PJ Harvey despliega su m¨²sica potente y sutil
La rockera brit¨¢nica repas¨® sus canciones de culto y adelant¨® un nuevo tema en Salamanca, en el ¨²nico concierto en Espa?a de su gira europea.
En su ¨²nico concierto en Espa?a dentro de la gira europea que terminar¨¢ con este mes, la rockera brit¨¢nica PJ Harvey despleg¨® el mi¨¦rcoles en Salamanca la potencia de su m¨²sica con el recorrido por sus temas de culto, adem¨¢s de adelantar una de las canciones del disco que grabar¨¢ en breve. Su dominio del escenario, con su presencia cargada de sensualidad en paralelo a la sugerencia de los ritmos, arrastr¨® al p¨²blico que llen¨® el Palacio de Congresos salmantino.
Fue simplemente pisar el escenario (decidida, elegante, sin un gesto de concesi¨®n) para cruzar hasta el punto del micr¨®fono y PJ Harvey ya caus¨® estragos entre el personal, deslumbrado por la mujer estilizada, con vaporosa camisa ca¨ªda ligada a un short escueto y las piernas enfundadas en botas negras altas. Sin m¨¢s escenograf¨ªa que un fondo oscuro y limitado juego de luces, sin otro arropamiento que el bater¨ªa y el bajo guitarra, la rockera brit¨¢nica dej¨® sentado enseguida lo que ser¨ªa una constante del concierto: su dominio del espacio esc¨¦nico, con una especie de fulgor personal, sin espectacularidad, pero con presencia exacta en sutileza y fuerza, con la propuesta generosa de una m¨²sica vibrante.
Generosa en su entrega al p¨²blico, no necesita recurrir a contorsiones
Polly Jean (PJ) Harvey desgran¨® su primera oferta con los ritmos de To bring you my love, y el p¨²blico, mayoritariamente joven, dej¨® la complacencia del asiento de las civilizadas butacas del Palacio de Congresos para embarcarse en el reclamo de la propuesta r¨ªtmica de la rockera de voz recia y c¨¢lida al tiempo. Pero apenas la cantante hab¨ªa acallado la agitaci¨®n de la guitarra, pronunciado su primer "grasias" y resonado en la sala el eco de un ferviente I love you tras la primera pieza, lleg¨® el apag¨®n.
Todo a oscuras, Harvey abri¨® di¨¢logo, en ingl¨¦s, con los espectadores, que ya se hab¨ªan arremolinado en torno al proscenio y, cuando enseguida se encendieron las luces de sala y se comunic¨® que hab¨ªan surgido problemas por un fallo en la mesa de iluminaci¨®n de escena, la rockera ni esper¨® ni se march¨® de la tarima hasta que se recuperara la luz con los focos convenientes para ella.
Continu¨® con el concierto entre el fervor del p¨²blico, iluminado, y ella privada de los focos de escenograf¨ªa durante casi treinta minutos. Con coraje, con m¨¢s potencia a¨²n, dando ca?a con la voz poderosa y con la guitarra, PJ Harvey se intern¨® por sus temas de mayor culto, con la sucesi¨®n de canciones de su ¨²ltimo ¨¢lbum, Stories from the city, stories from the sea, cargadas de cotidianidad y sensibilidad, no exentas de desgarro y de latidos de espiritualidad, y que le supuso ser la primera mujer en conseguir el Mercury Prize 2001. Complacida de encontrarse sobre aquel escenario, cargada de sensualidad serena que se desplegaba sin m¨¢s alarde que flexionar ligeramente las rodillas, el momento de la entrega absoluta lleg¨® con Good fortune, se asent¨® con Angeline y creci¨® de nuevo al anunciar que avanzaba en estreno una de las canciones del nuevo ¨¢lbum (ser¨¢ el s¨¦ptimo) que grabar¨¢ cuando termine la gira europea a finales de agosto. Desde luego, no dejaba de llamar la atenci¨®n el contraste de la presencia contenida en las formas, siempre sugerente pero sin provocaci¨®n, con la potencia de su m¨²sica dura, de su voz d¨²ctil, con sus peculiares gritos y el dominio de cadencias sabrosas. Generosa en su entrega al p¨²blico, no necesitaba recurrir a contorsiones, ni desmelenarse, y su melena lisa sobre la espalda no tuvo m¨¢s atrevimiento que la ca¨ªda pasajera de alg¨²n mech¨®n sobre el hombro.
M¨¢s tarde, tan s¨®lo alg¨²n leve desplazamiento lateral, alg¨²n balanceo insinuante, alguna inclinaci¨®n de la cabeza hacia atr¨¢s por todo signo de agitaci¨®n mientras el desgarro de su voz y el rasgueo vigoroso de la guitarra trasladaban la m¨²sica de Water.
Sin artificios, sin coquetear con otros estilos menos comprometidos, en su ¨²nico concierto en Espa?a, PJ Harvey se entreg¨® directa, recia y sutil, al tiempo que regresaba a la desnudez de sus or¨ªgenes del tr¨ªo que form¨® en 1991 para el lanzamiento de su primer sencillo, Dress. La rockera que ha aportado la banda musical de varias pel¨ªculas, que ha interpretado el personaje de Mar¨ªa Magdalena en The book of life, de Hal Hartley, y que expone sus propias esculturas y edita su poes¨ªa, todav¨ªa se endureci¨® m¨¢s en sus cuatro canciones de propina que cerraron la hora y media escasa de m¨²sica potente y plena de matices, de entrega de una mujer delgada y atractiva, con dominio del espacio, mientras disfrutaba ella y hac¨ªa disfrutar, que se despidi¨® con un gracioso "muchas grasias" mientras apretaba una rosa, un ramo de claveles y un sombrero que hab¨ªan llegado desde el p¨²blico, encantado de haberla encontrado en su camino en una complicidad sin fisuras.
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