Viejas glorias, grandes glorias

Chano Lobato, Matilde Coral y Juan Habichuela nos trajeron Historias de arte. Del suyo, porque es mucho el que nos regalaron a trav¨¦s de tantos a?os en que fueron figuras capitales de lo jondo. Lo siguen siendo, claro, aunque no sea lo mismo. Entre los tres suman 215 a?os, que no son ninguna tonter¨ªa. Pero mantienen ¨ªntegra su pasi¨®n por el flamenco.

En estas Historias de arte Matilde y Chano cuentan sus cosas, que divierten al p¨²blico. Ella baila algo, ¨¦l lo canta todo, y el mayor de los Habichuela les da la r¨¦plica musical adecuada. Un toque sobrio, impecable, magistral. As¨ª fue su acompa?amiento al cante por soleares de Chano, hecho con temple ejemplar. Como en las alegr¨ªas que bail¨® Matilde, bailando al cante como es de ley, en poco espacio, pero con momentos de arte que no es f¨¢cil ver hoy. Ciertamente no es el baile maravilloso que vimos a esta mujer en sus tiempos de esplendor; ciertamente fue en ocasiones penoso ver las fatiguitas que cantaor y bailaora pasaban para levantarse de sus sillas, para desplazarse por el escenario. Les queda, sin embargo, su arte de excepci¨®n. Viejas glorias, s¨ª, pero grandes, grand¨ªsimas glorias.

Y con los mayores, los j¨®venes. Hace 10 a?os, Miguel Poveda gan¨® aqu¨ª la L¨¢mpara Minera y tres premios primeros m¨¢s; era casi adolescente a¨²n, t¨ªmido, un completo desconocido salvo en el entorno del flamenco catal¨¢n, donde hab¨ªa comenzado a manifestarse como cantaor. Anteanoche, en el Mercado Antiguo de La Uni¨®n, compareci¨® como artista hecho, en plenitud y con notables aportaciones personales al quehacer flamenco. Hemos venido dejando constancia de ello en esta d¨¦cada, porque Poveda ha mantenido sin desmayo esa actitud de enorme afici¨®n a lo jondo, de trabajo constante, de investigaci¨®n y aportaci¨®n a su cante de una singular perspectiva personal.

En esta nueva comparecencia en La Uni¨®n, Poveda ofreci¨® un repertorio de gran calado flamenco y muy sugestivo, con novedades como el tema final que introduce el baile -su hermana Sonia, una bailaora que no nos quita la respiraci¨®n, pero a quien vemos digna y haciendo progresos notables- en una composici¨®n sobre temas mineros cantados por ¨¦l y los secundarios Encarnita Anillo y Londro.

Poveda cant¨® hasta La Gabriela para el baile, y fue ciertamente de una belleza espectacular. Como lo hab¨ªa sido todo lo cantado anteriormente: las malague?as, las alegr¨ªas, una largu¨ªsima secuencia con las m¨¢s variadas formas bulearieras..., estilos todos en los que, reitero, el eco propio de Poveda les daba muchos aspectos de verdaderas creaciones.

Miguel Poveda, L¨¢mpara Minera en 1993, convence en cada actuaci¨®n de que aquel galard¨®n fue ganado por un cantaor al margen de las convenciones habituales.