La hora de la responsabilidad
Marbella ha entrado en una situaci¨®n de dif¨ªcil retorno. Si ya en los ¨²ltimos a?os Marbella era m¨¢s conocida por sus esc¨¢ndalos urban¨ªsticos y los problemas judiciales de sus m¨¢ximos representantes que por sus excelencias tur¨ªsticas, la reciente moci¨®n de censura, patrocinada por Jes¨²s Gil, constituye una vuelta de tuerca m¨¢s en el frenes¨ª inmobiliario que rodea a ese incomparable entorno de la Costa del Sol. Por ello, los socialistas andaluces entendemos que en estos momentos se dan las condiciones pol¨ªticas para proceder a la posible disoluci¨®n del ayuntamiento.
Es cierto que, hasta ahora, hab¨ªamos rechazado esa posibilidad planteada por otras formaciones pol¨ªticas. Entend¨ªamos que a Gil y a todo su emporio ten¨ªan que ser derrotados en las urnas. En cambio, hoy tenemos sobre la mesa nuevos elementos que nos hacen ver la necesidad de acometer una medida tan dr¨¢stica y extraordinaria como ¨¦sta. La ruptura del Grupo Independiente Liberal (GIL), el apoyo en tr¨¢nsfugas del PSOE y el PA -ya se ver¨¢ si la direcci¨®n andalucista cumple con su compromiso de expulsi¨®n de sus tres concejales d¨ªscolos- y, sobre todo, la lucha ya no soterrada sino expl¨ªcita por el control urban¨ªstico de la ciudad son nuevos datos que obligan a todos los partidos democr¨¢ticos, sin excepci¨®n, a tomar cartas en el asunto.
Jes¨²s Gil fund¨® el GIL y, como Cronos, ha acabado devorando a sus propios hijos, aunque la imagen de Marbella supera en patetismo al fantasmal cuadro de Goya. El ex alcalde de Marbella, pese a su condena por sus trapicheos con los fondos p¨²blicos que lo descabalg¨® del sill¨®n municipal, ha seguido en la sombra moviendo los hilos del equipo de gobierno del Ayuntamiento. Por ese motivo, cuando Juli¨¢n Mu?oz, su sucesor en el puesto, decide cambiar la l¨ªnea pol¨ªtica de enfrentamiento frontal contra la Junta, Gil pone en marcha la moci¨®n de censura.
La rectificaci¨®n de Juli¨¢n Mu?oz y la propuesta de apertura de un proceso de di¨¢logo con la Administraci¨®n andaluza abre un nuevo horizonte que se visualiza con la destituci¨®n de Roca, hombre de confianza del ex presidente del Atl¨¦tico de Madrid, al frente de la Gerencia de Urbanismo. Este gesto desat¨® la caja de los truenos en el seno de la asociaci¨®n de intereses sobre la que surgi¨® el GIL. A instancias de su jefe, Roca urde la operaci¨®n pol¨ªtica y negocia a tres bandas con los concejales de PSOE, PP y PA hasta conseguir los votos suficientes para sumar a los ocho fieles a Jes¨²s Gil. Desde el mi¨¦rcoles, Marbella tiene una nueva corporaci¨®n (de t¨ªteres) en manos de un patr¨®n de sobras conocido que hace y deshace a su antojo. El riesgo de tener a Jes¨²s Gil con el bast¨®n de mando hace necesaria una respuesta democr¨¢tica sin ambages.
La disoluci¨®n de un ayuntamiento es posible de acuerdo con el art¨ªculo 61 de la Ley de R¨¦gimen Local. Si una corporaci¨®n act¨²a en contra de los intereses de los ciudadanos a los que representa o contra los pilares sobre los que se sustenta la Constituci¨®n, el Gobierno de la naci¨®n, a instancias de la Administraci¨®n auton¨®mica, puede adoptar esta medida. El Ayuntamiento de Marbella se ha caracterizado por su actitud de insumisi¨®n a la Ley y, precisamente ahora, cuando se estaba produciendo un giro sustancial, se produce otro golpe de mano con fines espurios. Jes¨²s Gil y su escuela de gestores del ladrillo y el hormig¨®n no cumplen la Ley del Suelo, se saltan a la torera las recomendaciones de la C¨¢mara de Cuentas sobre la gesti¨®n de los fondos p¨²blicos, han firmado 300 convenios urban¨ªsticos al margen de la legislaci¨®n vigente... Hay, por consiguiente, base jur¨ªdica para proceder a la disoluci¨®n del consistorio, especialmente, con el curr¨ªculum que presenta Jes¨²s Gil despu¨¦s de sus muchos a?os de gobierno en la ciudad costasole?a.
Es la hora de la responsabilidad de todas las fuerzas democr¨¢ticas. As¨ª, el PSOE de Andaluc¨ªa ha propuesto a PP y PA constituir una mesa de di¨¢logo para alcanzar un acuerdo con objeto de constituir la gestora sobre la base de los tres partidos democr¨¢ticos que obtuvieron representaci¨®n en las elecciones del 25 de mayo pasado, tal y como prev¨¦ la normativa actual. El GIL, adem¨¢s, se ha roto y han surgido dos formaciones pol¨ªticas con siglas distintas a las que concurrieron a las urnas hace poco m¨¢s de dos meses.
El PSOE acudir¨¢ al encuentro con populares y andalucistas con una oferta abierta: o bien se procede a la disoluci¨®n inmediata del Ayuntamiento o bien se le concede un margen prudencial de tiempo para observar si el nuevo equipo de gobierno normaliza la situaci¨®n de ilegalidad urban¨ªstica, que tanto perjudica a la poblaci¨®n de Marbella. Esta segunda opci¨®n quedar¨ªa sujeta a tres condiciones: primera, la elaboraci¨®n un nuevo Plan General de Ordenaci¨®n Urbana (PGOU) que se ajuste a la ley andaluza y aprobado por los ¨®rganos competentes de la Junta de Andaluc¨ªa; segunda, la no concesi¨®n de nuevas licencias que contravengan el PGOU de 1986, que es el vigente, en tanto en cuanto no vea la luz el nuevo; y, tercera, no firmar m¨¢s convenios urban¨ªsticos y que todos los actuales sean revisados para que se ajusten a la legalidad.
En la b¨²squeda de soluciones para esta situaci¨®n de emergencia ha de estar el Partido Popular. El PP no puede seguir escondi¨¦ndose como hasta ahora, esperando a ver qu¨¦ pasa y queriendo pescar en r¨ªo revuelto. Si los populares no hacen una manifestaci¨®n p¨²blica y notoria de cambio y de implicaci¨®n en el futuro de Marbella, dar¨¢ pie a pensar que quieren repetir la misma operaci¨®n de absorci¨®n que ya perpetr¨® el PP con los ediles del GIL en La L¨ªnea, San Roque y Estepona. Es decir, llegar a la Alcald¨ªa que le reclamaban a Jes¨²s Gil a cambio de su voto no ya por la puerta de atr¨¢s, sino por la gatera. La situaci¨®n pol¨ªtica de Marbella no est¨¢ como para jugar de farol: se han de adoptar posturas responsables y no anteponer los intereses partidarios. Ya no queda tiempo para sembrar m¨¢s vientos.
Luis Pizarro Medina es secretario de Organizaci¨®n del PSOE de Andaluc¨ªa.
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