Donde el agua ve la luz
Este curso serrano surge de sopet¨®n, con g¨¦lidos borbotones, en lo alto de la garganta segoviana de El Espinar
Los r¨ªos, como los hombres, nacen, crecen, corren, saltan y, en ocasiones, se salen de madre. Todos, hasta los m¨¢s remolones y divagadores, tienen sus cursos, sus empleos y sus caudales, aunque ¨¦stos meng¨¹en a veces en verano m¨¢s de la cuenta. Corriente. Muchos son los tributarios. Pero incluso los principales, que no hacen sino recibir, lo pierden todo al morir. Visto lo visto, no es de extra?ar que algunos r¨ªos, en su parte alta, o cabecera, posean ojos.
Lo normal es que un r¨ªo nazca de la uni¨®n de diversos manantiales y regatos. Mas hay el que surge de sopet¨®n en un sitio concreto, borboteando a trav¨¦s de aberturas que se conocen como ojos. Esta acepci¨®n, que aparece ya en un texto castellano de 1280, resulta de una met¨¢fora extendida no s¨®lo por toda Espa?a -en catal¨¢n, ullals; en gallego, ull¨®s-, sino por el mundo entero, en idiomas de las m¨¢s varias familias, y se explica por ser el lugar donde el agua subterr¨¢nea ve la luz. As¨ª es c¨®mo ocurr¨ªa en los famosos Ojos del Guadiana, hasta que se secaron hace 20 a?os. As¨ª sigue sucediendo en los Ojos del r¨ªo Moros, en la sierra de Guadarrama.
Un moj¨®n se?ala este oasis, donde se puede beber sin temor a la escurribanda intestinal
Los Ojos del r¨ªo Moros se abren a 1.800 metros de altura en la vertiente occidental del collado Minguete, entre el cerro del mismo nombre y el Mont¨®n de Trigo. All¨ª, arropado por la fronda pinariega y sin m¨¢s testigo que alguna vaca cerril, el reci¨¦n nacido derrama sus primeras l¨¢grimas a unos seis grados de temperatura, que es lo habitual en los manaderos de la zona, no hay de qu¨¦ preocuparse. Un paraje alto, solitario, boscoso y salpicado de aguas g¨¦lidas: ?qu¨¦ m¨¢s se le puede pedir al mundo en un d¨ªa de agosto?
El lugar accesible en coche m¨¢s pr¨®ximo a este nacimiento segoviano y, por tanto, el mejor para iniciar la marcha, es el aparcamiento de Majavil¨¢n, que est¨¢ situado a una altitud de 1.380 metros en las dehesas de Cercedilla, en el vecino valle madrile?o de la Fuenfr¨ªa. Desde aqu¨ª subiremos por la calzada romana hasta el puerto de la Fuenfr¨ªa (1.796 metros; una hora y media de paseo), donde doblaremos a la izquierda para seguir, por lo m¨¢s alto, una senda se?alizada con marcas de pintura blanca y amarilla que en media hora m¨¢s nos pondr¨¢ en la pelada cima del cerro Minguete (2.023 metros).
Mitad madrile?o, mitad segoviano, este monte es el eje orogr¨¢fico del que irradian los valles de la Fuenfr¨ªa (al sureste), de Valsa¨ªn (al noreste) y del r¨ªo Moros (al oeste), oficialmente conocido como garganta de El Espinar, por ser ¨¦ste el municipio al que pertenece. Siendo muchas las cumbres que se divisan -Pe?a-lara, la Bola del Mundo, Siete Picos...-, las que ahora nos interesan son las que se yerguen al norte: el picudo Mont¨®n de Trigo y la Mujer Muerta, pues ellas definen el colosal anfiteatro donde se estrena el r¨ªo Moros.
Sin perder las se?ales, bajaremos en dos zancadas al collado Minguete (1.992 metros) y, rodeando el Mont¨®n de Trigo por la izquierda, nos plantaremos en el de Tirobarra (1.984 metros; dos horas y tres cuartos). Hacia la izquierda, casi en direcci¨®n contraria a la que segu¨ªamos, se desv¨ªa aqu¨ª una senda marcada con hitos que desciende rauda hasta los Ojos del r¨ªo Moros. Un gran moj¨®n se?ala este oasis donde, tras tres horas y media de marcha, podemos saciarnos sin temor a la escurribanda intestinal, ya que el agua brota directamente de las as¨¦pticas entra?as de la monta?a.
Una vez refrescados, continuaremos por la misma senda, que ahora discurre casi horizontal por la umbr¨ªa del cerro Minguete y la Pe?a Bercial, hasta salir en otra hora al collado de Marichiva (1.753 metros). Por aqu¨ª pasa la pista forestal del Infante, la cual atravesaremos de claro para coger una vereda marcada con c¨ªrculos rojos que desciende con fuerte pendiente al valle de la Fuenfr¨ªa. A la media hora de bajar (cinco desde el inicio), tras varios zigzagues, ¨¦sta se allana y cruza el arroyo de Majavil¨¢n, por cuya margen izquierda, ya sin se?ales, iremos a dar al punto de partida.
A la sombra del pinar
- D¨®nde. Cercedilla dista 57 kil¨®metros de Madrid yendo por la carretera de A Coru?a (N-VI) hasta Guadarrama, para desviarse a la salida de este pueblo a la derecha por la M-622. Hay trenes de Cercan¨ªas-Renfe (tel¨¦fono 902 24 02 02). Unos metros m¨¢s arriba de la estaci¨®n de Cercedilla, nace la carretera de las Dehesas (M-966), que en poco m¨¢s de tres kil¨®metros lleva hasta el aparcamiento de Majavil¨¢n, punto de partida de esta excursi¨®n.
- Cu¨¢ndo. Esta ruta circular de 14 kil¨®metros y cinco horas largas de duraci¨®n, con un desnivel de 650 metros y una dificultad media-alta, es ideal para el verano porque discurre a la sombra del pinar.
- Qui¨¦n. El centro de informaci¨®n Valle de la Fuenfr¨ªa (tel¨¦fono 91 852 22 13) dispone de personal y material adecuado -planos, croquis, folletos...- para ayudarnos a realizar este itinerario. Est¨¢ en el kil¨®metro 2 de la carretera de las Dehesas, uno antes de Majavil¨¢n.
- Y qu¨¦ m¨¢s. Cartograf¨ªa: mapa Sierra de Guadarrama, a escala 1:50.000, de La Tienda Verde (Maudes, 23 y 38; tel¨¦fono 91 534 32 57); en su defecto, hoja 18-20 (Cercedilla) del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito o la equivalente (508) del Instituto Geogr¨¢fico Nacional.
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