Una sede con medidas de seguridad insuficientes
No se sabe qu¨¦ grupo est¨¢ detr¨¢s; tampoco las razones para colocar un potente coche bomba ante la sede de la ONU en Bagdad. Igual que ocurriera despu¨¦s del atentado del 7 de agosto contra la embajada jordana, surgen las hip¨®tesis. La principal, que manejan los expertos, es el reciente reconocimiento del Consejo de Seguridad de Naciones del Consejo del Gobierno provisional iraqu¨ª dirigido por EEUU (resoluci¨®n 1500), y que da un barniz de legalidad a las instituciones creadas en la posguerra. Esta resoluci¨®n podr¨ªa haber convertido al alto organismo internacional en un enemigo de la resistencia. Pero entre todas, vuelve a circular la m¨¢s simple, se trataba de un objetivo relativamente f¨¢cil y de gran repercusi¨®n medi¨¢tica e impacto pol¨ªtico.
La seguridad del hotel Canal era muy inferior a la de los cuarteles militares o de la propia autoridad civil (CPA) de Paul Bremer, parapetada en el Palacio de la Rep¨²blica de Sadam Husein y sus instalaciones vecinas, que han sido convertidas en una fortaleza que vive independiente del pa¨ªs que trata de dirigir. No hab¨ªa en ese hotel sacos terreros en la calle que obligaran a conducir en zigzag ni torretas de tiradores ni militares de las fuerzas especiales. En la garita de la entrada era necesario entregar una identificaci¨®n para recibir un pase de visitante. Un guarda iraqu¨ª registraba a mano las bolsas sin obligar a poner en marcha los grabadores, ordenadores ni disparar las c¨¢maras de fotos. Para los veh¨ªculos autorizados, ese registro se realizaba con un espejo para comprobar los bajos del autom¨®vil. Antes del atentado contra la embajada jordana, esa seguridad era poco exigente. Despu¨¦s del 7 de agosto se mejoraron las medidas y se aument¨® el n¨²mero de guardas. Pero el punto d¨¦bil estaba a la izquierda, en una callejuela que separaba la sede de un hospital. En ese lugar, pese a ser el m¨¢s pr¨®ximo del despacho del jefe de la misi¨®n, Sergio Vieira de Mello, no hab¨ªa vigilancia alguna.
El golpe pol¨ªtico para la ONU y para el ocupante es devastador. Demuestra que esta posguerra se va complicando cada vez m¨¢s y que los planes estadounidenses para Irak pueden acabar en un fiasco absoluto. Los objetivos de la resistencia son cada vez m¨¢s sofisticados y da?inos y demuestran la aparici¨®n de un cerebro dirigente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Terrorismo internacional
- Sergio Vieira de Mello
- Irak
- Ocupaci¨®n militar
- Atentados suicidas
- Contactos oficiales
- Estados Unidos
- Pol¨ªtica exterior
- Guerra Golfo
- ONU
- Atentados terroristas
- Guerra
- Oriente pr¨®ximo
- Acci¨®n militar
- Organizaciones internacionales
- Asia
- Relaciones exteriores
- Conflictos
- Pol¨ªtica
- Terrorismo
- Sucesos