Marbella y Antonio Romero
En su art¨ªculo "?Se debe disolver el Ayuntamiento de Marbella? Una medida legal y leg¨ªtima" (publicado el 15 de agosto en estas p¨¢ginas) el portavoz de IU-LV-CA en el Parlamento de Andaluc¨ªa, Antonio Romero, analiza la actual situaci¨®n del consistorio marbell¨ª y, acto seguido, saca una serie de conclusiones al respecto. Su exposici¨®n me ha dejado perplejo, sus afirmaciones me han parecido de una candidez y simpleza absolutas. Porque es evidente que, excepto el primer p¨¢rrafo, todo lo dem¨¢s sencillamente sobra.
Citando textualmente, Antonio comienza: "Con conocimiento del Consejo de Gobierno de la Comunidad Aut¨®noma o a solicitud de ¨¦ste, y previo acuerdo favorable del Senado, el Consejo de Ministros podr¨¢ disolver los ¨®rganos de las corporaciones locales...". A esto me refer¨ªa con lo de la candidez del principio. Yo no s¨¦ si Antonio Romero dedica mucho tiempo a ver la televisi¨®n, a leer prensa o a escuchar la radio. Pero seg¨²n mi modesta opini¨®n, s¨ª hay un partido de los que han sacado representaci¨®n en las pasadas elecciones a la alcald¨ªa de Marbella que se haya pronunciado de manera m¨¢s tibia y ambigua, ¨¦se, Antonio, es el Partido Popular. ?Las razones? Eso ya es demasiado pedir, aunque se podr¨ªan aventurar, sin exagerar, tres o cuatro, de las cuales podr¨ªamos acertar al menos dos de peso.
Y ahora vamos con las matem¨¢ticas. El PP es el partido que gobierna con mayor¨ªa absoluta en Espa?a; esto es tan evidente como sumar y restar. El PP, presumiblemente, tiene razones subjetivas para ver en qu¨¦ para todo este fenomenal esc¨¢ndalo; ahora mismo vamos por multiplicaciones facilitas. Y, por si fuera poco, caso de tener la voluntad de disolver la corporaci¨®n marbell¨ª, tendr¨ªa que reunir al Senado, pasar despu¨¦s la propuesta de disoluci¨®n al Congreso de los Diputados y, por ¨²ltimo, caso de prosperar esta letan¨ªa interminable de tr¨¢mites fijados en la Ley 7/85, olvidarse para siempre de presentar listas en Marbella, porque no los iba a votar ni quien te parece a ti. Es decir, dos m¨¢s dos, cuatro. Y para rematar la cuenta de la vieja, si el PP decidiese hacerle caso a usted y desplegase un derroche de actividad parlamentaria tal que se produjese la disoluci¨®n, digo yo que habr¨ªa que repetir las elecciones municipales. ?Y cree el se?or Romero que los resultados de las nuevas elecciones, con distintas siglas pero con los mismos nombres, variar¨ªan sustancialmente? Y vuelta a empezar: Que si t¨², que si yo, que si chorizos, que si ladrones. Y la gente mir¨¢ndose y diciendo: Bueno, cuando disuelvan la corporaci¨®n por segunda vez, a ver si tenemos m¨¢s suertecilla.
Dicen que la vida pol¨ªtica acaba produciendo hast¨ªo. Digo yo que una trayectoria pol¨ªtica tan dilatada y enjundiosa como la del se?or Romero puede haber afectado su capacidad de an¨¢lisis. O, a lo mejor, es que conven¨ªa reforzar con un buen art¨ªculo de opini¨®n la presentaci¨®n en el registro de la iniciativa sobre la disoluci¨®n de la corporaci¨®n marbell¨ª llevada a cabo por su partido, que, por cierto, no tiene representaci¨®n en el Ayuntamiento de esta ciudad.
Pienso, con toda humildad, que la verdadera soluci¨®n de todos estos problemas residir¨ªa en la elaboraci¨®n, consenso y aprobaci¨®n de esa famosa ley del antitransfuguismo, o como quiera que se llame cuando llegue a existir, pues a trav¨¦s de ella tendr¨ªan soluci¨®n no s¨®lo el problema del Ayuntamiento de Marbella, sino el de la Comunidad de Madrid y tantos otros en los que los representantes democr¨¢ticamente elegidos por un pueblo cada vez m¨¢s estupefacto y desenga?ado cambian de chaqueta como el que se peina en la playa.
Pero, ?qui¨¦n tiene mayor¨ªa absoluta en este pa¨ªs, se?or Romero? Pienso, adem¨¢s, que Antonio Romero tiene mala suerte. Seguro que si hubiese sabido que F¨¦lix Bay¨®n publicaba en la p¨¢gina anterior, el mismo d¨ªa que ¨¦l, otro art¨ªculo titulado "Reivindicar Marbella", en el que se resumen excepcionalmente todas las claves del conflicto, no se habr¨ªa atrevido a escribir una sola l¨ªnea. O, a lo mejor, s¨ª. Yo le recomiendo humildemente que se lo lea con detenimiento. Y que aprenda.
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