'Software' libre para la Comunidad Valenciana
"Si alguien que se dedica a vender intangibles de software y ha llegado a ser el m¨¢s rico del mundo es que lleva cobrando de m¨¢s durante d¨¦cadas". Estas palabras las o¨ª en un seminario sobre tecnolog¨ªa a Juan Tom¨¢s Garc¨ªa, (presidente de la principal asociaci¨®n de usuarios de software libre espa?ola). En este mismo diario, no hace muchos d¨ªas, se public¨® una estupenda entrevista a Javier Ribelles, un valenciano ingeniero de software, cofundador de Polinux, la asociaci¨®n de software libre de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia. El titular era un rotunda afirmaci¨®n: "El software libre es un derecho fundamental". A la pregunta sobre que efecto puede tener que la Generalitat Valenciana se adscriva al movimiento del software libre, como prometi¨® el PP si ganaba las elecciones, Ribelles dijo, rotundo: "Ser¨ªa algo grandioso. Vamos a poner que la Generalitat tiene 15.000 ordenadores y se est¨¢ gastando una media de 700 euros en licencias por equipo cada cuatro a?os. Este capital podr¨ªa ser invertido en la generaci¨®n de un empleo y una econom¨ªa locales, produciendo software libre de calidad y en lengua espa?ola y valenciana, libre, y directamente distribuible sin costes a otras comunidades, organismos e incluso empresas".
"Si hay una industria con futuro, ¨¦sa es en verdad la de los intangibles y, sobre todo, la del 'software' libre"
Todo estos asuntos eran m¨¢s o menos tachados hasta hace poco por la gran industria inform¨¢tica de cosas raras de esos locos chiflados que da la inform¨¢tica hasta que, de pronto, el Gigante Azul, IBM, ha hecho una apuesta muy fuerte por el software Linux y, el a?o pasado, lanz¨® sus nuevos servidores corriendo sobre Linux. Una revoluci¨®n se produjo entonces en el mundo y mercado mundial de la inform¨¢tica, que s¨®lo tiene parang¨®n con la que produjo el movimiento Napster y el P2P a trav¨¦s de Internet, que combinado con las nuevas facilidades de los duplicadores y grabadores de Cds ha puesto contra las cuerdas a la otrora poderosa y ahora renqueante industria mundial de la m¨²sica discogr¨¢fica.
Todo esto que ha dado lugar a la actual explosi¨®n del software libre, empez¨® con un anuncio p¨²blico mediante e-mail que Richard Stallman, un cient¨ªfico del Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT que, salt¨¢ndose lo habitual en la industria del software, decidi¨® nada menos que desarrollar un software tan bueno como Unix, pero que iba distribuir gratuitamente a quien necesitara usarlo.
Ello, en aquellos tiempos, podr¨ªa haber quedado una boutade, como el caso de otros cient¨ªficos que en lugar de hacerse millonarios son su invento, pero luego se produjo la explosi¨®n de Internet y esto ha dado lugar a un movimiento mundial de software libre por medio de una comunidad global de conocimiento compartido de una fuerza y dimensi¨®n inusitada y planetaria.
De la misma forma que hay formas de entender la globalizaci¨®n, por describirlo sint¨¦ticamente, seg¨²n el caleidoscopio de Porto Alegre o el de Davos, tambi¨¦n hay formas distintas de entender la tecnolog¨ªa digital y la Red -y el software, su principal vector- como estricta oportunidad de negocio o como nueva herramienta para cambiar el mundo (a mejor, naturalmente). Al igual que desde el fen¨®meno Napster en Internet ha dejado obsoleta de pronto la forma actual de hacer negocio con la comercializaci¨®n de la m¨²sica, el movimiento de la comunidad de software libre combinado con la potencia que confiere la Red a dicha comunidad mundial de conocimiento compartido, trabajando, adem¨¢s, con una filosof¨ªa contraria, ha dejado vieja la comercializaci¨®n del software de la ya tradicional y multimillonaria industria del los programas inform¨¢ticos, cuyo ejemplo m¨¢s palmario es que han llegado a poner la mayor fortuna del mundo en las manos de un solo hombre.
Seg¨²n la web de la Fundaci¨®n Software Libre [Free Software Foundation, Inc.], software libre se refiere a la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y mejorar el software. De modo m¨¢s preciso, se refiere a cuatro libertades de los usuarios del software:
La libertad de usar el programa, con cualquier prop¨®sito (libertad 0).
La libertad de estudiar c¨®mo funciona el programa, y adaptarlo a tus necesidades (libertad 1). El acceso al c¨®digo fuente es una condici¨®n previa para esto.
La libertad de distribuir copias, con lo que puedes ayudar a tu vecino (libertad 2).
La libertad de mejorar el programa y hacer p¨²blicas las mejoras a los dem¨¢s, de modo que toda la comunidad se beneficie. (libertad 3). El acceso al c¨®digo fuente es un requisito previo para esto.
Un programa es software libre si los usuarios tienen todas estas libertades. As¨ª pues, deber¨ªas tener la libertad de distribuir copias, sea con o sin modificaciones, sea gratis o cobrando una cantidad por la distribuci¨®n, a cualquiera y a cualquier lugar.
Estos d¨ªas atr¨¢s, hablando con Manny Arino, (Worlwide Linux Manager de IBM) que ha venido a Valencia para el Campus TI, nos ha dado cuenta de la enorme magnitud de la apuesta de IBM para estar dentro de la tendencia del software libre. A ¨¦l esta revoluci¨®n del software libre le parece imparable y por eso IBM ha apostado totalmente por implantar en el mundo de las empresas esta filosof¨ªa del software que es la del futuro mas pr¨®ximo.
La reacci¨®n del principal y m¨¢s famosos fabricante de software propietario no se ha hecho esperar: su consejero delegado, Steve Ballmer, declar¨®: "La implantaci¨®n de software libre en las empresas no es buena idea", y lanz¨® duras cr¨ªticas contra las aplicaciones inform¨¢ticas de c¨®digo libre, movimiento que abandera el sistema operativo Linux, al que calific¨® como algo "peligroso" que est¨¢ en manos "de un grupo de voluntarios que trabaja gratis, lo que lo convierte en algo muy impredecible". Pero la apuesta de IBM contradice todas estas afirmaciones y aunque incluso han amenazado a la compa?¨ªa con pleitos a gran escala.
A diferencia de los productos de Microsoft, hoy el primer fabricante mundial de software, el sistema de software libre Linux sigue las directrices de la Fundaci¨®n del Software Libre, lo que permite tanto su distribuci¨®n gratuita, como que su c¨®digo fuente sea accesible, modificable y distribuible por cualquier usuario.
De lo que esta pasando hay muchas muestras. A nivel internacional, la administraci¨®n brasile?a migra a software libre. En Alemania, la administraci¨®n ha homologado el sistema operativo de Linux junto a los tradicionales m¨¢s conocidos y en el conjunto del pa¨ªs el 30% de toda la ofim¨¢tica ya funciona con software libre Linux. Dirigentes de la ciudad de M¨²nich, han revelado que cambiar¨¢n el sistema operativo de 14.000 ordenadores, de Windows a uno de sus principales rivales, Linux. Y en Internet m¨¢s del 60% de los servidores funcionan con un software libre denominado Apache.
En Espa?a tambi¨¦n est¨¢n ocurriendo cosas al respecto: ya hay en los colegios de Extremadura, 55.000 ordenadores funcionando con el sistema operativo de software libre LinEx sobre los que los usuarios trabajan con el Open Office, un conjunto de programas que realiza perfectamente todas las funciones del Office de Microsoft, s¨®lo que en software libre. En 157 ciudades y pueblos de la comunidad extreme?a funcionan los NCC (nuevos centros de conocimiento), donde, gratuitamente, los extreme?os realizan su alfabetizaci¨®n digital para aprender a navegar en Internet y utilizar tratamientos de textos, bases de datos, etc., con software libre realizado en Espa?a. En Andaluc¨ªa, la administraci¨®n ya ha adquirido 20.000 ordenadores de los cuales el 25% funciona con Windows y el resto, o sea, 15.000, funciona con una versi¨®n del sistema operativo de Linux adaptado y bautizado como GuadaLinux.
La Comunidad Valenciana acaba de dar la campanada. Durante la presentaci¨®n electoral del programa de ciencia y tecnolog¨ªa del PP valenciano, Esteban Gonz¨¢lez Pons, hoy ya nuestro hoy nuevo conseller de Cultura, Educaci¨®n y Deporte, afirm¨® que si ganaba el PP las elecciones la administraci¨®n auton¨®mica migrar¨ªa al software libre.
No s¨¦ si Gonz¨¢lez Pons imagina el alcance lo que este paso puede significar: levantar sobre la base de la administraci¨®n y educaci¨®n p¨²blica valenciana una industria propia de software. Ser¨ªa, como dice Javier Ribelles, algo grandioso, pero para ello, para la migraci¨®n al software libre desde el actual software comercial, se necesita poner a trabajar a unos cuantos miles de programadores cualificados y otros tantos creadores y adaptadores de contenidos en ello. Aqu¨ª los hay. Es evidente que la Comunidad Valenciana no tiene industria para competir en fabricar monitores, discos duros o hardware en general. En lo ¨²nico que si podemos competir en en la creaci¨®n de intangibles, ya que tal como van compitiendo en el mercado global las industria tradicionales valencianas (las f¨¢bricas tradicionales de mantas, grandes exportadoras est¨¢n reduciendo su personal s¨®lo al necesario para el reequitetado de marca ya que el producto ya se fabrica en Extremo Oriente), es necesario dar un un impulso hacia una econom¨ªa del futuro y, si hay una industria de verdad con futuro, ¨¦sa es la de los intangibles y, sobre todo, entre ellas, la del software libre. Una industria con masa cr¨ªtica de software propio crear¨ªa unas sinergias ahora casi impensables en un tejido industrial como el valenciano en el que casi el 90 % de las empresas tiene menos de diez trabajadores. El ahorro y el aumento de competitividad de nuestras peque?as empresas con el software libre propio en unos a?os ser¨ªa enorme. Y no es que lo diga yo, es que lo ha dicho en Valencia hace s¨®lo unos d¨ªas el ejecutivo mundial de ventas de software Linux de IBM.
Si Esteban Gonz¨¢lez Pons ahora cumple y asume el reto de su promesa electoral quiz¨¢ sea capaz de cambiar de verdad el nivel de alfabetizaci¨®n digital de la sociedad de la Comunidad Valenciana y, sobre todo, impulsar desde esa cultura un cambio de mentalidad crucial para el futuro de las empresas de nuestra comunidad.
Adolfo Plasencia es profesor de postgrado de Conceptos Multimedia. MITUPV Exchange. ETSID. UPV.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.