Una resistencia cada vez m¨¢s sofisticada y diversa
Los iraqu¨ªes lo llaman resistencia, pero en realidad no lo es porque carece de un mando central; tampoco est¨¢ unificada como las guerrillas cl¨¢sicas. Son grupos inconexos que act¨²an en la zona que conocen, golpean un objetivo f¨¢cil y tratan de escapar dejando atr¨¢s sus armas. Las primeras acciones se produjeron en mayo: ataques a convoyes mediante minas colocadas en la carretera y lanzamiento de proyectiles desde los RPG-7, el Kal¨¢shnikov de las granadas anticarro. El 29 de mayo, el Ej¨¦rcito estadounidense reconoci¨® su existencia y desde entonces han multiplicado sus acciones dentro del tri¨¢ngulo sun¨ª formado por Bagdad, Ramadi y Tikrit. Los norteamericanos s¨®lo admiten los ataques con heridos o muertos; de los que salen indemnes, nadie habla. Se calcula que hay unos catorce al d¨ªa en todo Irak.
Al principio se vincul¨® a los hijos de Sadam Husein con la resistencia, otorg¨¢ndoles un papel relevante en ella. Pero su muerte el 22 de julio no ha servido para acabar con estas acciones que desde el 1 de mayo han costado la vida a 56 soldados estadounidenses. El mando se escuda ahora en agentes extranjeros y en la omnipresente Al Qaeda para justificar su pujanza. Las detenciones en Ramadi, Tikrit y Faluja y los m¨¢s de 300 iraqu¨ªes muertos en enfrentamientos con el Ej¨¦rcito de EE UU no han liquidado esa resistencia. Las acciones, menos frecuentes desde hace una semana, son cada vez m¨¢s mort¨ªferas. El atentado contra la Embajada de Jordania representa un importante cambio de estrategia.
Ocupaci¨®n y humillaci¨®n
Los expertos no se atreven a hablar de una sola resistencia. Existe una, formada por antiguos miembros del Baaz y del Ej¨¦rcito, que trata de invertir la situaci¨®n creada y retornar al poder. Entre sus acciones se cuentan los atentados contra oleoductos, refiner¨ªas y centrales el¨¦ctricas, para alimentar el enfado de la poblaci¨®n por la carencia de luz. Hay una segunda en la que militan personas contrarias a la ocupaci¨®n. ?sta, a juicio de los norteamericanos, es la m¨¢s peligrosa y dif¨ªcil de vencer. Se nutre de iraqu¨ªes que sienten la presencia extranjera como una humillaci¨®n. La agresividad de los soldados, incapaces de confraternizar con una poblaci¨®n a la que temen y desprecian, es el combustible.
Hezbol¨¢ comenz¨® a actuar en 1982 de una forma similar en L¨ªbano: varios grupos atentaban sin aparente conexi¨®n. Tardaron tres a?os en crear una infraestructura de mando. El riesgo a medio plazo es que a estas resistencias, predominantemente sun¨ªs, se sume otra chi¨ª. Sus principales grupos pol¨ªticos, Al Dawa y el Consejo Supremo de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica, disponen de milicias armadas, hoy durmientes, y que podr¨ªan ser reactivadas si fuera necesario. Los chi¨ªes est¨¢n convencidos de poder lograr sus objetivos por la v¨ªa pol¨ªtica. Pero ?aceptar¨¢n los halcones que ganen las primeras elecciones democr¨¢ticas? La respuesta, dentro de un a?o, tal vez.
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