El l¨ªmite de la paciencia chi¨ª
Los chi¨ªes son duros; est¨¢n acostumbrados al sufrimiento y a la persecuci¨®n, pero tambi¨¦n pueden ser pragm¨¢ticos. Los de Irak, m¨¢s de un 60% de la poblaci¨®n, ya han logrado su primer objetivo: librarse del tirano. El segundo es conseguir el poder por medios pac¨ªficos, y para ello cuentan con el gui¨®n estadounidense. Si este camino fracasa, pasar¨¢n al Plan B. En 1982, cuando Israel invadi¨® L¨ªbano, los chi¨ªes del sur los recibieron con flores y una lluvia de arroz. Los libraron de los palestinos, pero, cuando el Ej¨¦rcito del entonces ministro de Defensa, Ariel Sharon, decidi¨® quedarse, surgi¨® la guerrilla Hezbol¨¢.
El partido Al Dawa, chi¨ª, dirigi¨® la lucha armada contra Sadam. Muchos de los desaparecidos eran militantes suyos. Hoy sus milicias est¨¢n durmientes en espera de los acontecimientos. Uno de los ocho miembros de su directorio, Kasim al Shlani, declar¨® a EL PA?S: "Si las circunstancias lo requieren, no descartamos reactivar los comandos". El jefe del Ej¨¦rcito de EE UU en Irak, general Ricardo S¨¢nchez, habl¨® de permanecer dos a?os en Irak. Preguntado Al Shalani por ese plazo, dijo: "Es razonable". ?Y cinco? "Eso ya es imposible".
Al Sistan¨ª, m¨¢xima autoridad religiosa chi¨ª, tambi¨¦n pone un plazo. Se le considera un moderado porque fue el imam que pidi¨® a sus seguidores que no opusieran resistencia a la invasi¨®n. Se trata de una moderaci¨®n t¨¢ctica. Sistan¨ª a¨²n no se ha pronunciado sobre la legitimidad del Consejo de Gobierno Provisional. Una orden suya provocar¨ªa un levantamiento.
Hezbol¨¢ tard¨® tres a?os en crear una estructura de mando unificado. Ese tipo de organizaci¨®n chi¨ª cuenta con un l¨ªder espiritual que inspira la filosof¨ªa del grupo y dos consejos, pol¨ªtico y militar, que a veces act¨²an independientes (Majlis al Sura y Majlis al Karar). Al Dawa tuvo estrechas relaciones con Hezbol¨¢. Este partido, que no participa en el Gobierno, copar¨ªa el consejo militar, pues tiene experiencia armada.
El imam Murtala al Sadr, el m¨¢s cr¨ªtico con la ocupaci¨®n y que predica cada viernes en Kufa, ser¨ªa el reclutador de militantes, ya que su influencia es grande entre las clases m¨¢s pobres. "Tiene la autoridad moral para llamar al martirio, pues su padre, abuelo y hermanos fueron asesinados por Sadam", dice un experto en el mundo isl¨¢mico. Al Sadr tiene su base, el llamado Ej¨¦rcito del Mahdi, y es el que puede prender la llama en zonas como Diwaniya, donde est¨¢n las tropas espa?olas, y en Bagdad, donde tiene numerosos seguidores. El otro peligro, como sucedi¨® en el Ir¨¢n de Jomeini, es una lucha por el poder entre los chi¨ªes. Ese escenario no ser¨ªa mejor para los ocupantes.
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