: Mallorca, 188. Barcelona. Mi¨¦rcoles, 22.00 horas.
- THE TRAVEL BAR: Boqueria, 27. Barcelona. Martes, 22.00 horas.
- BAR BLACK HORSE: Allada Vermell, 16. Barcelona. Cons¨²ltense los horarios.
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