La amalgama de tr¨¢nsfugas de Marbella crea una confusi¨®n jur¨ªdica en el Ayuntamiento
Los grupos, obligados a pactar la representatividad en todos los ¨®rganos de la Corporaci¨®n
La peculiar composici¨®n pol¨ªtica que ha quedado en el Ayuntamiento de Marbella a resultas de la moci¨®n de censura contra Juli¨¢n Mu?oz, con una amalgama de tr¨¢nsfugas y un grupo mixto mayoritario, plantea una confusi¨®n jur¨ªdica sobre la organizaci¨®n y funcionamiento del Consistorio. La inexistencia de un Reglamento Org¨¢nico Municipal (ROM), del que est¨¢n dotados otros ayuntamientos, obliga a que los propios grupos deban pactar cuestiones esenciales como la composici¨®n y representatividad en los ¨®rganos de gobierno y sociedades municipales, las portavoc¨ªas, o el r¨¦gimen de retribuciones.
Todo el organigrama resultante de las elecciones municipales celebradas hace menos de tres meses ha saltado por los aires en Marbella. La composici¨®n de las comisiones informativas, de los consejos de administraci¨®n y rectores de las sociedades municipales y de los ¨®rganos aut¨®nomos se determina en virtud de la representatividad que los grupos tienen en el pleno.
El problema es que en Marbella ni siquiera est¨¢ claro cu¨¢ntos grupos municipales hay, toda vez que uno de los 15 concejales que ten¨ªa el Grupo Independiente Liberal (GIL), Rafael Gonz¨¢lez, insiste en no abandonar la formaci¨®n que, pese a los anuncios de su fundador, Jes¨²s Gil, no est¨¢ formalmente disuelta.
Gil ha enviado un escrito al Ministerio del Interior en el que solicita que se d¨¦ de baja al GIL en el registro de partidos y asociaciones, pero el fundador no est¨¢ facultado para ello, sino que debe ser una asamblea de militantes la que acuerde la disoluci¨®n, que presumiblemente se convocar¨¢ en septiembre.
La confusi¨®n ya qued¨® de manifiesto en el mismo pleno en el que se debati¨® la moci¨®n de censura, en el que Isabel Garc¨ªa Marcos, expulsada provisionalmente del PSOE, y Silvestre Puertas, militante con todos los derechos pujaron por ser portavoces del grupo municipal socialista; Rafael Gonz¨¢lez se invoc¨® la portavoc¨ªa del GIL; y Alberto Garc¨ªa la del grupo de concejales afines a Mu?oz. La mesa de edad que presidi¨® la sesi¨®n opt¨® por dar la palabra a todos, pero esto no podr¨¢ ser as¨ª en el futuro.
La ley que regula el funcionamiento de los ayuntamientos no prev¨¦ la posibilidad de que se puedan constituir nuevos grupos y, a diferencia de lo que ocurre en el Congreso de los Diputados, no atribuye derechos a los distintos componentes del grupo mixto para disfrutar de representatividad o portavoc¨ªas diferenciadas.
El grupo pol¨ªtico que result¨® mayoritario tras las elecciones en Marbella, el GIL, con 15 concejales, ha desaparecido o, en todo caso, cuenta con un edil. Al GIL le correspond¨ªan hasta ahora cinco concejales en las comisiones informativas, en las que el PSOE contaba con dos representantes, y PP y PA con uno cada uno.
La carrera de transfuguismo producida en Marbella ha provocado una situaci¨®n singular¨ªsima en la que el grupo mixto es el mayoritario de la Corporaci¨®n, con nada menos que 17 de los 27 ediles que la componen. A ellos pod¨ªan a¨²n sumarse los tres concejales del PA si la direcci¨®n del partido, que los ha expedientado por su apoyo a la moci¨®n, decide expulsarlos o suspenderlos de militancia.
Pero el grupo mixto a su vez es una amalgama en la que conviven, y te¨®ricamente est¨¢n llamados a entenderse, los ganadores y derrocados en la moci¨®n de censura: los seis concejales procedentes del GIL leales al ex alcalde Juli¨¢n Mu?oz, los ocho gilistas que le retiraron su apoyo y los tres ediles expulsados del PSOE por su apoyo a la moci¨®n de censura. Te¨®ricamente, a este grupo le corresponde un s¨®lo portavoz y la representaci¨®n mayoritaria en las comisiones informativas y otros organismos. Seg¨²n fuentes consultadas, la determinaci¨®n del nuevo esquema de organizaci¨®n deber¨ªa ser determinada mediante un acuerdo pol¨ªtico entre todos los grupos y, en ese caso, cabr¨ªa, por voluntad de todos ellos, una portavoc¨ªa compartida.
El pacto para la moci¨®n de censura preve¨ªa que los firmantes se repart¨ªan su representatividad en comisiones y consejos de administraci¨®n con tres ediles para los ex gilistas, dos para los expulsados del PSOE y uno para el PA.
Cada grupo pol¨ªtico tiene derecho en Marbella a una asignaci¨®n para funcionamiento de 3.005 euros mensuales, m¨¢s otros 780 por concejal, adem¨¢s de la adscripci¨®n de personal administrativo y t¨¦cnico.
Si antes el segundo grupo de la corporaci¨®n era el PSOE, con cinco concejales, ahora lo es el PP -¨²nica formaci¨®n que se mantiene inalterada-, con cuatro. Los socialistas quedar¨ªan con los dos ediles que retiraron su firma de la moci¨®n de censura.
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