Doctores atacados por sus pacientes
El Colegio de M¨¦dicos recibe 60 denuncias en s¨®lo dos meses de facultativos que han sido agredidos por los enfermos
La medicina nunca ha sido considerada un profesi¨®n de riesgo. Sin embargo, el Colegio de M¨¦dicos de Madrid ha recibido m¨¢s de 60 denuncias por agresiones a sus afiliados en dos meses, seg¨²n una portavoz. "Los casos reales seguramente son muchos m¨¢s, porque muchos m¨¦dicos no denuncian las agresiones y amenazas que sufren en su lugar de trabajo", indica la representante del Colegio. La secci¨®n madrile?a de la Confederaci¨®n Espa?ola de Sindicatos M¨¦dicos confirma la inseguridad con que trabajan. Seg¨²n sus c¨¢lculos, el 50% de ellos ha recibido amenazas, y un 2% de los 15.000 profesionales de la Comunidad han sufrido agresiones.
Las situaciones de violencia verbal (amenazas) o f¨ªsica (agresiones) por parte de los pacientes son diarias y m¨¢s habituales de lo que se cree, afirma la m¨¦dica y concejal socialista Carmen S¨¢nchez Carazo. Tienen especial incidencia en las consultas de atenci¨®n primaria (ambulatorios) y en los servicios de urgencia de los hospitales, aunque tambi¨¦n hay casos entre los pacientes ingresados y en las visitas a domicilio.
De acuerdo con Isabel L¨®pez, presidenta de la secci¨®n madrile?a de la Confederaci¨®n Estatal de Sindicatos M¨¦dicos (CESM), las causas y la gravedad de las agresiones son m¨²ltiples. "Pueden ir desde un empuj¨®n o un pellizco a una bofetada, un pu?etazo o una agresi¨®n con arma blanca", indica.
L¨®pez cree que al margen de la existencia de grupos de pacientes m¨¢s proclives a estas actuaciones, como los que padecen alg¨²n tipo de trastorno psiqui¨¢trico o toxic¨®manos con s¨ªndrome de abstinencia, hay unos factores comunes que favorecen estas conductas.
"Normalmente, una persona que va al m¨¦dico no est¨¢ bien, y muchos exigen una respuesta inmediata. Adem¨¢s, la figura del m¨¦dico est¨¢ socialmente bastante deteriorada, y la gente muchas veces demanda atenci¨®n a necesidades que el sistema no presta o presta tarde, y en ese caso es el m¨¦dico el que tiene que dar la cara", afirma L¨®pez.
Las ¨²ltimas agresiones en el Centro de Salud de Potes en Villaverde Alto son "dos claros" ejemplos de la situaci¨®n de inseguridad con que se trabaja en muchos ambulatorios, afirma S¨¢nchez Carazo. Los dos sucesos ocurrieron la ¨²ltima semana de julio. Uno de ellos fueron unas amenazas a una m¨¦dica para que firmara un certificado falso. En el otro, una madre dio una bofetada a una pediatra despu¨¦s de que ¨¦sta se negara a enviar a su hijo a urgencias. "En la pared del centro incluso se ve el impacto de dos balas", a?ade la concejal.
Estas dos situaciones "son t¨ªpicas", afirma S¨¢nchez Carazo. Lo de los certificados falsos "es habitual, ya sea para prolongar una baja, una discapacidad o al rev¨¦s, para ocultarla", indica un m¨¦dico de atenci¨®n primaria que prefiere guardar el anonimato. Para evitar esta situaci¨®n, algunos sindicatos han llegado a pedir que el control de las bajas laborales (la incapacidad laboral transitoria, ILT) no lo lleven los facultativos. En urgencias, los casos de tensi¨®n se disparan, a?ade la concejal. "Ah¨ª coinciden la situaci¨®n de gravedad de los pacientes, la angustia de los familiares y la presi¨®n sobre los profesionales", indica.
La violencia no la sufren s¨®lo los m¨¦dicos. El personal de enfermer¨ªa y los auxiliares comparten estos momentos. "Las auxiliares muchas veces incorporamos como una realidad normal de nuestro trabajo estas situaciones, y por eso no se denuncia. Las trabajadoras tendemos a justificar al paciente, que est¨¢ viviendo una situaci¨®n dif¨ªcil. Pero luego esas situaciones se somatizan y se manifiestan como bajas laborales por problemas estomacales o musculares", indica Ana Escobar, del Sindicato de Auxiliares de Enfermer¨ªa (SAE).
Como primera medida para combatir esta situaci¨®n, S¨¢nchez Carazo pide "una respuesta inmediata de la gerencia de los centros y de los pol¨ªticos responsables". "Los trabajadores tienen que notar su apoyo, desde una visita para interesarse por el caso a ayudas para tramitar cambios de turno, bajas o recibir apoyo psicol¨®gico si se requiere despu¨¦s de una agresi¨®n", indica. Tambi¨¦n pide que se aumente la seguridad de los centros (muchos no tienen servicio de seguridad o es insuficiente) y "que se informe a los pacientes de sus derechos (intimidad, trato correcto y adecuado), pero tambi¨¦n en sus obligaciones, como el respeto al los profesionales o las instalaciones".
Alarmas en las consultas y distancia de seguridad
Las agresiones de pacientes a facultativos van en aumento", de acuerdo con el Colegio de M¨¦dicos de Madrid. Y muchas no se denuncian. Para ayudar a los profesionales que sufren esta situaci¨®n, el colegio ha puesto en marcha un servicio de atenci¨®n a sus afiliados. "Se trata de un n¨²mero de tel¨¦fono para que puedan poner la denuncia [el 915 385 106, o el mismo acabado en 7]. Es un contestador que funciona las 24 horas. Cuando se recibe la llamada, la estudia la asesor¨ªa jur¨ªdica, que a continuaci¨®n se pone en contacto con el m¨¦dico para indicarle qu¨¦ hacer", explican en el colegio. "Tambi¨¦n se prev¨¦ enviar informes a las distintas zonas con los casos registrados, para que la gerencia tome las medidas adecuadas", indican.
Por su parte, la Confederaci¨®n Estatal de Sindicatos M¨¦dicos ha editado un manual con recomendaciones. Ante una agresi¨®n verbal, recomienda no responder, "insultar, encararse, desafiar o agredir al agresor en ning¨²n caso". Se debe, en cambio, intentar controlar la situaci¨®n, avisar a otros trabajadores del centro, establecer una distancia de seguridad e interrumpir la consulta.
La reacci¨®n debe ser parecida en el caso de una agresi¨®n f¨ªsica -"afortunadamente, poco frecuentes"-, con el a?adido de limitar la respuesta f¨ªsica a la necesaria para reducir al agresor.
Muy importantes son las denominadas "medidas ulteriores". En ning¨²n caso debe desatenderse al paciente, indica el sindicato, bien sea por el mismo m¨¦dico (en casos de urgencia, por ejemplo) o bien trasladando el expediente a otro facultativo, al que se deber¨¢ informar de los motivos por los que se rompe la relaci¨®n entre el m¨¦dico y el paciente. Tambi¨¦n se recomienda evaluar la capacidad ps¨ªquica del paciente y cursar la correspondiente denuncia.
En los casos m¨¢s graves (agresiones o amenazas con acoso por el paciente), ¨¦stas deben comunicarse a la direcci¨®n del centro y a la polic¨ªa. La CESM recomienda que se evite cualquier comunicaci¨®n "personal o profesional" con el agresor, tener cuidado para no coincidir con ¨¦l e incluso "hacerse acompa?ar del servicio de seguridad [cuando exista] en los desplazamientos dentro y fuera del centro, no aparcar el veh¨ªculo cerca del centro de trabajo, no dar la espalda al agresor y mantener una distancia de seguridad de al menos 15 metros. En casos extremos, puede llegar a plantearse el cambio de horarios y recorridos.
Por parte de la direcci¨®n, el CESM sugiere la instalaci¨®n de alarmas en los despachos, sistema de filtro de las llamadas entrantes, guardar confidencialidad sobre los datos de los trabajadores (domicilio, tel¨¦fono, horario), y plantea la posibilidad de instalar c¨¢maras y que la Administraci¨®n persiga de oficio a los agresores.
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