Entre emociones y tecnicismos

Corrida mixta. Pablo Hermoso de Mendoza, que estuvo mejor en su segundo que en su primero. Su labor cabe motejarla de aceptable.

En la corrida ordinaria, los dos matadores, Enrique Ponce y Fernando Roble?o, se empe?aron en que el presidente les diera un aviso a cada uno y en cada toro antes de entrar a matar. Fue un empate insulso.

A Enrique Ponce se le puede atribuir, en sus dos faenas, los calificativos de t¨¦cnico, inteligente. Su toreo, en especial en su primer toro, fue una antolog¨ªa de pases por ambas manos de suavidad, entendiendo bien las distancias, trazado todo ello con un correcto almibaramiento. Sin embargo, cabe atribuirle una exceso de frialdad y falta de picante emotivo. En ning¨²n momento el torero valenciano carg¨® la suerte. En su segundo no consigui¨® insuflarle la vibraci¨®n de vida, pese a que algunos taurinistas de pluma, voz y humo est¨¢n a punto de pedir su beatificaci¨®n. Claro, que no ser¨¢ por la actuaci¨®n que firm¨® ayer. De todos modos, hay que reconocer que en muchos momentos el toreo de Ponce posee una faz desgastada tal que una g¨¢rgola de Notre-Dame. ?Debe recordarse que su colocaci¨®n siempre es ejemplar y que justo por esa colocaci¨®n tan ejemplar eso hace que no se vibre lo suficiente? Puede ser, mas dej¨¦moslo que conteste el viento.

A Fernando Roble?o le toc¨® en suerte el mejor toro de la corrida. Un ejemplar con br¨ªo y fijeza. Lo m¨¢s enjundioso de la actuaci¨®n del torero lo dejamos en su excelente trasteo de inicio y en los cites de lejos con la mano derecha. En las dos primeras tandas por esa mano, el p¨²blico vibr¨®, ya que los pases eran largos, ligados y hab¨ªa tensi¨®n emocional en la realizaci¨®n. Sigui¨® con tres series de naturales, tambi¨¦n largos, templados, tensos y emocionantes. No obstante, las dos siguientes series de naturales, ah¨ª baj¨® el tono. No apareci¨® el son que merec¨ªa el remate de faena. Aqu¨ª se le reprocha esa inculminaci¨®n. En el sexto, aunque estuviera m¨¢s desigual, tuvo el m¨¦rito de buscarle las vueltas a un toro manso, expuso su f¨ªsico, aunque no lleg¨® a dominar al toro. A pesar de todo, en la ¨²ltima series de naturales, algunos fueron buenos, justo cuando despu¨¦s de un muletazo le pon¨ªa seguido la muleta en la cara. As¨ª trag¨® ese toro algunos buenos muletazos. Lamentamos que no hubiera puesto la muleta en la cara una y otra vez. Ayer saltaron dos chorros toreros. Mecanicismo y emoci¨®n. Si sumamos las dos acepciones, ah¨ª est¨¢ la clave.