Una epidemia que se pudo prevenir
La ola de calor que ha sacudido Europa este verano no ha sido la primera, ni la m¨¢s grave. Los epidemi¨®logos han tenido ya numerosas oportunidades para estudiar el fen¨®meno, como el que afect¨® a Espa?a durante el verano de 1995 y caus¨® 93 muertos. Por eso ya se conocen los efectos de las elevadas temperaturas sobre la salud, y sobre todo, se empieza a saber c¨®mo prevenirlos, afirma el presidente de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa, Ildefonso Hern¨¢ndez.
Los principales trabajos sobre el tema se han hecho en Estados Unidos y Canad¨¢, indic¨® Hern¨¢ndez, pero sus resultados son extrapolables al resto de los pa¨ªses desarrollados.
En primer lugar, est¨¢n las recomendaciones sanitarias. ?stas son las mismas que ha hecho p¨²blicas el Ministerio de Sanidad, y son las que "dicta el sentido com¨²n", seg¨²n la titular del departamento, Ana Pastor. Consisten en evitar hacer ejercicio en las horas de m¨¢s calor, tomar abundantes l¨ªquidos, evitar las comidas copiosas al mediod¨ªa y usar ropas holgadas y c¨®modas.
Pero estas recomendaciones no sirven si no llegan a toda la poblaci¨®n. Por eso el epidemi¨®logo insiste en el papel de los medios de comunicaci¨®n, que son los "encargados de darles publicidad". Esta labor preventiva se debe reforzar con el establecimiento de l¨ªneas telef¨®nicas de contacto e informaci¨®n, a las que la poblaci¨®n pueda acudir para realizar consultas y tambi¨¦n para pedir ayuda si se encuentra mal.
Tambi¨¦n hay que vigilar especialmente a los mayores, a los enfermos con menor movilidad o a los psiqui¨¢tricos, cuidando para que no est¨¦n desatendidos.
Por ¨²ltimo, ofrecer lugares frescos para la poblaci¨®n de riesgo (como sitios con aire acondicionado), y disponer el transporte adecuado para que quienes lo necesitan puedan llegar f¨¢cilmente hasta ¨¦l.
Aparte de estos consejos pr¨¢cticos, el epidemi¨®logo tambi¨¦n abog¨® por un cambio en el funcionamiento del sistema de vigilancia epidemiol¨®gica.
"En Espa?a deber¨ªa haber ya un comit¨¦ para prever y evitar que ocurran estas cosas, y disponer sistemas de investigaci¨®n epidemiol¨®gica no s¨®lo para recoger datos, sino para prepararse para responder a crisis nuevas y espec¨ªficas", afirm¨®.
Para este experto, el principal problema del sistema de vigilancia actual reside en que es muy "pasivo". "Sirve m¨¢s para recoger datos una vez que se ha producido una crisis que para prevenirla", indic¨®. Ello implica que la capacidad de reacci¨®n del sistema "no es mucha", a?adi¨®.
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